Resulta que Assad Kassab es casi familia y yo no lo sabía.
Bueno, a ver, matizo mis palabras porque dicho así parece que sea mi primo y lo cierto es que no. Pero Assad sí tiene algo de familiar y de cercano que descubrí hace un tiempo en una de esas tardes de desidia y paseo por Instagram, seguramente cotilleando el perfil de algún teatro, de alguna actriz o algún actor o vete tú a saber de quién o qué. Pero el caso es que llegué, rastreé su muro y pensé: «mira, este tío ha hecho más por mi educación que el plan Bolonia».
Esto lo cuento porque en una de las conversaciones más recurrentes y divertidas con mi chico (consiste en que él se descojona de mí y yo mantengo el tipo) siempre llegamos a la conclusión de que conmigo el marketing funciona sin excepciones, y en parte, eso es lo que me ocurre con el trabajo de Assad.
Bowie me libre de meter en el mismo saco al marketing, el arte y la creación, pero es que este diseñador de carteles para teatro, fotógrafo, artista plástico y escenógrafo, ha conseguido más de una vez sentarme en una butaca y engancharme feliz a una obra, así, sin anestesia ni lectura previa de argumento, cumpliendo ese dicho tan recurrente de que una imagen vale más que mil palabras.
De hecho e hilando con lo de familiar y cotidiano, estaba dudando si titular el post con algo así como «Assad Kassab: el artista visual que «viste» los teatros valencianos», pero después me ha venido a la cabeza que igual Assad también es un poco El Columpio Asesino, El Somni Americà, estrella del rock, socarrat, El Carmen, Ruzafa, Líbano, terreta, mucho flow o arte de mierda. Pero bueno, ya que se ha animado sin dudarlo a entrar en nuestra particular espiral de preguntas y respuestas, casi mejor que sea él quien nos cuente quién es, qué hace y por qué mola tanto.
-La primera pregunta siempre va con trampa y hasta es un poco odiosa. ¿Cómo se define Assad Kassab?
Definirse a uno mismo es un ejercicio hostil y complicado pero si pienso en mí me viene regaliz, Cool Water, playa, alquitrán, humo, arena, finas carnes, sexo, naranjas, cerveza, caricias, decolorante, algodón 100%, asado pero sin la o y con dos eses, k de kilo, a, s, s, a, b de Barcelona, Benidorm, paellero, ateo, vampiros, Otto, Ludovico, Audrey, agujero, fardar, patatas fritas, error, casualidad, tetas, jardín, patillas, chalet, Vedat, carts, Nancy Sinatra, mosquito, lagartija, frenillo, ajo aceite, Calipso, polo de limón, remolinos, crocks, Natterer See, PC, Cuenca, té, bufanda, cuello cisne, Serra, verano, Tobías, Vichy Catalán, cacahuetes, Superman, faltas de ortografía, jamón, hortera…
-De entrada parece que tenemos un par de cosas en común: tú también tienes que deletrear tu nombre y la Comic Sans no te define. Dime la verdad, ¿es un arma de destrucción masiva de diseños?
Todo vale, hasta la insoportable Comic Sans. ¿Qué pasaría si únicamente pudiésemos diseñar con ella? Supongo que habría millones de personas sufriendo ataques de epilepsia. No tengo nada contra ella pero me mantiene a salvo de guardar las distancias.
-Eres diseñador, fotógrafo, artista plástico y escenógrafo, pero, ¿en qué momento decides que lo tuyo es el arte visual?
En 3º de EGB. Teresianas. Había una asignatura que me generaba repulsión: Pretecnología. La odiaba. Recuerdo, entre otros insufribles ejercicios, como la monja nos mandaba hacer paisajes con legumbres y pegamento, no hay nada más frustrante y desmotivador. En una ocasión, la madre Rosario, la única monja a la que tenía cariño, nos animó a hacer un dibujo libre con ceras Manley. Yo comencé a pintar algo que se parecía a un huevo frito y se lo enseñé a mi compañera de pupitre diciéndole con orgullo: ¡es un cuadro abstracto!. Supongo que un huevo frito tuvo la culpa de todo.
