Daniel Albaladejo: «Yo no trabajo para mí, trabajo para la gente»

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Hay personas que son casa sin tener nada que ver con tu entorno más cercano. Ni con tu día a día. Ni siquiera contigo. Construyen, sin saberlo, esa especie de hogar que haces tuyo formando parte de ti. Como esa sensación de unión alrededor de la mesa un domingo por la tarde jugando a un juego en familia, pero convirtiéndose en la casilla de salida del tablero a base de frames y frases. De personajes con los que intimas porque te tocan fondo. Y de series, películas u obras de teatro que conviertes en las favoritas de tu imaginario. Son actrices y actores que eligieron color, tiraron dados, y compraron teatro en el Monopoly para hacer de su vida un Quién es Quién dándonos licencia para jugar con ellos, haciendo del arte de la interpretación una excusa más del azar y el encuentro, tal y como le ocurrió al protagonista de esta entrevista.

Daniel Albaladejo es uno de los rostros más reconocibles de nuestro audiovisual y un fijo de la escena nacional, desde que comenzara su andadura en la Escuela Superior de Arte Dramático de su Murcia natal. Nacido en Cartagena y criado en las playas de un Mar Menor al que ama, el Daniel actor rezuma versatilidad, compromiso y verdad. Al Daniel persona, ahora que le hemos podido conocer un poquito mejor, le sobra humanidad.

Empezó a colarse en nuestras casas con pequeñas intervenciones en series míticas como El Súper (Telecinco – 1996) o Aquí No Hay Quien Viva (Antena 3 – 2003), pero fue en Camera Café (Telecinco – 2005) con su papel de Benito, el inolvidable guardia de seguridad de aquella variopinta empresa, cuando terminó por conquistarnos. Después vinieron más personajes. Cada cual más diferente. Y así Albaladejo se hizo fijo en series históricas como Isabel (TVE – 2012) o El Cid (Amazon Prime Video – 2020), y en otras tan aclamadas como Amar es para siempre (Antena 3 – 2013) o Acusados (Telecinco – 2009). Aunque hay que recordar que antes de saltar a la pequeña pantalla, el murciano ya paseaba su arte por los teatros formando parte de la compañía del Centro Dramático Nacional, encumbrándose en proyectos como Otelo, El Caballero de Olmedo o Don Juan Tenorio. 

Pupilo teatral de Juan Mayorga o Eduardo Vasco, Daniel se ha convertido en tantas cosas como le han permitido. Ahora, continúa armando su puzzle vital de la mano de personajes tan interesantes como el fascinante Cherokee de La noche más larga (Netflix – 2022), y está a punto de convertirse en una de las tres patas de Amistad, un texto de Mayorga dirigido por José Luís García-Pérez cuyo estreno tendrá lugar el próximo mes de enero en el Teatro Español de Madrid, para poner sobre el escenario las almas de tres amigos que llorarán, reirán, se emocionarán y sobre todo jugarán, como hacía aquel niño que se mojaba los pies en su playa favorita.

Sin más y como si estuviéramos viendo un atardecer en Los Nietos, hemos tenido un lujo de charla con Daniel. Diría que nos hemos pasado la partida. Ahora es tu turno.

El Daniel actor rezuma versatilidad, compromiso y verdad. Al Daniel persona, ahora que le hemos podido conocer un poquito mejor, le sobra humanidad.

Fuente vídeo:  Coordinación actividades culturales Faculttad de Filología

-La primera siempre es la más difícil. Sin anestesia: ¿Quién es Daniel Albaladejo y cuándo y dónde nace el Daniel actor?

Pues soy Daniel Albaladejo, un tipo de 50 años que hace algo un poco raro qué es esto de la interpretación. La vocación hacia esta profesión me llegó un poco tarde, porque empecé a estudiar biológicas y, en el instituto, me apunté al grupo de teatro durante el bachiller. Todos decían que acabaría dedicándome a eso porque no se me daba mal, pero yo lo aparté. Ya en la universidad sentí que ese gusanillo se había quedado dentro de mí metido. En segundo de carrera leía más libros de teatro o clásicos que los libros de las asignaturas, además, salía con gente del mundo de la pintura, la música…

Me dejé la universidad, me tomé un año sabático y me matriculé en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia. De repente me vi cumpliendo un sueño encima del escenario dedicándome a esto. Siempre estoy haciendo cosas para seguir aprendiendo y seguir acrecentando ese sueño. Y aquí estoy, hasta aquí me ha llevado, a estar ahora mismo hablando con vosotras.

