Cuesta mucho pensar que alguno de los actores que participaron en Friends no haya tenido una vida repleta de millones de dólares, éxito y amor de la gente, después de ser capaces de «parir» la mejor serie de la historia de la televisión. Pero si conoces un poco el universo de los «colegas», no es ningún secreto que Matthew Perry se lo llevó todo. Lo bueno y lo malo. El extremo de construir a un personaje inolvidable a base de talento y comedia, y por otro lado, un infierno que ha durado demasiado tiempo entre ríos de alcohol, cifras incontables de opiáceos, mucha cocaína y toneladas de cigarrillos.
El actor que interpretara al mítico Chandler Bing acaba de lanzar Amigos, amantes y aquello tan terrible, una autobiografía editada en España por Contraluz Editorial en la que a corazón abierto, se enfrenta a los pasajes más complicados de una vida de contrastes marcada por la separación de sus padres, su carrera como actor y creador, sus relaciones personales, y por supuesto, sus adicciones.
Se ha escrito mucho -y criticado más- sobre la figura de Perry a lo largo de estos años, pero sin duda, este libro es el pasaporte directo que nos permite colarnos en una mente tan privilegiada como repleta de peligrosos demonios que han llevado al protagonista de Friends a casi acabar con su vida en más de una ocasión. Y contado de primera mano, sin complejos y como tiene que ser; porque más allá de escribir unas memorias, con este Amigos, amantes y aquello tan terrible, Matthew ha conseguido acercarnos a su verdadero sentir en todas las etapas de su vida: desde la luz de Friends, Hollywood y la fama, hasta la oscuridad de los centros de desintoxicación, las camas de hospital y la mierda (literal) que tenía guardada en su cuerpo. No hay filtros para unas vivencias que estuvieron marcadas por la soledad que experimentó en su niñez, su temprano coqueteo con el alcohol, su entrada en el mundo de la interpretación, los primeros colocones con sus posteriores consecuencias, su miedo irracional a la vida en pareja, y todo lo que supuso formar parte de una serie que, 25 años después, sigue batiendo récords.
El actor que interpretara al mítico Chandler Bing acaba de lanzar ‘Amigos, amantes y aquello tan terrible’, una autobiografía en la que a corazón abierto, se enfrenta a los pasajes más complicados de una vida de contrastes.
Si bien lo que cuenta el actor en el libro impacta desde el primer capítulo y adquiere toda la importancia que tiene, hay una manera de transmitirlo en su forma de escribir que resta epicidad al asunto y le permite centrarse en lo que mejor sabe hacer: REÍR. Conforme vas pasando de página es palpable el talento de Matthew Perry para la comedia, porque es capaz de contarnos que literalmente se ha pasado 14 días en coma con el colon reventado mientras los médicos le daban por muerto, y llevarte al sofá del Central Perk visualizando como Chandler estaría hablando de toda su basura a Mónica, Ross, Phoebe, Rachel y Joey mientras todos se ríen con él. This is Matthew Perry en todo su esplendor, transformando su drama en un relato de desahogo y autoayuda que ha sido escrito para cualquiera que quiera acercarse a él sin prejuicios ni tapujos, asumiendo que lo ha hecho fatal, pero que a pesar de todo, sigue aquí, eternamente agradecido a todos y cada uno de los que no le han soltado de la mano y con un cariño enorme hacia su Chandler, que le ha hecho la vida mejor.
No importa si no eres fan de Friends o si no tienes ni la más remota idea de quien es este señor porque esta lectura está para disfrutarla con prólogo de Lisa Kudrow incluido. Amigos, amantes y aquello tan terrible es un paseo interesante por las consecuencias de las adicciones y de las cosas inexplicables. Del como teniéndolo todo en realidad puedes bucear en la profundidad de la nada y el dolor más intenso. Pero también son las líneas que nos aclaran porqué Matthew Perry se ha ganado el derecho a caer tan bien y a ser un tío inolvidable.
Si bien lo que cuenta el actor en el libro impacta desde el primer capítulo y adquiere toda la importancia que tiene, hay una manera de transmitirlo en su forma de escribir que resta epicidad al asunto y le permite centrarse en lo que mejor sabe hacer: REÍR.
En definitiva, un buen comienzo lector para este 2023 al que te recomiendo acercarte.