La generación Z definiría a nuestro protagonista de hoy cómo alguien tiene mucho swag o mucho flow. Sin embargo, a mí me gusta referirme a él como un creador con swing. Pero no el swing del que se baila, sino un swing de esos que se lleva dentro, implícito.
Jesús Ponce es director de fotografía y a pesar de su juventud ya cuenta con una trayectoria muy interesante a sus espaldas, gracias a su participación en proyectos en todos los campos audiovisuales. Videoclips, videocreación, ficción, televisión y publicidad, forman parte del portfolio de Jesús, que destaca por crear con su trabajo, un universo de luz y de color que diría la Tómbola de Marisol.
Otra de las cosas que le definen es la originalidad, que como no podía ser de otra forma la traslada a la imagen convirtiendo cada pieza en un espectáculo para la retina. Así en esta entrevista, Jesús nos cuenta cómo su madre le lanzó el testigo para ser un apasionado del cine como ella, qué le aporta el audiovisual, y por qué sigue rodando a la vieja usanza.
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-Cuéntanos quién es Jesús Ponce y de dónde viene esa vocación por el audiovisual.
Soy un joven director de fotografía de la nueva escena audiovisual valenciana. Actualmente trabajo en la realización de videoclips, publicidad, videocreaciones y formatos televisivos. En ellos siempre intento reflejar mi sello personal, que pasa por un estilo muy marcado en el que prefiero las cualidades que me aporta la luz exterior frente al control lumínico de plató. Visto de otro modo, disfruto del efecto de la luz natural sobre los elementos, me aporta unas texturas y una cremosidad que no se puede obtener de otro modo.
Nunca entendí mi pasión por el séptimo arte como una profesión. Desde pequeño he consumido muchísimas horas de contenido audiovisual gracias a la afición de mi madre por el cine. Pasé muchas madrugadas de mi adolescencia viendo películas hasta que me replanteé que había todo un sector trabajando detrás y decidí formar parte de él. Ahora también paso horas y horas delante del ordenador viendo videos en Vimeo, películas en el cine o la Filmoteca y leyendo cómics en mis ratos libres. No me canso de consumir contenido audiovisual que me sirve como referencias para mi trabajo. A día de hoy, lo tenemos más fácil que nunca porque podemos acceder a contenido personalizado en un solo click y tenemos que aprovecharlo.
-En la mayoría de tus proyectos trabajas como director de fotografía. ¿Por qué escogiste este área?
No podría estar en otro departamento. Es inevitable llegar a un rodaje y no querer operar la cámara. Hay directores de fotografía que no se separan de las cámaras y yo soy uno de ellos. Me encanta la luz, cuando paseo, sea donde sea, me encandilo con la misma, me quedo mirándola y cada día me asombra más. La incidencia de la luz, los colores y las texturas en la hora mágica son preciosos.
Algo fundamental y que considero una de las cosas más importantes que tiene que tener un director de fotografía es la curiosidad. Soy muy curioso y analizo otras perspectivas, de ese modo aprendo a ver las cosas de una manera diferente. Nunca debes de dejar de tener curiosidad y aprovecharla para aprender.
-¿Qué te aporta el audiovisual?
He encontrado mi trabajo, a lo que me quiero dedicar el resto de mi vida y eso es muy gratificante. En ocasiones, cuando voy a trabajar es como si no fuera, disfruto mucho del mismo. Cada rodaje es una experiencia nueva: nuevos compañeros y nuevos lugares que me llevan por un proceso de aprendizaje muy enriquecedor.
Siempre he pensando que si voy a pasar gran parte de mi vida haciendo algo, tiene que ser algo que me motive y realice a nivel personal. Quiero llegar a casa y estar orgulloso de mi trabajo, no concibo una vida que no sea así.
He encontrado mi trabajo, a lo que me quiero dedicar el resto de mi vida.
-Si algo demuestras en tus proyectos es que tienes un gusto por la estética y el color al alcance de pocos. ¿Cómo definirías tu estilo como creador?
Me alegra mucho escuchar eso, gracias. El sello personal o estilo es algo sujeto a muchas cosas y difícil de expresar. Lo concibo más como un proceso de educación visual a través del tiempo. Con el paso del mismo, he ido observando y aprendiendo de todo aquel material audiovisual que he visto y considerado relevante. En este aspecto, Instagram o Vimeo me sirven de gran ayuda para seleccionar lo que quiero ver.
Siempre quiero darle relevancia a los personajes, marcarles mucho su personalidad. Hacerlos vulnerables y de este modo, mucho más accesibles al público o espectador que ve la pieza. El objetivo es que impacte a quien lo vea y el personaje destaque sobre el resto.
