*Fotografía principal de @marialacartelera
Cuando te apasiona tu trabajo y lo vives con intensidad, ocurren y transcurren charlas como la que vais a poder leer a continuación.
Ella, la protagonista de esta entrevista, es Guadalupe Lancho, actriz de cine, musicales, teatro y televisión que adora su profesión y la vive con libertad, arte y mucho amor. Si te acercas a la pequeña pantalla la reconocerás por su intervención en series recientes como Servir y Proteger o Mercado Central. Si prefieres dar un vistazo a la cartelera, seguro que te suenan títulos como Lo Contrario al Amor, Flor de Mayo o Evelyn. Y si por último, eres un apasionado/a del teatro y los musicales, seguro que tienes ganas de sentarte en la butaca para disfrutar de Cats, Más de cien mentiras o El Hombre de la Mancha. Pero, ¿qué tienen en común todos estos títulos? La presencia y el corazón de una mujer única, fuerte y poderosa que ha aceptado entrar en nuestro puntoDgiro. No os la perdáis.
-En primer lugar, quiero agradecerte que me concedas esta entrevista. Quiero conocerte. Danos a conocer quién eres, preséntate. ¿Qué significa ser actriz?
Cada vez que me enfrento a esta respuesta me cuesta más definirme. No hay nada más fluido e inasible que el ser. Podría responderos de infinitas maneras y todas serían ciertas. Soy lo que soy. Un alma libre y lúdica que ha elegido el arte como vehículo para entender la vida. Y de este modo entiendo el oficio de interpretar, re-presentar la vida, traerla de nuevo frente a los ojos para conectar con la Esencia de las historias, de los personajes, de las tramas, del reflejo de lo que somos…y tomar conciencia del privilegio de estar aquí, encarnados.
Ser actriz es tener la humildad de desaparecer para que acontezca la vida dentro de ti, al lado de tus compañeros y siempre al servicio de lo que ha de ser dicho. Ser actriz es ser canal.
-Eres una actriz muy polifacética, te hemos visto en muchas ocasiones en la pequeña pantalla. Has trabajado en diferentes series de televisión: Servir y Proteger, Mercado Central…Háblame de tu experiencia en televisión.
La televisión te brinda la oportunidad de ser visible y entrar en los corazones de mucha gente al mismo tiempo. Y eso abre las compuertas del reconocimiento y de la abundancia, sin duda. Y más en este momento en el que pareces no existir si no eres “visto”…Pero por supuesto no es el único modo de ejercer y estar presentes y vitales en nuestra profesión.
El hecho de pertenecer a un reparto sólido de actores en un producto diario como Mercado Central o Servir y Proteger es uno de los mayores entrenamientos para un intérprete. Saberte “parte” de un todo que funciona como una maquinaria, respetar la función de cada uno de los elementos, producción, dirección, guión, montaje, arte, técnicos de todo tipo. La mayor parte del resultado de tu trabajo no depende solo de ti, y eso hace que el día a día sea colaborativo y nutritivo. La magia del trabajo en equipo y el amor por lo que hacemos marca la diferencia.
Poder desarrollar un personaje “vivo” durante un largo periodo de tiempo, del que ni siquiera conoces las líneas futuras de acción, permite que nazca dentro de ti esa “nueva entidad” de la que podrías hablar con más certeza incluso que los guionistas…Hay un vínculo invisible y profundo con el personaje al que prestas cuerpo y emoción, del que luego tienes que desapegarte con amor, para dejarlo marchar…y dejar así espacio para “lo nuevo”.
-En el mundo de la interpretación hay momentos duros. ¿Cuántas veces te han dicho que no?
Muchas veces. El no es parte del ejercicio de nuestra profesión. Y no hacer de ello algo personal también. Cuanto antes hagamos las paces con esta certeza mejor.
Hace poco una directora de escena me lo explicó con una “metáfora gastronómica”: uno ha de saber cuál es su pan, de qué está hecho, porcentaje de ingredientes, texturas, formas de amasado, mimos y cuidados, toques especiales…Si el que está “buscando” quiere un pan de mis características, no habrá duda, habrá un espacio para mí…si prefiere pan de molde, tostadas o la baguette de moda…no me verá, por mucho que me esfuerce. Lo importante es conocer la propia esencia, cultivarla, nutrirla y ser coherentes, auténticos, únicos y honestos.
Y por supuesto agradecer y enfocar en cada sí que he recibido a lo largo de mi vida, para no olvidar lo que soy. Pero el sí más importante es el que uno se da a sí mismo…para después confiar en la vida, sin reservas.
