Juan Gea: «Ser actor no entraba en mis planes»

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Cuando estudié periodismo soñaba con hacer entrevistas como la que podéis  leer a continuación.

Hace unos días, el equipo de A2VOCES tuvimos la gran oportunidad de hablar con un grande de la actuación, el actor Juan Gea, conocido en el mundo de la televisión por papeles como el de Ernesto en la serie El Ministerio del Tiempo y el mítico Rafel en L’Alqueria Blanca.

Juan es todo un señor de teatro, ya que, ha realizado multitud de obras encima de las tablas. Anécdotas de los rodajes, experiencias, trayectoria profesional y la cultura en general, forman parte de las siguientes preguntas y respuestas que le hicimos en una tarde que pudimos compartir con él.

-Vicky, Aixa y yo queríamos saber muchas cosas acerca de Juan, así que dimos comienzo a la charla preguntándole sobre cómo llega a formar parte de la actuación. Nos contó lo siguiente.

Cuando empecé en el mundo del teatro trabajaba en un banco, en Valencia. Yo tenía un amigo que tenía un grupo en Salesianos y un día fui a verle porque me invitó. Yo no tenía ninguna vocación desde pequeño, pero en ese grupo había una chica que me gustaba y dije: ¿Cómo puedo conocer a esta chica? Me apunté. Una vez empecé, sin tener ni idea, me picó el gusanillo. Cuando estás dentro ya no lo puedes dejar. Después, estuve en un grupo amateur y creamos el grupo Teatre Obert de Valencia. Se crearon Els teatres de la Generalitat, teatros oficiales, y me llamaron para trabajar con ellos.

-¿Cómo empieza tu gran aventura y las giras? 

Cuando apareció en mi vida uno de los mejores directores de teatro español, Miguel Narros, y quien fue mi padre en el teatro, él me lo ha enseñado todo.

Narros y Manuel Ángel Conejero, director del Instituto Shakespeare de Valencia, crearon el Teatro del Arte, con sede en Valencia. Buscaban seis personajes e hicieron pruebas en Valencia a actores de teatro valencianos para hacer de relleno. En esa experiencia me hice amigo y hermano de Carlos Hipólito, José Pedro Carrión, Manuel de Blas, Jorgito Roelas, y Kiti Mánver. Me cogieron e hice esa función aprovechando días libres en el trabajo, viajando de noche, pidiendo permisos, etc.

Estuve viajando de Valencia a Madrid, trabajando en el banco de día y viajando y haciendo teatro de noche, durmiendo en el coche, sin descansar, con mi maleta y mis trajes para las funciones. Así estuve meses. Volví al banco, y a los quince días me llamó Narros y me dijo que iba a montar la obra Rey Lear y que quería que yo tuviese un papel importante.

Cuando terminamos la obra, el día que yo tenía que volver a Valencia, recibí tres ofertas de tres directores de teatro para trabajar en Madrid. Pensé que ese era el tren que pasaba. No sabía si iba a pasar otro entonces así que volví a Valencia, me despedí del banco, con un hijo de seis meses y un piso recién comprado y me fui a Madrid.

He tenido mucha suerte, porque todo me ha venido rodado. Primero teatro, después cine, la televisión y después todo. Ser actor no entraba en mis planes, yo quería ser veterinario o trabajar en el mundo de las motos y los coches. No me veía estudiando tantos guiones, nunca pensaba que tendría que hincar tanto los codos.

-Dejar el banco, un trabajo fijo, cambiar de ciudad. De una vida “solucionada” a un camino incierto lleno de dudas…

Por supuesto. Tenía asegurada cómo iba a ser mi vida con un buen sueldo, mi coche, mi casa, mi empleo fijo. Cuando dejé el banco, durante una temporada, salió el miedo. ¿Hago una función y luego qué? ¿Qué va a venir? Tuve una época de inestabilidad y muchas pesadillas, problemas de sueño… Ahora tengo la seguridad de la inseguridad, porque hago lo que me gusta y ya yo tengo miedo.

He tenido mucha suerte, porque todo me ha venido rodado. Primero teatro, después cine, la televisión y después todo. Ser actor no entraba en mis planes.

