Cómic Asylum, periodismo entre acuarelas.

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Portada Asylum - Javier de Isusi - #CajónCulturalA2Voces

“Asylum es un ejemplo del mejor periodismo que se puede hacer en cómic”.
Marc Pastor i Sanz. Le Monde Diplomatique.

En latín ‘asilo’. Del griego ‘àsylon’, ‘sitio inviolable’.

Marina, con 97 años (2017), dice que su nombre le viene porque nació en el mar. En su residencia, donde vive y la visitan sus hijas, cuenta cómo su niñez acabó el día en que cumplía 15 años de edad, durante las fiestas patronales de Irún, su ciudad natal, días después del Golpe de Estado de Franco en julio del 1936, cuando unos aviones italianos descargaron uno de los primeros bombardeos de la Guerra Civil Española sobre la plaza de Andikona, momento en que murieron niños, niñas y familias enteras, mientras saludaban a los aviones sin saber lo que iba a suceder.

Cuenta cómo formó parte del primer gran éxodo de 20.000 personas de España a Francia, el primer bombardeo sobre población civil en la frontera francesa y cómo acabó en un campo de concentración en una playa fronteriza con Francia no sin muchas calamidades por el camino. Cuenta cómo salió del exilio. Marina fue refugiada española por la guerra.

Aina, de 19 años, que en yoruba significa “niña que nace con el cordón umbilical en torno al cuello”, cuenta cómo cambia ese cordón por una cadena, cuando en Benín, Nigeria, es engañada con la promesa de un futuro esperanzador por parte de una falsa agencia de modelos. Ella accede a esa oportunidad del supuesto (falso) trabajo como vía para escapar de un matrimonio forzoso del que no podría huír de otra manera. Lo peor tras esa ‘agencia’ está por acontecer y cuenta qué hay detrás de esta farsa.

Aina acaba siendo refugiada en España en 2012, por culpa de la violencia y la explotación sexual, pasando antes por un Centro de Internamiento de Extranjeros, desde donde puede empezar a avistar algo de esperanza para una nueva vida gracias a las palabras de Sanza.

Christopher Wekesa, de Kayunga, Uganda. Quiere vvir sin prejuicios tal y como es y se traslada a una ciudad supuestamente más liberal, Nairobi, Nigueria. Allí distingue su cara en un periódico que dicta: ‘HANG THEM!’ (¡COLGADLOS!). Nombres, direcciones y fotografías de personas acusadas de homosexualidad. Han asesinado brutalmente en su casa a David Kato, tras ganar un juicio en favor de los derechos de la comunidad gay y transexual. También a Roger Mbedé (Camerún), condenado a 3 años de cárcel por enviar un sms que lo delataría como homosexual, cayendo en una trampa policial. No llegaría a cumplir condena (por malos tratos y ataques en la cárcel). Christopher acaba siendo un refugiado por persecución homófoba.

Sanza Adzuba. Tropas ugandesas le hacen perder a su familia durante la guerra en El Congo. Ella escapa y acaba en el campo de refugiados más grande de la historia: Goma. Intenta acceder a Europa durante 10 largos años habiendo pasado calamidades en el Monte Gurugú (Marruecos). Lo consigue al fin en 2013, pero cruzar la frontera no es el fin, reconstruir una vida no es sencilla. Sanza se exilia huyendo de la guerra y la violencia.

Imelda, de Ciudad Juárez, México. Periodista junto a su marido escribe las historias recogidas sobre los casos de secuestros, violaciones, mutilaciones, torturas y asesinatos de mujeres y niñas en México. Pide asilo con su marido y su familia en Madrid, España, el año 2014, porque están amenazados todos ellos de muerte, como consecuencia a su investigación y publicación periodística. No están seguros en México, piden asilo por seguridad vital.

La mayoría de los relatos de Asylum están basados en historias reales, por lo que estas personas han sido reflejadas bajo otros nombres para salvaguardar el anonimato.