Soy lo que soy. Un alma libre y lúdica que ha elegido el arte como vehículo para entender la vida.
Guadalupe Lancho – Videobook 2021 – Patricia Romera Representante.
-¿Qué sientes al subirte a un escenario?
El salto al vacío de la creación. Humildad y entrega total al devenir de lo que se presente en el ahora. Confiando por supuesto en el trabajo profundo anterior, el estudio, los ensayos y encuentros, para abandonarse a la relajación, a la mirada y la escucha presentes y sabiéndome en manos de la magia de lo invisible.
Siento un profundo agradecimiento al habitar ese espacio sagrado de transformación, donde tenemos la oportunidad de cambiar y ser cambiados. Para mí el escenario es un caldero. Para calentarlo necesitamos un intercambio de energía con el público. Y así entre todos “cocinemos y alquimicemos” el alimento del Alma.
-Sueles interpretar a mujeres potentes, fuertes, heridas, incluso malvadas… ¿Por qué crees que piensan en ti para ese tipo de actuaciones? ¿Qué tienen tus personajes de ti?
Hace relativamente poco he entendido el motivo por el que la mayoría de mis personajes compartían estos rasgos de empoderamiento femenino, ejercido a veces sin límites o siendo castigadas y vulneradas por tenerlo. Creo profundamente en el misterio, en las sincronías, en que nada es casual y en que el exterior es un reflejo de nuestro mundo interno. La vida nos pone el espejo de lo que debe ser superado o trascendido. Y creo que un buen intérprete ha de hacer un profundo trabajo de autoconocimiento.
Todos estos personajes estaban en sintonía con mi potente energía femenina de la que durante un periodo de mi vida no he sido consciente, o que querido anular o no he manejado con responsabilidad…sin embargo, uno no puede “dejar de ser” e inevitablemente yo emanaba inconscientemente esa cualidad y ha sido muy fácilmente reconocible por directores de casting y productores.
Todos y cada uno de estos personajes me han ayudado a reencontrarme con mi plena potencialidad, con mi sombra, con las partes de mí que debían ser integradas. Al principio me revelaba ante la naturaleza de estas cosas…ahora abrazo cada oportunidad para seguir profundizando en el entendimiento de lo que soy. Me acerco a ellos sin juzgarlos, con amor y compasión para integrar celularmente sus contextos, sus límites y necesidades y dejarles ser a través de mí con la mayor honestidad de la que sea capaz. Tengo la fortuna de poder hacerlo “jugando” en el sagrado mundo de la ficción y además me pagan por ello.
-Parece que te gusta conectar en todos los ámbitos interpretativos, pero, has de elegir, ¿En qué espacio audiovisual te sientes más feliz, más tú? ¿En el teatro, el cine o la televisión?
Me siento yo siempre que conecto con la verdad, con la palabra, con el gesto, con el cuerpo habitado y encendido, con el símbolo, con lo invisible…aunque sea en el salón de mi casa y para mis dos gatos o haciendo una performance improvisada…Lo esencial no es el dónde o el para quién o cuántos…es la oportunidad de crear y co-crear y de ser y dejar belleza en todo, trabajando y jugando con amor y rigor. Esa es para mí la felicidad. Poder expresar libre e imaginativamente mi ser, sin censura, sin juicio, sin expectativa…
-Hablemos de cine. Evelyn, Flor de mayo, Lo contario al amor, Il Ricco il povero e il maggiordomo, Heterosexuales y casados…Cintas de estilo totalmente diferente. ¿Cómo se trabaja en cine? ¿Qué recuerdo tienes de esos días de grabación, de tus compañeros…?
Amo el cine, de hecho me formé inicialmente en una escuela de cine.
Cuando entra el lenguaje audiovisual, la narrativa poética de las imágenes, el encanto de un buen montaje o de una banda sonora…el tempo lento de una grabación cuidada…la solemnidad de la “acción”…la magia se multiplica. En cada uno de estos rodajes hemos generado familias momentos vitales irrepetibles e imborrables que han expandido mi corazón. Sí, deseo hacer más cine.
El no es parte del ejercicio de nuestra profesión. Y no hacer de ello algo personal también. Cuanto antes hagamos las paces con esta certeza mejor.
-Tienes en tus estanterías diferentes premios: Premio Mejor Actriz Premios ABC, Premio Mejor Actriz Festival de Medina del Campo, Premio Mejor Actriz Festival Astorga, Premio Mejor Actriz Festival Cabra etc. Pero, ¿cuál es para ti el mayor premio?