-Entiendo que las Teresianas no son santo de tu devoción pero imagino que algún sensei o referente tendrás. ¿Quién o quiénes son?
David Bowie, David Lynch, Francis Bacon, Antonio Saura, Antoni Tapies… pero quizá lo sean más buenos amigos y amigas de la infancia y adolescencia que me enseñaron lo que sé de música, pintura, diseño, vestuario y sobre todo, de las buenas costumbres… Uve Martínez, David Heras, Cristina Perpiñá, Marc, Julio Tortajada, Rafa Martínez…
Definirse a uno mismo es un ejercicio hostil y complicado pero si pienso en mí me viene regaliz, Cool Water, playa, alquitrán, humo, arena, finas carnes, sexo, naranjas, cerveza…
-¿Cómo te enfrentas al proceso creativo a la hora de desarrollar un proyecto? ¿Y al bloqueo creativo?
Parto de la idea de que todo vale; está claro que eso no siempre depende de mí y que a veces hay componentes comerciales a tener en cuenta, pero generalmente y por suerte, he tenido la confianza de quien me ha dirigido. Libertad creativa y confianza son los ingredientes necesarios; después únicamente queda flipar, flipar y flipar hasta el más allá.
-¿Y al temido bloqueo creativo?
El bloqueo creativo no me interesa.
-Como decía en la intro de la entrevista, no miento si digo que conmigo tus diseños funcionan y que más de una vez tus carteles me han llevado a sacar entradas para ver una función. ¿Qué crees que aporta o ha aportado tu visión a los proyectos en los que has trabajado?
Aporto mi punto de vista, mi opinión, mi manera de ver y sentir las cosas.
-¿Qué tiene el teatro que te ha atrapado durante buena parte de tu trayectoria?
El teatro es mi laboratorio, un espacio para jugar y no aburrirse nunca y espero quedarme un rato más.
-Cuando le pregunto a un artista cuál de sus proyectos ha sido el más especial de su trayectoria siempre surgen dudas y titubeos. ¿Si le pregunto a Assad Kassab cuál es el suyo, qué responde?
Trazado provisional 1999, una exposición de pintura y escultura que preparé para La Fundación Antonio Pérez. El proceso de ésta fue increíble. Recuerdo que el alquitrán me dejaba pegado en el suelo del estudio, un Opel Corsa cargado con 11 colchones en vertical por la autovía con Uve Martínez. Utilicé materiales para la señalización horizontal de las carreteras que desprendían gases tóxicos. Sentí la máxima felicidad, me llenó de vida ese proyecto en especial.
El teatro es mi laboratorio, un espacio para jugar y no aburrirse nunca y espero quedarme un rato más.
-En una entrevista reciente que te hicieron los compañeros de Olympia Metropolitana en colaboración con Caixa Popular, comentabas que ni en el audiovisual ni en el teatro se da importancia a labores como la tuya en cuanto a premios, reconocimientos y ni siquiera con pequeñas menciones. ¿Por qué crees que ocurre esto?
Porque todos y todas somos capaces de generar imágenes y el «yo me lo guiso y yo me lo como» en este sector en ocasiones y por necesidad, ha sido la tónica general. Es normalmente la partida económica que se recorta cuando hay poco presupuesto. Como la cultura en la política.
-Las redes sociales han dado el empujón casi definitivo a la creación y a la visibilidad de los nuevos creadores, pero los avances tecnológicos también incitan a que cualquiera pueda sentirse fotógrafo por tener una buena cámara, o diseñador por saber meter filtros. ¿Percibes últimamente un mayor intrusismo en ámbitos como el diseño o la fotografía?
Yo no puedo juzgar sobre el intrusismo ya que yo soy un intruso. La osadía es algo necesario en el arte y el intrusismo lo es.
-En ese universo polifacético por el que transitas también hay lugar para la música. ¿Qué es Sokolov y cómo nace esta criatura musical junto a Mireia Pérez?