Es de importancia comentar que el Convenio Europeo de Derechos Humanos comprende el derecho al asilo y que el Derecho Internacional prohíbe a los Estados la expulsión o devolución de una persona al territorio de cualquier país en el que su vida o su libertad se encuentran amenazadas (Estatuto de Refugiados 19514). La realidad es otra, y este derecho vital se vulnera cada día.

Por ello, Javier de Isusi hace ver en varios de los relatos del cómic la doble versión o doble moral de actuaciones por parte de diferentes personas desde dentro del mismo cuerpo como, por ejemplo, en la Guardia Civil costera, donde discuten dos compañeros por la misma situación: uno quiere recoger a una persona ilegal que intenta entrar por el mar, para salvarle la vida, mientras el otro guardia quiere quitarse el problema de encima dejándole morir en el mar.

Esto nos recuerda a la dudosa actuación que hubo en 2014 cuando 15 personas que intentaban llegar a la playa de Tarajal (Ceuta), fallecieron ahogados (tras recibir disparos de pelotas de goma y botes de humo). Por tanto, quiere recordarnos que siempre va a haber actuaciones que vulneren los derechos internacionales mientras otras personas quieren hacer lo correcto.

Todos deberían tener, como dice Javier de Isusi, “la dignidad de defender el derecho a tener derechos”. Porque, como dice Marina desde su sabiduría y vejez, nadie se exilia porque quiere, si no, lo llamaríamos viajes o turismo, pero es exilio porque significa el desarraigo permanente, la melancolía por sensaciones pasadas y proyectos de vida que quedan atrás. Nadie quiere eso ni se juega la vida le cueste lo que cueste sin un gran motivo. Después, tampoco es nada sencillo reconstruir una vida nueva, aunque la acogida y el calor humano es el principio.

“la dignidad de defender el derecho a tener derechos”

Asylum reúne toda una labor periodística que transmite de forma genialmente ilustrada y dialogada por el historietista e ilustrador bilbaíno que, además de relatar las historias de forma gráfica y realista, carga de emociones, empatía y ternura cada ilustración, con dibujos a acuarela y de colores suaves.

Así busca un equilibrio entre la crudeza de las historias habiendo también humor y diálogos que bordan esta novela gráfica para que resulten agradables a la lectura.

Asylum es un cómic solidario. El 100% de los beneficios de su venta van destinadas a la ‘Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi’, CEAR, ONG que lleva más de 25 años trabajando por los derechos de las personas refugiadas. Ha sido maquetado por el historietista y diseñadir gráfico valenciano Manuel Bartual y publicado por la Astiberri Ediciones.

Estremece cada historia al tiempo que compruebas la belleza con que de Isusi extrae un mensaje esperanzador que se va fraguando con cada evolución de los testimonios, y cuyo hilo conductor es el de la historia de Marina y la proposición de una de sus hijas de vender el piso que tiene alquilado. Todo ello cobra sentido de una manera simbólica y práctica, con la que Javier de Isusi complace al lector sabiendo que, mientras estas historias ocurren cada día en cada país, “acoger humanamente también es la esperanza de que algo puede mejorar en este mundo”.

Marina dice que su nombre es así porque nació en el mar. Sí, nació de nuevo, en el barco desde el que avistó por última vez a toda aquella gente que no consiguió salir con ella de aquel campo de concentración durante la guerra. Lloró por ellos y porque parte de ella se quedó con allí, mientras partía por mar a lo que por fin iba a ser por muchos de sus siguientes años, su nuevo hogar. Así, después de sentir que su vida anterior acabó cuando cumplió 15 años durante aquél primer bombardeo, renació  gracias al calor del asilo.

Acoger humanamente también es la esperanza de que algo pueda mejorar en este mundo.

#CajónCulturalA2Voces

1 Comment

  1. Mafalda dice:

    Tipos de lectura muy recomendables
    Estamos acosrtumbrándonos a muchas cosas de las que no nos deberían dejar nada indiferentes,

    Muy bueno Soraya!!!

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