Os he contado muchas veces que a mi compañera Carmen le fascina el universo del crimen llevado al cine o a la literatura. Yo, sin embargo, soy más de drama y comedia, o mejor aún, de dramedia. Pero independientemente de todo esto, lo que no puedo negar es que un buen true crime no hay que dejarlo pasar aunque los dramas familiares siempre revoloteen por tu filmografía, te encanten las historias de amor, y no cambies unas buenas risas por un puñado de asesinos en serie, aunque tu amiga se empeñe en convencerte de lo contrario.
The Staircase es la serie de HBO Max basada en hechos reales que durante 8 capítulos narra la historia y detalles de la fatídica muerte de Kathleen Peterson una noche de diciembre de 2001 en el filo de la escalera de su casa. Michael Peterson, su marido y única persona presente en el momento de la muerte, es el principal sospechoso del asesinato de su esposa y el gran protagonista de uno de los casos más mediáticos de la época en Estados Unidos.
Puesta la trama sobre la mesa, hay que decir que The Staircase es una buena serie. Parte de la culpa la tiene el elenco encabezado por el mejor papel protagonista de Colin Firth que recuerdo, y una Toni Collette que no puede estar más inspirada para dar vida a una atormentada Kathleen. Ambos llevan el peso de la serie en una batalla interpretativa en la que disfrutamos de un Firth que nos muestra su registro más oscuro, encarnando a un Michael Peterson que mezcla cinismo, tintes de humanidad, extravagancia y hasta una pizca de diversión regalándonos un personaje redondo. Collette, por su parte, reina sin rival en una serie llena de preguntas y enigmas que nos acercan a la realidad de lo que sucedió o se supone que pasó aquella noche. El plantel de actores lo completan un magnífico Michael Stuhlbarg en el papel de David Rudolf, abogado de Peterson; Juliette Binoche en el personaje de Sophie, editora del documental homónimo sobre el caso y pareja de Peterson durante su estancia en la cárcel, y Patrick Schwarzenegger, Dane DeHaan, Odessa Young, Olivia DeJonge y Shopie Turner interpretando a los hijos de la pareja como motor importante de la trama.
Hay que destacar que estamos ante un caso real que como decía antes, ocupó portadas, abrió telediarios y generó multitud de debates durante buena parte de la década de los 2000. La serie comienza narrando los hechos de aquella noche situándonos como espectadores en la escena del crimen y utilizando los saltos temporales como recurso recurrente durante todo el metraje. Con los 8 capítulos somos testigos de la muerte de Kathleen y las diferentes teorías sobre ella, el juicio y la estancia de Peterson en la cárcel, la vida en pareja de ambos, y el día a día de todos sus hijos, cada uno con su historia personal, siempre ligada al pasado y el presente. En una trama paralela y tal y como sucedió en el caso real, una productora de cine francés encabezada por el cineasta Jean-Xavier De Lestrade se traslada a Durham para filmar todo lo que sucede desde la acusación de Peterson hasta 2017, tiempo actual hasta el que viaja la trama.
Si bien los saltos temporales ayudan a colocarnos en los momentos más relevantes de la vida de los protagonistas, esto también nos obliga a estar muy atentos a todo lo que sucede. Desde mi punto de vista hay ciertos pasajes en los que la serie se hace larga y algo repetitiva, dando la sensación de que se estanca en algún tramo para lo fuerte que empieza. Quizás se podría haber resuelto en 6 capítulos y todos contentos, aunque según los expertos, The Staircase presenta un guión fiel y afín a la realidad de lo sucedido que hay que reconocer que engancha, un ingrediente a valorar si nos podemos permitir disfrutar durante unas cuantas noches de una serie.
‘The Staircase’ presenta un guión fiel y afín a la realidad de lo sucedido que hay que reconocer que engancha.
Otro punto a favor de la producción de HBO Max es su exquisita factura técnica. Todo está medido al detalle para que los sentidos se pongan al servicio del televisor. A pesar de la oscuridad de la noche en la que se desarrolla parte de la trama y la escasa luz que tiene la historia en sí, el despliegue de medios y la banda sonora no hace más que sumar a la narración y aumentar la tensión de la misma. El contraste entre las escenas de familia, las secuencias de la cárcel sobre tonos fríos y los momentos de intimidad de Peterson y compañía se plasma perfectamente sobre la pantalla a través de un montaje alterno que no pierde agilidad. De lo mejor que he visto últimamente.
Con todo ello y a pesar de que The Staircase (HBO Max) tiene alguna pequeña fuga, su visionado es muy recomendable. Hay que destacar que Netflix también tiene su propia versión del caso con una serie de 13 capítulos, además del documental original filmado por De Lestrade. La pega de esto es que en la producción de Netflix no tenemos ni a Colin Firth ni a Toni Collete, para mí irremplazables e insustituibles.
En definitiva…¿entretenimiento, intriga y reflexión para las noches de verano? Afirmativo.