Pues Sokolov surge del amor y de momentos de complicidad con Mireia. Todo empezó jugando y tocando canciones para amigos y amigas hasta que decidimos hacer el proyecto realidad. Hemos autoeditado tres discos: La meriendacampestre, Embeleso y Señoras que fuman, aunque aspirábamos a estar algún día en una compañía discográfica, a día de hoy no ha ocurrido.
Nos sentimos realizados ya que hemos acumulado en estos años momentos inolvidables y el público que nos conoce, lo da todo en los conciertos. Yo siempre quise ser una rockstar y llenar estadios pero lo más cerca que estuve de conseguirlo fue cuando nos invitaron a tocar en el Sonorama, no nos lo podíamos creer, ¡en un festival! la realidad es que nos mandaron al escenario más cutre de todos, el del camping. Nosotros íbamos vestidos para tocar en New York y acabamos tocando para bañistas adolescentes en bañador que pasaban por ahí de camino al wc. Todo muy Sokolov. No obstante, yo me paseé como una rockstar con mi abrigo de pieles en pleno agosto y lo gocé con orgullo.
Con nuestros videoclips, todos realizados por Rafa Piqueras, a excepción de «Kakakín kokón» (David Arnal) intentamos provocar porque si algo somos, es provocadores. Con Sokolov hay algo que no nos quitará nadie y es la gente que nos ha acompañado: Uve Martínez, amigo mutuo y productor de los discos. Gracias a él hemos podido grabar momentos inolvidables y de mucha intensidad, y también otros buenos amigos que colaboraron con nosotros como Tico, Santi y Pau Lluch, Diego Summo, Rebeca Querol… Y por supuesto nuestra formación actual: Fermín Vila, Juanan Ramos Ferrer y Vicente Tormo.
Hemos sonado en programas de culto como Los 39 sonidos de Juan Vitoria , El Club de amigos del crimen Javier Pérez, o Disco Grande con Julio Ruiz entre otros, y en breve grabaremos un EP con tres canciones que solo puedo adelantar que se llamará Nobleza muerta y que estará ilustrado por la artista Ana Collado.
Sokolov surge del amor y de momentos de complicidad con Mireia. Intentamos provocar, porque si algo somos, es provocadores.
-Vamos, que el futuro suena muy bien, pero, ¿qué más tienes en mente?
Me gustaría preparar una exposición de 20 años de carteles de teatro con su correspondiente catálogo y comenzar de nuevo a preparar exposiciones de pintura.
Y para acabar y ya que hemos hecho de nuestro «test absurdo» una norma y tradición después de las entrevistas, vamos a ver qué es lo que revuelve a Assad:
-Recomiéndanos un libro: Principalmente leo teatro, así que si tuviera que recomendar un texto sería Cariño de Pérez & Disla. Es precioso.
-Esa canción que suena en bucle si estás cerca: Right Here Right Now de Fatboy Slim.
-La película o serie que no puedes dejar de ver: Una historia verdadera de David Lynch (1996), la película más bella.
– El cartel que hubieses querido diseñar: El cartel de la campaña de Opium de Yves Saint Laurent (año 2000, Reino Unido), con la modelo Sophie Dahl, con fotografía de Steven Meisel y dirigido por Tom Ford. Me sacudió entero cuando lo vi por primera vez.
-La obra de arte/fotografía/diseño/escultura que te voló la cabeza nada más verla: En el museo de Arte Abstracto Español de Cuenca descubrí Brigite Bardot (1959) de Antonio Saura.
-Tu lugar favorito para crear: Uno que no esté concebido para crear.
Yo no puedo juzgar sobre el intrusismo ya que yo soy un intruso. La osadía es algo necesario en el arte y el intrusismo lo es.
Pues desde este lugar no concebido para crear y con el compromiso de visitar esa futura exposición de carteles de teatro, agradezco a Assad Kassab la charla que nos ha regalado y su aportación a mi curiosidad por el diseño y mi amor por el teatro. ¡Vuelve siempre!