La cultura está llena de mujeres y hombres con un gran talento, que, a lo largo de sus vidas, han trabajado muy duro para conseguir lo que son hoy en día o para que, actualmente, les recordemos por las obras que nos dejaron al morir.
En este post, aprovechando este mes tan especial para todas nosotras, vamos a hacer un repaso de solo unas poquísimas mujeres escritoras que han llevado a la literatura a lo más alto.
El primer reconocimiento es para las “Sin sombrero” esas mujeres que protagonizaron la Generación del 27 sin prácticamente saberlo y pasando, desgraciadamente, un poco desapercibidas. Dentro del Grupo del 27 existieron, crearon y triunfaron una generación de mujeres pintoras, poetas, novelistas, ilustradoras, escultoras y pensadoras, de inmenso talento que no solo gozaron en su tiempo de éxito nacional e internacional, sino que a través de su arte y activismo desafiaron y cambiaron las normas sociales y culturales de la España de los años 20 y 30. Como he dicho, en ese grupo había multitud de escritoras como María Teresa León, Josefina De La Torre, Concha Méndez, Ernestina de Champourcin y Rosa Chacel.
Ellas eran novelistas, articulista y poetisas que lucharon en una España poco amiga de la modernidad y la vanguardia de la mano de grandes autores como Lorca y pintores como Dalí. ¿Por qué ese nombre? ¿Por qué las “Sin sombrero”? Porque ellas, acompañadas de los hombres que acabo de nombrar, se plantaron un día delante de la Puerta del Sol y se quitaron el sombrero, queriendo hacer saber que se quitaban aquello que les cubría la cabeza para que sus ideas corrieran libremente. Les apedrearon y ellos defendieron que los intelectuales no se tapaban la cabeza.
El Ministerio del Tiempo dedicó un capítulo de su serie a estas mujeres, feministas de las de verdad.
Mujeres que a través de su arte y activismo desafiaron y cambiaron las normas sociales y culturales de la España de los años 20 y 30.
Nacida en Santiago de Compostela, escribió novelas tanto en castellano como en gallego. Su primera obra fue el libro de poemas A mi madre (1863), al cual siguieron los Cantares gallegos (1863), canto a su Galicia rural, lleno de añoranza y denuncia ante la explotación de los segadores por parte de Castilla. Con Cantares gallegos, escrito íntegramente en lengua gallega, dio comienzo el renacimiento poético. A estas obras le siguieron Ruinas, El primer loco y Follas Novas, además de muchas obras más. Su obra se equipara a la de Bécquer, con ese romanticismo triste y oscuro. Esta mujer fue inspiración para obras de autores como Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.
Con Cantares gallegos, escrito íntegramente en lengua gallega, dio comienzo el renacimiento poético.
“Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad de género humano en política, para que la política sea cosa de dos, porque solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás las hacemos todos en común, y no podéis venir aquí vosotros a legislar, a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras”.
Año 1935, año en el que Clara Campoamor escribía estas palabras en El voto femenino y yo: mi pecado mortal, una obra en la que exponía la lucha por el derecho de voto de las mujeres. En esa época, y con solo 26 años, consiguió un trabajo como profesora de mecanografía y empezó a frecuentar los ambientes intelectuales madrileños, donde entró en contacto con activistas feministas. Sin duda, ella es una mujer clave de la cual todas deberíamos aprender, incluidas las que hoy en día intentan gobernarnos. Campoamor es un icono del feminismo de verdad.
Esta mujer, fue sin duda, la escritora de mayor prestigio de las letras españolas. Galardonada con premios como el Nacional de las Letras o el Cervantes, fue, además, académica de la RAE, siendo la tercera mujer en conseguir ese puesto. Desde muy pequeña, con tan solo 10 años, Ana María comienza a dedicarse a la escritura, colaborando en diferentes revistas hasta que en 1948 publica su primera novela, Los Abel, novela que hace estallar al público que lanza al estrellato a esta gran mujer.
A partir de ahí comienza a escribir sin parar y empieza a conseguir multitud de menciones y galardones: Premio Nadal, Premio Planeta y nominación al Premio Nobel. Todos sus libros han sido traducidos a más de 23 idiomas y en 2007 recibe el prestigioso Premio Nacional de las Letras, y en 2010, se convierte en la tercera mujer en obtener el Premio Cervantes otorgado por el Ministerio de Cultura de España.
Sin duda, esta escritora que daría para hacer muchos post, es una gran referente para las mujeres de hoy en día, y no solo para las que escribimos.
Esta mujer, fue sin duda, la escritora de mayor prestigio de las letras españolas.
Ella es la última mujer que va a ocupar este post.
Para Gloria, lo más importante eran los niños, y así lo hizo saber en cada una de las obras que nos regaló a quienes nos hemos criado leyendo sus poesías. Ella gozaba de un extraño don, ya que, su poesía llega a todo tipo de lectores y su emoción tan humana acogía a todos.
Gloria escribía sobre la paz, la guerra, los dramas y los dolores humanos con una espontaneidad divertida e irónica, reflexiva, sencilla, solidaria y sincera. Sin lugar a dudas, ella era como escribía. Fuertes te incitaba a para, a pensar y a ver que sin prisa, todo podía ser más feliz, como dice en el siguiente poema:
La gente corre tanto porque no sabe dónde va, el que sabe dónde va, va despacio, para paladear el “ir llegando”….
Ellas fueron grandes escritoras, pero sin duda, grandes mujeres que lucharon por llegar donde querían. Todas, seamos escritoras o no, podemos llegar donde queramos y conseguir hacer de este mundo un lugar en el que se pueda volver a creer en el ser humano.