Charlamos con Juan Gea, actor valenciano protagonista de series como ‘El Ministerio del Tiempo’ o ‘L’Alquería Blanca’.

-Como buenas fans de El Ministerio del Tiempo, no podíamos dejar de preguntarle a Juan por Ernesto, su personaje en una serie que ha pasado a ser historia de la televisión.

Me costó mucho entender a mi personaje porque siempre tiendes a actuar. Ernesto, no tenía que actuar. Me supuso mucho trabajo la contención, su oscuridad, su texto en segundo plano, sin llamar la atención, su seriedad, su neutralidad. Él solo habla cuando tiene que hablar y es muy parco en palabras, emociones. Trabajé mucho esa frialdad, la de un personaje que calla mucho por dentro y que no es tan frío como parece.

El Ministerio del Tiempo es una serie muy divertida de hacer, es como jugar a las películas. Un día vas al plato de la Edad Media, otro a la Segunda Guerra Mundial…

-¿Hubo algo especialmente difícil durante las cuatro temporadas?

Aprender alemán. Era imposiblea. En la primera temporada, cuando viajamos a Hendaya para que se entrevistaran Franco y Hitler, tenía que hablar y lo aprendí sin asesor. Los actores alemanes que salían me lo explicaban, pero cada uno de manera diferente, porque eran de diferentes zonas de Alemania. Ya en la tercera temporada, cuando tenía que salvar a Lola Mendieta, tuve que hablar ese idioma otra vez. Dije: por favor, hablar en alemán no. ¿Qué no? Pues dos secuencias enteras. Tuve que buscarme un asesor.

El Ministerio del Tiempo ha marcado a todos los que la hemos visto. La audiencia fue desorbitada y su éxito incalculable. No podíamos dejar de preguntar cómo vivió Juan ese éxito. 

Con una alegría desbordante. Cuando me ofrecieron la serie y vi el guión en el que Velázquez y Picasso estaban en el Café Espejo de la Castellana pensé: esto es una locura, pero es una aventura en la que tengo que estar. Saliese bien o mal.

El primer día de lectura de guión hablábamos y debatíamos sobre los viajes, sobre si éramos eternos, sobre qué nos pasaba por viajar. Teníamos la cabeza hecha un caos. O esta serie se convertía en un desastre o en una serie de culto. Mucha gente está aprendiendo historia gracias a ella, se proyectan capítulos en institutos, tiene un público adulto y muy joven a la vez. Muchas personas me han comentado que se han enganchado a la historia de España y quieren estudiarla gracias al Ministerio.

Ha sido la primera serie en nuestro país que ha roto el formato televisión, porque está rodado en formato cine, una gran apuesta arriesgada que ha marcado un cambio en las series de televisión. No esperábamos el gran impacto en las RRSS, que todavía sigue. Aún existen los grupos de los ministéricos. Es la segunda serie más vista en España, después de Juego de Tronos. A Marc Virgil le dieron el Premio a Mejor Director del Mundo en China gracias a ella.

-¿Existe el Ministerio?

El ministerio es un antiguo edificio de RTVE abandonado, era un archivo en los años 50. El interior, algunas máquinas de cafés que salen, el ascensor, puertas, escaleras, todo eso es real, es parte de ese edificio.

Cuando me ofrecieron la serie y vi el guión en el que Velázquez y Picasso estaban en el Café Espejo de la Castellana pensé: esto es una locura, pero es una aventura en la que tengo que estar.

Fuente: https://actores-aleteia.com

-¿Qué te llama la atención para que digas sí, quiero hacer ese personaje?

La historia, el drama, la comedia y que el personaje me guste. Siempre me dejo llevar por la primera impresión que me da un guión, si me da buena sensación voy a por él. Primero me hago un hilo conductor de la historia, veo el personaje y su relación con los demás. Siempre intento justificar la acción del personaje.

-Cada actor tiene una manera diferente de preparar un personaje. Quisimos saber cómo se prepara Juan. 

Tengo muchos referentes. La emoción del personaje se tiene que construir con una tuya, tienes que hacer ese papel como si fueras tu quien hubiese pasado por lo que pasa el personaje. Hay otros papeles que salen por la forma, y de la forma al fondo. En Burundanga era un personaje con poco color. Pedí permiso para crearle una vida y salió ese personaje.

