El desorden que dejas es uno de los últimos éxitos de Netflix con acento gallego y una trama repleta de misterio. Su creador Carlos Montero, “auto-adapta” su propia novela homónima y da el salto al audiovisual en una de las miniseries más interesantes del 2020. 

No era difícil dar con la tecla del triunfo en una serie en la que se juntan dos de las mejores actrices de nuestro país como son Inma Cuesta y Bárbara Lennie en un duelo interpretativo estupendo, acompañadas por el ídolo adolescente Arón Piper, el maravilloso Roberto Enríquez y el actor que nunca falla en las series con tintes norteños Tamar Novas. Un descubrimiento también el de Roque Ruíz, el actor revelación de la serie en el papel de Roi y al que le auguro un gran futuro en la interpretación, así como a Isabel Garrido, la tercera en discordia del grupo de alumnos a la que seguir la pista.

La sinopsis de la serie parte de la muerte de Viruca, el personaje de Bárbara Lennie, la profesora de literatura del instituto de Novariz, y la llegada de Raquel, papel que encarna Inma Cuesta y que además de ser la sustituta que tiene que lidiar con alumnos complicados, no lo tendrá nada fácil para adaptarse al pueblo en el que todos se conocen: «Y tú, ¿cuánto vas a tardar en morir?». Ahí es nada…

Presentado el elenco y la trama, hay que destacar que El desorden que dejas funciona a la perfección como thriller y noir que te mantiene pegado al sillón durante cada capítulo por las fórmulas narrativas que utiliza. Es especialmente interesante el montaje paralelo que se emplea para contar la historia de las dos protagonistas con saltos al pasado que apenas se notan visualmente porque están perfectamente integrados en la narrativa. También ayudan sus tonos grises, la niebla y la lluvia que no cesa, las calles desiertas y la iluminación en clave baja de lugares como la taberna o el  bosque. Todos los elementos te introducen en una historia que también suena a Galicia gracias a La espina de la flor en tu costado, el tema de Xoel López que además de ser una de las canciones más bonitas de su último disco, abre una de las mejores cabeceras del año vistas en una serie. 

Respecto a la novela, el personaje de Viruca gana en relevancia y como espectadora, esto se agradece ya que Bárbara Lennie está inmensa interpretando a un personaje movido por la ambición, la pasión y la pulsión. Es seguramente la mejor del elenco con permiso de una Inma Cuesta que aunque más comedida, pone la cabeza y la calma en una vorágine de sucesos sin resolver. Quizás el que peor parado sale es Tamar Novas, por culpa de Germán, marido de Raquel y personaje anodino y conformista donde los haya. 

Otro aspecto muy a favor de esta ficción son sus localizaciones. En especial, el instituto de Novariz en el que se desarrolla parte de la historia y que está situado en Celanova, un pequeño pueblo de Ourense. Sus pasillos, sus aulas, los exteriores y esa biblioteca infinita son delicia visual. También el resto de escenarios repartidos en distintos puntos de la comunidad gallega como el Paseo Marítimo de Coruña, o Las Termas de Bande en Ourense; esta última es vital para entender algunos de los entresijos de la trama. Al final, El desorden que dejas hace su labor turística y pone en el mapa rincones de Galicia que no conocíamos y nos anima a visitarlos. 

Roque Ruíz, Arón Piper e Isabel Garrido en ‘El desorden que dejas’.

Quizás lo que menos convence es la rapidez con la que se desarrollan algunas tramas y la importancia  poco merecida que se le da a otras. Hay tramas inconclusas de las que esperas más y algunos elementos cogidos con pinzas que aportan poco en el desarrollo de la historia. De hecho, el final sin ser malo, no es lo mejor de la serie ya que es previsible y menos épico de lo que me hubiera gustado. 

Por poner otro pero aunque menos importante, es que se echa de menos más interacción entre los alumnos del instituto. Los figurantes son eso mismo y todo el protagonismo se lo llevan Roi, para mí el mejor de los tres, Nerea y Iago. Este último es el personaje que interpreta Arón Piper y una gran sorpresa para mí ya que no he visto Élite. El malo “malote” tiene más de una razón de peso para serlo y su evolución está presente en en el desarrollo de cada capítulo. 

Así, la producción de Vaca Films se ha ganado a pulso ser un thriller con todas las letras y uno de los títulos más interesantes que nos ha dejado este 2020. Lo tiene todo para triunfar: buenos actores bien dirigidos, magnífica factura técnica, una historia con misterio y morbo, escenarios de ensueño, sabor gallego aunque con algún que otro acento forzado y sobre todo cliffhangers que te mantendrán en vilo.

Perfecta para “maratonear”. Habrá que ir a por la novela.