-Aunque llegase de rebote a esto de la interpretación te has convertido en un imprescindible de nuestra escena y pantalla, pero, ¿cómo se gestiona un no?

Un no es una cosa que ocurre muy habitualmente en esta profesión. Para mí, por ejemplo, el más complicado fue cuando nos dijeron que no iba a haber siguiente temporada de El Cid, porque creo que se estaba contando una historia muy chula, hecha en España y con producto nacional. Otro, casi al final de la pandemia, cuando teníamos un proyecto a punto de salir, que estaba tejiendose y no salió. En esos momentos te planteas el por qué seguir haciendo esta profesión, pero tiene eso, esos momentos de ¿que pasará? A partir de ahí tienes que comenzar de cero, y a mí eso me produce mucha adrenalina. Es una parte nada agradable y que tenemos que asumir.

Pero las partes positivas siempre son más grandes de las negativas, por eso siempre sigo a tope y con energía, porque siempre hay alguien que llama a tu puerta. También me gusta, cuando no hay nada, montarme mi historia. Tengo a medias una con el director Pepe Bornás, y, cuando vemos huecos, nos montamos historias, como hicimos con nuestro monólogo Los malvados de oro.

-¿Eres un actor de los que propone o prefieres ceñirte a las órdenes del director? 

Propongo muchísimo, me llaman «el pesado de la libretita». Si el director o directora quiere que haya una limitación en el personaje no lo hago, pero si puedo tener iniciativa, que es la gran mayoría de veces, siempre me pongo a inventar como quiero que sea ese personaje.

En teatro me pongo a crear lleno de locura, dibujo el personaje, busco rasgos físicos y aparezco con ellos en peluquería y maquillaje. Me apasiona cambiar físicamente: tener pelo, no tenerlo, llevar barba, larga, corta…

Si puedo tener iniciativa, que es la gran mayoría de veces, siempre me pongo a inventar como quiero que sea ese personaje.

Daniel Albaladejo: "Yo no trabajo para mí, trabajo para la gente"

Daniel Albaladejo es licenciado en Licenciado en Interpretación por la E.S.A.D. de Murcia. Fuente imagen: borialmanagment.com

-Como en La noche más larga, uno de tus proyectos más recientes para Netflix.

En La noche más larga me pedían que aportara cosas al personaje. Como podía trabajar con las piernas, el pelo…

Me rapé, me dejé partes largas, me puse extensiones, me pintaron la barba. Me encanta jugar y disfrazarme cada vez más. Y Cherokee, este preso de La noche más larga, me ha llevado hasta abajo, ha sido un personaje que me ha hecho parar entre secuencia y secuencia. Necesitaba quedarme un rato en la calle antes de subir a casa después de interpretar a este personaje. Lo más difícil ha sido contar su verdad, quitarle toda la parte de maniqueísmo, mi expresión etc.

En teatro por ejemplo, recuerdo el caso de Reikiavik de Juan Mayorga, que propone el juego desde el segundo cero. Siempre intento buscar esa propuesta y libertad como actor y creador hasta donde me dejan llegar.

-¿Qué ha supuesto dar vida a Cherokee?

Con este personaje he tenido un reencuentro maravilloso con el director Óscar Pedraza. Cuando me propusieron esta historia aluciné. Leí el guión y pensé: madre mía, quien haga de Cherokee tiene un regalo. Y me tocó a mí. Es un tipo antisocial, psicópata, sin remordimientos, pero es un hombre enamorado de una persona esquizofrénica, interpretada por Cecilia Freire. Saltaron chispas con ella. Ha habido gente que me ha dicho: necesitamos a algún Cherokee hoy en día. Creo que es el proyecto más libre y más chulo que he hecho nunca.