Poder seguir trabajando. Tener la fuerza para generar espacios para mi arte. No perder la capacidad de soñar, de desear, no perder la curiosidad, ni la inquietud, ni el fuego creativo que reconozco en mí desde que tengo “uso de corazón “. El mayor premio es saber quién soy y lo que puedo ofrecer al mundo sin necesidad de validación externa, de modas o de “imposibles” impuestos por lo que impera ahí fuera.
-Ha llegado el momento del teatro. El hombre de la Mancha, magistral actuación. Háblame de Aldonza.
Aldonza es uno de los personajes que me cambió, me sanó, me expandió.
Llegó a mí de una manera mágica e inesperada, como todo lo que sucede porque ha de suceder…y México supuso una experiencia integral para mí. Descontextualizarme, lejos de mi entorno y de los míos, me predispuso para “dejarme ser” con libertad. Una compañía de teatro y una dirección en estado de gracia hicieron el resto. Y un personaje clave de nuestra literatura que me enseñó la importancia de “sentirse merecedor”.
Aldonza, estigmatizada, vejada y creyéndose profundamente indigna, pudo reconocerse en la mirada limpia de su D. Quijote, que solo veía lo sublime en ella. Así pudo sentir su herida, su dolor, integrar toda su luz y transformarse. Me enseñó la enorme potencia de saber “ver valor en los otros” y de darse el “permiso” de ser amados, de amar, de perdonar y ser perdonados…
Supuso un punto de giro en mi madurez actoral. Cada noche conectaba con memorias ancestrales del sagrado femenino…y cada día recibía el cariño y el agradecimiento de mujeres que se identificaban con esa herida. El teatro como rito, como espacio conjuro, como canal sanador.
-También has participado en Cats. Me encantan los gatos y los musicales: ¿cómo se prepara un musical tan potente e impactante como este?
Es uno de los trabajos más duros físicamente a los que me he enfrentado. Pero eso hizo acrecentar el sentimiento de tribu entre toda la compañía. El grupo sostenía el desaliento que pudiéramos sentir, nos apoyábamos los unos a los otros.
El musical requería un rigor y compromiso total con la coreografía, con el gesto, con la energía, con el instrumento vocal…y por supuesto una entrega total al arquetipo que representaba cada uno de los gatos.
Es curioso porque en ese momento yo no convivía con felinos, ahora tengo dos, y mi trabajo se basó mucho en la observación del comportamiento de esta especie maravillosa, sabia y enigmática. Me pregunto qué hubiera sido capaz de reproducir si el proyecto me llegase ahora…
Era esencial el trabajo de caracterización en el que nos “deshumanizábamos” para que la manada pudiera habitarnos…un verdadero privilegio.
Al subirme al escenario siento un profundo agradecimiento al habitar ese espacio sagrado de transformación, donde tenemos la oportunidad de cambiar y ser cambiados. Para mí el escenario es un caldero.
Seguro que, como apasionada de lo audiovisual, eres fan de diferentes actores, actrices, directores… ¿Qué tipo de película te gustaría hacer y qué personaje te gustaría interpretar? Cuéntame con qué actor o actriz te gustaría trabajar mano a mano.
Mis gustos son eclécticos, lo que me seduce es una buena historia, ya sea íntima, o social…o fantástica. Directores como Sorogoyen, Jota Linares, Carlos Vermut, Fernando León, Carla Simón, Alauda Ruiz o cualquiera de las maravillosas directoras emergentes que están ahora haciendo cine desde una perspectiva femenina.
Respecto a mis compañeros, cuanto más brillantes mejor, deseo rodearme de excelencia, de rigor, de libertad y de talento.
-¿Qué tiene Guadalupe entre manos y cómo mira el futuro?
Mi futuro es un presente continúo que va cobrando forma poco a poco y en el que me permito espacio para la sorpresa. Actualmente estoy inmersa en representaciones de Woman de Aarón Vivancos, un espectáculo de flamenco dramatizado que honra la memoria y el legado de las mujeres y de “lo femenino” en el mundo.
Y estoy inmersa en mis propios proyectos creativos personales. Ha llegado la hora de “dar voz a mi voz” en forma de performance, concierto poético o “baraja de cartas”…y por supuesto espacios de Artes escénicas aplicadas para la expansión de la conciencia y del ser. Todo eso está ya cocinándose en mi caldero…
El caldero de Guadalupe está lleno de ingredientes interesantes. Su perfil es intenso y mágico. Un cóctel potente que sabe a cultura y a arte. A corazón abierto. No dejaremos de seguir a esta actriz y te invitamos a que tú hagas lo mismo. ¡Gracias de nuevo por tus palabras tan sinceras!