-Otra serie que ha marcado historia fue L‘ Alqueria Blanca, serie en la que Juan encarnaba a uno de sus protagonistas. ¿Cómo recuerda Juan esa época? De la siguiente manera. 

Fue una época imborrable. Rodábamos en Alicante, en la Ciudad de la Imagen. En esos años tuvimos la oportunidad de conocer a Coppola y a Bruce Willis. La mayoría de los actores estuvimos viviendo allí, en unos apartamentos alquilados. Era como estar en Gran Hermano pero de manera decente.

Actores, equipo técnico, producción, pasábamos todo el tiempo juntos en el rodaje y cuando terminábamos, por las noches, nos íbamos de karaoke, a cenar…Se creó una familia. Recuerdo esa época como una de las mejores, fue un lujo.

Siempre me dejo llevar por la primera impresión que me da un guión, si me da buena sensación voy a por él.

Juan Gea y parte del elenco de ‘L’Alquería Blanca’.

-¿Recuerdas algún momento en el que tuvieses algún accidente en pleno rodaje, que dijeras: no puedo seguir actuando? 

Os puedo contar varios. En Altea, haciendo teatro, tenía que salir al borde del escenario a oscuras y sentarme a recitar un poema. Ese escenario tenía un foso de orquesta al que yo iba a gatas y a oscuras hasta encontrarlo, pero un día me caí al foso, encima de un violón. ¡Qué susto me llevé!

Otra, en El Ministerio del Tiempo. Cuando hicimos el capítulo del Lazarillo de Tormes, yo tenía que entrar por una puerta que daba a un confesionario. Ese confesionario lo llevaban a cuestas dos pícaros, íbamos por el monte y a uno de ellos le falló el pie, se tambaleó y se abrió la puerta. Caí rodando por el monte cuesta abajo.

En Bandolera también tuve un accidente, intentando montar el caballo por detrás, me quedé enganchado de la cola. En Buenos Aires, en el teatro me rompí el pie y tuvo que sustituirme Antonio Banderas. Desde luego, si os gustan los porrazos, tengo muchos.

-Además de caídas, también nos contó momento de mucha risa en pleno rodaje. Ernesto entró en escena. 

En el Ministerio, en un capítulo, estaba dando instrucciones a la patrulla diciéndoles: “tienen que ir a Estados Unidos, ustedes se van a encargar de hablar con el presidente”. Estaba muy serio, dando instrucciones a Amelia, Julián y Alonso y dije: “van allí y se cagan” no llegué a decir en quién.

Tuvimos que dejar de hacer esa secuencia ese día porque era imposible dejar de reír. Todos estábamos riendo: Rodolfo, Jaime, Aura, Cayetana, Nacho. Lo dije sin dejar el semblante serio de Ernesto y aun provocó más risa.

-Juan, ¿cerrarías alguna puerta del ministerio para siempre? 

Ninguna. ¿Cuál es el objetivo del Ministerio? La historia es la que es. Corrijamos lo que se pueda corregir de aquí hacia adelante y tomemos nota para mejorar nuestra historia futura.

Cerraría la historia tan negra que está viviendo España ahora, pero gracias a esa puerta también estamos aquí. Hay puertas en las que entraría más veces, para conocer por qué  la historia fue así: la época franquista, la Edad Media, la Inquisición…

-Y venga, dinos la verdad, ¿con qué personaje de la serie compartirías piso?

Con Irene o con la subdelegada del gobierno. La relación de Ernesto e Irene es muy especial, hay una conexión muy grande. Ha sido una gozada trabajar con todos los actores, con las patrullas y con Jaime, pero con Cayetana es con quien más he compartido escena.

No cerraría ninguna puerta del Ministerio. La historia es la que es. Corrijamos lo que se pueda corregir de aquí hacia adelante y tomemos nota para mejorar nuestra historia futura.

-En  nuestro país se hace una ficción espectacular, que nada tiene que envidiar a la extranjera…

En el extranjero se hacen cosas maravillosas, pero en España se genera una magnífica ficción, series, películas. Antonio Banderas me ha dicho más de una vez que cualquier actor americano es incapaz de hacer la ficción que se hace aquí, porque allí ensayan, estudian, tiene mucho tiempo, un coach…

Aquí vamos, grabamos, secuencia, todo marcado, rápido. Tenemos mucho material pero no hay medios. Las grandes series nacen con la ilusión y las ganas de sacar un producto que pueda gustar.