-También eres un habitual en series históricas, de hecho, tu interpretación en Isabel marcó época. ¿Cómo construyes este tipo de personajes?

Isabel fue un regalazo y una serie muy dura de hacer. Entre la primera y la segunda temporada pasaron 18 meses porque RTVE paralizó el proyecto por temas económicos y políticos. Mi personaje, Alfonso V, ese rey de Portugal, aparece solo dos veces en la primera temporada y había que hacerle recorrido hasta la segunda temporada. Los personajes históricos los construyo desde el rigor más absoluto, leyendo y estudiando biografías. Este rey era un tipo muy curioso, con cultura muy extensa, avanzado tecnológicamente. Era un personaje amado y odiado por la unión entre las coronas pero también por llevar a cabo esa unión con una niña, con la hija de su hermana.

Ese momento ha sido uno de los más difíciles de mi carrera. Carmen, la actriz, tenía la edad de la Beltraneja en esa época, unos 8 años. Esa secuencia en la habitación, esa noche de bodas, con sus padres y mi personaje. Tenía que ser una escena tranquila y sosegada, en la que pactamos que no tenía que verse nada. Ahí se ve el trabajo del actor, en algo tan difícil de rodar. Fue una escena en la que terminé llorando en el camerino. Retomar esas secuencias después del acto que había hecho me volvía loco, como al personaje, que muere comido en el monasterio por esa locura. Todavía me paran en la calle por ese personaje, porque les marcó y les introdujo en ver series históricas. En ese papel influyó mucho mi recorrido por el teatro clásico. A la vez que grababa Isabel, participaba en Camera Café, en Acusados

-Qué papeles tan diferentes has hecho…

Así es. La gente no entendía como podía estar siendo el Rey de Portugal, el seguridad de Camera Café, el clásico en el teatro…

No me gusta darle al espectador toda la miga del personaje de manera inmediata, me gusta que poco a poco el que ve la serie se enrede y vaya descubriendo por sí solo. Fueron unos años de locura compaginando a todos esos personajes. En Isabel me nominaron al Premio Unión de Actores. Después de esto pasé a El Cid.

No me gusta darle al espectador toda la miga del personaje de manera inmediata, me gusta que poco a poco el que ve la serie se enrede y vaya descubriendo por sí solo.

Daniel Albaladejo: "Yo no trabajo para mí, trabajo para la gente"

Daniel interpreta a Cherokee en La noche más larga de Netflix. Fuente imagen: lavanguardia.com

-¿Y en El Cid? Es una de esas series que no pasan desapercibidas.

El Cid es harina de otro costal. Fue y es inolvidable. Como se preparó, se ensayó, eso fue espectacular. Recuerdo los estudios, como se trabajó la acción, nos dejamos el alma. Es una serie que coincidió con la pandemia e hizo que hiciésemos hermandad entre nosotros. La incertidumbre del virus marcó el rodaje. De hecho, fue la primera serie que salió post pandemia.

La ambientación histórica era en invierno y nos tocaba rodar con ropa de invierno en verano a 50 grados, fueron dos semanas de locura. La historia está contada con un guión y una dirección fantásticos e impresionantes. ¡Quién sabe si volveremos a rodar!

-Haremos presión, porque nos encantaría…

El espectador es el que tiene que hacer presión, porque las series las hacemos para vosotros. Yo no trabajo para mí, trabajo para la gente. El tiempo de ocio del espectador es el más valioso que hay y por eso tenemos que valorarlo y defenderlo.

-¿Cómo te ha marcado tu participación en Camera Café? ¿Qué recuerdas de tu mítico personaje?

Fue un gran proyecto televisivo. La primera semana que se emitió en televisión, en el supermercado cuando fui a pagar, ya me reconocieron. Al ver la serie por primera vez no dábamos un duro. En ese momento yo estaba arrancando una gira de teatro clásico y me convertí en el regalo de cumpleaños de mucha gente porque en el teatro salía el segurata de Camera Café, y la gente compraba las entradas por ello. Tengo muchas anécdotas con el público.

Daniel Albaladejo: "Yo no trabajo para mí, trabajo para la gente"

Daniel Albaladejo. Fuente imagen: borialmanagment.es

-Es lo que tiene la televisión, ¿no?

