Es una lata el trabajar es el espectáculo musical que está llenando de luz, color, brillo y canciones las noches valencianas.
Desde la calle Caballeros donde se ubica mi querido Teatre Talia y para el mundo, el musical escrito y dirigido por Jaime Pujol y Diego Braguinsky, se pone su mejor corbata para conquistar en cada función al público presente. Así, de la mano de un elenco encabezado por Naím Thomas y Gisela, acompañados por un comboi de la escena valenciana como son Óscar Ramos, Ana Conca, José Montesinos, Pau Vercher y Mamen Mengó, se alza un espectáculo que tiene como fin rendir homenaje a la figura de Luis Aguilé, acercar las canciones del cantautor argentino a todos los públicos, y sobre todo, hablarnos de la importancia de mantener viva la memoria, la familia y el amor.
Un espectáculo que tiene como fin rendir homenaje a la figura de Luis Aguilé, acercar las canciones del cantautor argentino a todos los públicos, y sobre todo, hablarnos de la importancia de mantener viva la memoria, la familia y el amor.
Óscar, papel que encarna Óscar Ramos, y Andrea, a la que da vida Gisela, son los herederos de la fábrica de corbatas familiar. Tras el fallecimiento de su padre, ambos deben decidir qué hacer con ella. Óscar, que necesita dinero desesperadamente, quiere vender; sin embargo Andrea no se dará por vencida y con la ayuda de Lucas, interpretado por Naím, tratarán de reflotar la fábrica y darle una nueva vida. Pero, ¿qué tiene que ver Luis Aguilé en todo esto? Pues que además de ser el rey de las corbatas, se convertirá en la voz interior de la protagonista, siendo clave para conseguir honrar la memoria de su padre.
Entonces y vista la premisa, ¿Es una lata el trabajar es un espectáculo para todos los públicos? Sí rotundo. Desde que se abre el telón nos sumergimos de lleno en un ambiente de color y música en el que todos los actores interactúan sobre el escenario para situarnos en espacio y tiempo, con uno de los temas compuestos por Víctor Lucas, haciendo gala de una extraordinaria dirección musical con composiciones propias que funcionan a la perfección entre las inolvidables canciones de Aguilé. La importancia del movimiento y la coreografía quedan patentes durante toda la función, necesitando a los actores y actrices 100% activos y libres sobre el escenario para que todo encaje perfectamente. Seguro que mucho tiene que ver la labor de regidora y ayudante de dirección de Mamen Mengó, también presente en la obra como actriz y a la que en este «pisito» virtual que es A2VOCES le tenemos un cariño muy especial. Así, con diferentes combinaciones de decorados acompañados por un juego de luces acorde a una estética que ya se adivina en el cartel diseñado por Assad Kassab, el musical nos regala una propuesta escénica moderna con toques setenteros a la que no le falta detalle y que hace de la sencillez toda una virtud.
El musical nos regala una propuesta escénica moderna con toques setenteros a la que no le falta detalle y que hace de la sencillez toda una virtud.
Del lado de la interpretación y durante la representación también hay lugar para el conflicto, generalmente empujado por el personaje de Óscar Ramos que presenta a un antagonista egoísta y arruinado que tiene más de comedia que de drama y que nos muestra el fantástico actor que es. Acostumbrada a verlo encarnando el papel de su ya mítico Robert de L’Alquería Blanca, Óscar sorprende en el escenario con un vozarrón y muchas tablas, en un registro diferente al de la pantalla y que solventa a las mil maravillas.
Por otra parte y si hablamos de reír, no puedo dejar pasar las interpretaciones de Pau Vercher y una colosal Ana Conca, poniendo la nota más cómica y fresca al texto. Pau, inseparable de Andrea, encarna un personaje tierno y curioso. El amigo que todos querríamos tener y el actor fantástico que acaba de alzarse con el premio a mejor actor revelación en los premios otorgados por l’Associació d’Actors i Actrius Professionals Valencians. Ana, por su parte, hace alarde de su versatilidad desde que aparece en el escenario, ofreciendo al público uno de los mejores números musicales de la obra interpretando Juanita Banana de Aguilé, y como digo, llevando parte del peso cómico y la energía que necesita su papel de influencer chiflada que vive a golpe de like, y que insisto, te hará reír a carcajadas. Completa la «colla valenciana» José Montesinos, acercándonos en carne y hueso al mismísimo Luis Aguilé. Como un galán de telenovela y con una «cara fenomenal», Montesinos lo clava en todas sus intervenciones, especialmente si le toca cantar. Un diez total para el que seguramente sea el personaje más complejo de interpretar por su simbolismo dentro de la obra y su importancia en el desarrollo de la historia que nos quieren contar.
¿Y qué pasa con Gisela y Naím? Pues emociones a parte, reconozco que ambos me hicieron sentir una especie de orgullo difícil de explicar. Si le llegan a decir a mi yo de siete años que entraba feliz a la plaza de toros de Valencia para ver el primer concierto de su vida con los chicos y chicas de Operación Triunfo, fliparía. Pero 21 años después he tenido la suerte de ser testigo del crecimiento de ambos como intérpretes y actores, y eso es un regalo para alguien como yo, que en aquel entonces empezó a entender lo que implicaba admirar a alguien. Naím y Gisela traen consigo una carrera que es indiscutible y que continúa nutriéndose de proyectos que les vienen como anillo al dedo. Andrea y Lucas derrochan generosidad y ternura sobre el escenario. También amor, el ingrediente básico de este musical. Gisela y Naím traen la experiencia, la profesionalidad y la complicidad. Juntos dan vida a unos personajes cuya química va más allá y es una suerte percibirlo desde el patio de butacas.
Naím y Gisela traen consigo una carrera que es indiscutible y que continúa nutriéndose de proyectos que les vienen como anillo al dedo.
En definitiva…¿hay mejor sitio para reír, emocionarse, bailar y vivir que un musical? Si como yo crees que no, apunta: Es una lata el trabajar continuará su andadura en el Talia de Valencia hasta el 13 de noviembre. Pasará por Molina de Segura a finales de este mismo mes; y vivirá su gran estreno en Madrid el 5 de mayo de 2023 en el Teatro Reina Victoria.
Larga vida al trabajo bien hecho y al teatro que enamora.