-¿Qué le dirías a una persona que quiere ser intérprete? 

Que cuando piensen en dedicarse a este mundo no piensen en las series de televisión y el éxito. Han de ser conscientes de lo que quieren y pueden ser, estudiar y no perderse. Hay que salir a trabajar y enfrentarse con los problemas. No hay que ponerse metas a largo alcance y saber que el mejor papel que les puede llegar es el que tiene entre manos. Hace falta mucha fe y constancia. No tienen que dejarse hundir por un fracaso. Tienes que saber cuál es la realidad y no despegar los pies del suelo.

Hoy en día hay papeles que se dan a gente por tener cierto número de seguidores en Instagram. Espero que esa sea una moda que se pase porque esa gente no es actor o actriz, y hay muchos que sí lo son y no tienen papeles.

-¿Cómo vive un actor la situación cultural de hoy en día? 

Se nota que la cultura es necesaria cuando ves, en la época en la que estamos, que, a pesar de las medidas, se llenan los teatros. A la salida de las obras la gente nos da las gracias, les hemos ayudado a olvidar. La incidencia de virus en un patio de butacas a día de hoy es cero.

-¿Y qué tipo de culturas consumes? 

Estoy leyendo Gracia y Coraje, porque da muchas lecciones para vivir. Es una obra de Ken Wilber que leo muy a menudo.

Por otra parte estoy leyendo también De qué dolor son tus ojos de Noah Higón, una chica valenciana con siete enfermedades raras que me regaló su obra en una función. También Me encanta la literatura de terror, mi escritor es Stephen King, me da mucho miedo, pero me encanta. Estoy releyendo La danza de la muerte.

Hoy en día hay papeles que se dan a gente por tener cierto número de seguidores en Instagram. Espero que esa sea una moda que se pase porque esa gente no es actor o actriz.

Juan Gea es uno de los protagonistas de la obra de teatro ‘Burundanga’.

-Seguro que hay personas que te inspiran. Dinos, en este ciclo de la mujer en A2VOCES, si hay alguna en especial que te haya inspirado o lo haga.

Mi madre. Llevaba toda la carga de la casa, el trabajo, seis hijos. Mujeres históricas muchas, y también las directoras de teatro con las que he trabajado. Para mí son mujeres que tienen que estar a la cabeza porque han luchado de manera increíble para estar donde están. Creo que trabajo mejor con mujeres, porque me dan siempre un punto de vista enriquecedor.

-Después de esas preguntas, quisimos hacerle una encuesta rápida y divertida. 

  • Teatro, cine o tele

Las tres, bueno, teatro. Me encanta todo, pero el trabajo del teatro depende de ti y eso es lo que más me gusta. Es la prueba de fuego del actor. En el teatro nadie manda, solo tú.

  • Playa o montaña

Vivo en la montaña pero me gusta el mar.

  • Madrid o Valencia

Valencia. Madrid me gusta, es una gran capital, pero como ciudad, Valencia.

  • Paella o arroz al horno

Arroz al horno. Me pierde. Es lo máximo.

-Para terminar esta espectacular entrevista, Juan nos habló un poco de los proyectos que tiene entre manos.

Este verano volveré a Valencia, al teatro Talía. Estoy estudiando las obras que dejé a medias por la pandemia y tengo también en camino, una serie de televisión de la que todavía no puedo desvelar nada. Así que nada, tengo tres funciones en marcha para hacer gira, estoy estudiando el guion de otra y la serie.

Mi madre y las directoras de teatro con las que he trabajado son las mujeres que más me inspiran. Han luchado de manera increíble para estar donde están.

Fuente: https://actores-aleteia.com

No se paga con dinero la experiencia de entrevistar a este gran actor. Como dijimos, nos ha quedado pendiente una cita: “Queda pendiente ese arroz al horno cuando vaya a Valencia y vengáis a verme a la obra”, nos dijo Juan. Por supuesto, lo haremos.

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