Sí, la tele tiene ese poder, el de llenar teatros. Esa variedad de teatro y tele me encanta, porque soy un culo de mal asiento, si hago dos cosas igual me aburro, por eso me encanta hacer comedia, drama, teatro, series, lo que sea, siempre y cuando pueda. Cuanto más cambio y más distinto mejor. Me encanta hacerme mejor persona construyendo a mis personajes.

-Hablando de teatro, estás ahora inmerso de lleno en Amistad de Juan Mayorga, una función dirigida por José Luis García-Pérez y en la que compartes tablas con Ginés García Millán y Daniel Grao. ¿Qué podemos esperar como espectadores de esta obra?

Amistad ha sido una lotería. La obra ha salido gracias a lo amigos que somos. Ha sido una oportunidad que ha surgido encajada. Aún no me creo lo que hemos hecho y lo que vamos a hacer y tenemos muchas ganas de juntarnos para empezar a ensayar. Los tres nos merecíamos esta función, tengo muchas ganas de disfrutarla con ellos.

-¿Pasaréis por Valencia?

La idea de la función es salir de Madrid, así que espero llevarla a Valencia, porque Valencia es una ciudad de cultura, teatro, artistas…

-¿Has dudado en algún momento de tu profesión?

Pues cuando terminé El Cid quise parar de trabajar, quise dejarlo un tiempo. Estaba saturado, necesitaba ver el bosque desde lejos. Ahora me he convencido de que he de seguir, porque no paran de surgir oportunidades. Este verano he aprovechado mucho para descansar unas tres semanas, así que ahora me apetece disfrutar del trabajo. Es momento de hacer teatro.

-Seguro que en ese momento de saturación te vino a la mente tu querido Mar Menor, tu playa de Los Nietos…queremos proponerte un ejercicio de introspección. ¿Qué le dirías al Daniel niño que jugaba en aquella playa maravillosa?

Uffff…¡Qué ejercicio más bonito! Gracias.

Le diría que disfrutase el momento siempre. Que la cabeza no vaya por delante ni por detrás de nada. Ese niño se olvidaba de disfrutar, porque siempre estaba pensando en lo que iba a hacer, pensando en las horas, y no disfrutaba de mojarse los pies en el agua.

-Además de Amistad, ¿A qué suena el futuro de Daniel Albaladejo?

Lo que viene ahora son los ensayos de Amistad pero estoy a la espera del estreno de la serie Los pacientes del Doctor García, basada en la novela homónima de Almudena Grandes donde interpreto el personaje del Capitán Ochoa para La1 y Netflix. Es una coproducción de Diagonal (Banijay Iberia), RTVE y DeAplaneta con la participación de Netflix. Después, tengo por ahí un proyecto audiovisual, que se va a grabar en Almería. Gracias a Cherokee me están llegando muchas cositas, pero ahora no voy a mezclar, no quiero hacer cine y teatro a la vez. Quiero hacerlo todo pero bien. Primero un personaje, después otro…y así seguir creciendo.

Como me decía mi abuelo: si me quieren me esperarán. Lo quiero hacer así para disfrutar bien de cada interpretación.

Daniel Albaladejo: "Yo no trabajo para mí, trabajo para la gente"

Amistad es un texto de Juan Mayorga dirigido por José Luís García-Pérez e interpretado por Daniel Albaladejo, Ginés García Millán y Daniel Grao. Fuente imagen: teatroespanol.es

Si has llegado hasta aquí habrás podido observar que la entrevista fue un viaje que hizo parada en los escenarios de los teatros más clásicos y en las series más históricas, dramáticas y potentes. Un paseo a través de los ojos de un actor que de niño no soñaba con ser actor, pero que se ha convertido en una referencia en el mundo audiovisual de nuestro país.

Aunque confesaremos una cosa, nos faltó la última…¿Cuántas veces habrán escrito mal su apellido? Quizás podamos resolver pronto el enigma. Gracias Daniel por querer jugar con nosotras y regalarnos la oportunidad de conocerte.

*Esta entrevista ha sido realizada y editada por Carmen Bosch y Aixa Valiente.

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