En resumen, realmente no quiero contar nada a través de mi obra, para nada es mi intención. Pero al final y sin quererlo, mis trabajos se convierten en un reflejo de mi vida y la manera que tengo de ver e interactuar con el mundo que nos rodea.
-Hablemos de referentes. ¿Quiénes son los tuyos?
Siendo sincero, no tengo un referente que determine mi trabajo. Pero sí es cierto que me inspiro en muchos de los trabajos de directores de fotografía tan diferentes como Alex Rapariz, Arnau Valls o Thais Català. Es interesante conocer las diferentes corrientes que van surgiendo o están presentes en la actualidad para seguir descubriendo estímulos que definan tu estilo propio.
-Publicidad, videoclip, videocreación, etc. ¿En qué campo te sientes más cómodo y por qué?
No sabría decidir entre videoclip o videocreación. Ambos me aportan la libertad que en la publicidad no tienes. La publicidad por lo general viene con un tratamiento más definido y poco se puede hacer frente a eso. Siempre intento dejar mi estilo; si ves todo mi trabajo podrías reconocerlo y en publicidad no siempre es así. Aunque por suerte, cuando te llaman para realizar publicidad es porque tu estilo se adapta mucho a la pieza.
-De todos los proyectos que has realizado, ¿Cuál ha sido el más especial para ti?
Todos y cada uno de ellos son especiales. Una vez pasado el tiempo, los proyectos siempre traen buenos recuerdos. A la hora de realizarlos, por lo general es un proceso largo donde conoces a la gente, sus gustos y cómo trabaja. Se convierte en un barco donde reman todos en la misma dirección y esa sensación de compañerismo es lo que hace a cada proyecto único. Aunque si tengo que destacar uno, sería “Quémame” de Chlöes Clue.
La oportunidad de poder trabajar junto con compañeros a los que puedo llamar amigos, después de años sin hacerlo en un rodaje, fue muy especial porque estas ocasiones no siempre se dan. Gracias a Raquel Adalid (Chlöes Clue), el director de video, Francesc Planes, y yo tuvimos una libertad creativa extraordinaria que se ve reflejada en el resultado.
Mis trabajos se convierten en un reflejo de mi vida y la manera que tengo de ver e interactuar con el mundo que nos rodea.
Gracias a mi trabajo he tenido la oportunidad de poder trabajar con personas relevantes de ámbitos muy variados como: Máximo Huerta, Danna Paola, Kidd Keo, Alaska y Mario Vaquerizo, entre otros muchos más.
-¿Qué campos te quedan por explorar? ¿Cuál es esa pieza que te “mueres” por rodar?
Me gusta que me hagáis esta pregunta. Tengo muchas ganas de rodar ficción. Si algún director está leyendo esta entrevista, le gusta mi trabajo y tiene un guión, solo tiene que llamarme y presentarme el proyecto. Hace mucho tiempo que no ruedo ficción y creo que mi estilo tan marcado, colorido y visual podría dar un valor añadido a la pieza.
-Vemos que de normal trabajas en analógico, ¿Por qué?
Siempre que el proyecto me lo permite ruedo en analógico. El digital no tiene ni el aura ni la presencia que da la película, algo que considero indispensable en mi obra. Pero hay que ser consciente de los pros y contras que aporta cada uno a la hora de grabar.
El cine digital ha logrado introducir un nuevo lenguaje en las producciones cinematográficas y refrescar la industria de una manera vertiginosa. En estos momentos, todo el mundo puede lograr resultados sorprendentes con muy pocos recursos y esto ha permitido generar nuevas escenas. Las facilidades de rodar en digital las han sabido aprovechar sobre todo los más jóvenes, como es mi caso.
Cuando ruedo en 16mm la complejidad es mayor, el fotómetro va pegado a mí, es una extensión más de mi cuerpo. Este hecho me hace trabajar con más presión y esta misma se contagia a todo el equipo, tanto al de cámara como al resto. En resumen, es un trabajo más delicado y perfeccionista, cuidado al detalle.
-¿Futuros proyectos a la vista?
Me acaban de llegar varios proyectos en los que tengo muchas ganas de trabajar. Pero como todo el que lea esto ya sabe, no puedo hablar mucho más sobre ellos. Puedo adelantar que son dos videoclips, una publicidad y un programa televisivo para un largo plazo.
Cuando ruedo en 16mm la complejidad es mayor, el fotómetro va pegado a mí, es una extensión más de mi cuerpo.
Para acabar, solo me queda darle las gracias y animarle a que siga llenando nuestros ojos de mucho color.