Para mí, Pablo Alborán es sinónimo de amor, de relajación, de arte y por supuesto, de música. Dicen que la música amansa a las fieras y en mí sus melodías hacen ese efecto.
El año pasado tuve la suerte de verle en directo en Valencia, en una noche que se llenó de magia gracias al majestuoso espectáculo que hicieron tanto él como sus músicos.
Durante casi dos horas de concierto sin descanso, Pablo Alborán deleitó de sus letras, música y baile a todos los que estábamos allí presentes. Por suerte, he ido a muchos conciertos durante mi vida, de artistas muy diferentes y de registros totalmente distintos, pero nunca he sentido en ninguno lo que se siente al ver a Alborán en directo.
Es imposible no escucharle y llenarte de emoción. La piel y de gallina y los ojos llorosos son los protagonistas de cada una de sus obras de arte. Pobre de aquel que no haya sentido nunca algo así al escuchar música. En ese concierto sonaron temas como No vaya a ser, Solamente tú, Te echo de menos, Saturno y Prometo, canción que dio nombre al tour.
Por suerte, he ido a muchos conciertos durante mi vida, de artistas muy diferentes y de registros totalmente distintos, pero nunca he sentido en ninguno lo que se siente al ver a Alborán en directo.
Este año, Alborán ha sido bastante más protagonista a causa de la confesión sobre su orientación sexual. Creo que, sus seguidores, sabíamos a la perfección esa orientación y ni nosotros ni nadie necesitaba ninguna explicación sobre su vida privada, pero, de todas maneras, he de que reconocer que fue un acto de honor y valentía, más que nada porque así parece que rompe con su estereotipo de cantante de masas adolescentes y niñas chillonas. Su carrera de éxito internacional siempre ha estado marcada por una gran intimidad.
Como dice él, «no vendo mi vida, vendo mi música», y es lo mejor que puede hacer, ya que, un artista no necesita ser una estrella de las portadas de las revistas del corazón, un artista necesita conquistar con su música y sus letras.
Justo hoy 11 de diciembre de 2020 nos trae el mejor regalo de navidad, su nuevo álbum, titulado Vértigo. ¿Sabéis quién lo tiene ya? Pues sí, yo. Mi hermano me ha hecho un regalazo. Vértigo llega como medicina para el alma con títulos como Si hubieras querido, Hablemos de amor y Corazón Descalzo. El malagueño nos acerca a los oídos el duro trabajo realizado durante los meses que más han marcado este año. El artista ha confesado que Vértigo:
«Es el título más honesto que podía darle a este álbum. Porque amar da vértigo, que no te quieran da vértigo, el momento que estamos viviendo da vértigo, … pero por otro lado, si no sientes vértigo, es que no estás vivo”.
Alborán se ha sentido más libre que nunca con este disco, y así lo expresa dando rienda suelta a muchas ideas que, para mí, aún no había puesto en práctica. Creo que, de este CD, me quedo con Si hubieras querido. La calma que produce cada palabra de esta canción es inexplicable.
Alborán lleva muchos años dedicando su vida a la música y lanzando sus éxitos desde 2011. Entre todos sus logros destaca el premio Goya gracias a su canción protagonista de la cinta Palmeras en la nieve.
¿Sabéis cómo dio comienzo su carrera? En Youtube. Él colgaba vídeos caseros en los que cantaba y tocaba algún instrumento. Esos vídeos, en poco tiempo, llegaron a las más de 180.000.000 reproducciones en toda España y Latinoamérica, donde es aún más reconocido que en nuestro país. Creo que Alborán es ejemplo de trabajo, esfuerzo, constancia y lucha por conseguir un sueño, el sueño de crear música que calienta el corazón.
Después de viajar a Saturno ¿estáis preparados para sentir Vértigo?