‘No hay luz bajo la nieve’ es otro de los libros que he devorado. La cuarentena está siendo muy gratificante para los escritores y más para los lectores. Leer es uno de los placeres y privilegios que tiene el ser humano. Adentrarte en historias como la que narra Jordi Llobregat en esta novela es una maravilla. 

Álex Sierra y los pecados capitales son sus protagonistas. La subinspectora tiene que dejar de pensar en sus monstruos de la infancia para intentar vencer a un asesino disfrazado de monje. Le acompaña un misterioso teniente francés que investiga mucho más de lo que Sierra espera. Los dos acaban enredados en una investigación con cuentas pendientes, con personajes marcados por la estrella de David y familias que no se conocen. 

El autor valenciano va describiendo a los protagonistas junto a la historia, intercala el presente con la huida de los judíos durante la dura época, en la que Hitler mandaba sobre prácticamente todo el mundo.

Francia y España son las tierras elegidas por el escritor, para narrar el frío viaje de una joven que huye de su casa para poder encontrar un hogar que no esté bombardeado y la búsqueda de pesquisas de dos investigadores que no encajan entre ellos, pero que poco a poco van dejando abiertas sus vidas para darse a conocer entre sí. Así empieza la historia, con dos desconocidos que tienen en común mucho más de lo que piensan.

Ligero, fresco, intenso e interesante son las palabras que para mí definen las páginas que ha escrito Llobregat. Durante su lectura encontrarás tres giros más que inesperados, por lo menos a mí se me ha quedado cara de poker mientras leía varias de las sorpresas con las que tropiezas. 

Me da la impresión o por lo menos para mí sería satisfactorio encontrar en las librerías una segunda parte que dé continuación a esta novela, o por lo menos una en la que podamos averiguar qué ocurre finalmente con la historia y los fantasmas del pasado de la protagonista. 

Ligero, fresco, intenso e interesante son las palabras que para mí definen las páginas que ha escrito Llobregat