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Jesús Rendón: «He recuperado el optimismo y las ganas»

La RAE define el término «raíz», entre otras cosas, como la «causa o el orígen de algo». Y la verdad es que esta definición no puede ser más oportuna para describir la entrevista que estás a punto de leer.

Jesús Rendón, de voz rasgada y verso libre, nació en Barbate, pueblo gaditano de pescadores y mar infinito, en el que el arte, sea del color que sea, se respira por cada rincón de sus calles. Parte del mérito, por cierto, lo tiene el Carnaval, una de las manifestaciones artísticas más genuinas de nuestro país y del que brotan pequeños cantores que, con el paso de los años, se convierten en grandes artistas.

Con música desde la cuna y un espíritu rumbero empapado de salitre, Jesús se dio a conocer al gran público tras su paso por Operación Triunfo 2020. Desde entonces, pandemia mediante, trata de surfear sobre las olas de una industria musical que, como el mar, no siempre está en calma. Y es que después de un tiempo de parón necesario, el gaditano regresa más fuerte que nunca pa’quedarse con nosotros con nuevas historias que contar, y sobre todo, en la lucha por buscar un sonido que le identifique al máximo, sin perder la esencia de quien vive, con mucho orgullo, anclado a sus raíces.

Sé que suena a tópico, pero esta es una de las charlas más bonitas que he tenido hasta la fecha. ¡Ojalá la disfrutes tanto como yo!

-Siempre avisamos de que la primera pregunta la lanzamos sin anestesia, así que aquí va: preséntate.

¡Qué pregunta más difícil para empezar!

Pues yo soy Jesús Rendón, un barbateño enamorado de su tierra y de la playa. Y un enamorado también de la música desde muy niño. En mi casa se ha escuchado siempre mucha música, mi madre con el Carnaval también me lo ha inculcado…no sé, definirse con pocas palabras es complicado, así que diría: «Un melómano playero».

-Has hecho referencia a tres cosas que sé de buena mano que para ti son imprescindibles en tu vida: tu madre, Barbate y el Carnaval. ¿Cómo crees que influyen estos ingredientes vitales en tu proceso creativo como músico?

Uffff, como proceso creativo como músico no sabría decirte, porque al final lo ha sido todo.  El Carnaval y Barbate han sido mi primera y principal escuela y dónde yo lo he aprendido todo: a cantar, a expresarme a través de la voz, a empezar a tocar un instrumento…Barbate es un pueblo de 22.000 habitantes y hay una banda de música que sale en Semana Santa, en eventos, en el propio Carnaval; pero no hay una escuela como tal para niños y niñas a los que les guste cantar. En ese sentido está más limitado. Es verdad que hay mucho arte, hay gente que canta muy bien, toca la guitarra muy bien, pinta, compone, escribe…pero no hay un sitio donde desarrollarlo y el único sitio para poder hacerlo es el Carnaval.

-Entonces si que consideras que, en concreto el Carnaval, es una parte muy importante en tu forma de comunicarte a través de la música…

Hoy día te diría que como proceso creativo me influye en que en realidad es la raíz. Pero fíjate que lo tengo tan arraigado a mí que no soy capaz de verlo. Por ejemplo, no identifico el Carnaval con lo que hago yo actualmente a nivel musical. Pero pensándolo bien, sí que tiene una raíz muy grande de lo que yo hago y quiero hacer. Así que te diría que el Carnaval y mi tierra son la raíz de todo lo que soy.

-Y hablando de raíz, que ya avanzo que va a ser el término estrella de la entrevista como anticipaba en la introducción, ¿qué te viene a la cabeza si te digo «Salistre»?

¡Hombre, me viene a la cabeza todo! De hecho ese grupo lo monté yo. Antes de Salistre tuve una banda que se llamaba «Radio Pandorga» -una pandorga, por cierto, es una cometa-. Duró un verano y fue una cosa de prueba que hicimos entre David, el bajista de Salistre, su hermano Juan Ramón que iba tocando la guitarra, y yo, que tocaba la percusión y cantaba. Así fue como empezamos. Pero yo ese año acabé un poco quemado y no quise hacer nada más. Hasta que el dueño de un pub de debajo de mi casa, en Barbate, me cogió una noche y me dijo «Móntate un grupo». Yo al principio le dije que no porque no quería cantar, quería hacer otras cosas, pero me convenció diciéndome que podríamos hacer conciertos y al final nos tiramos todo el verano tocando.

-Y ahora que el grupo continúa y que además está teniendo mucho éxito y más visibilidad, ¿cómo se ve desde fuera?

Pues yo me sigo sintiendo parte de ellos porque empezamos juntos y forman parte de mí. En 2019 yo me voy a Sevilla y además de tener Salistre, empiezo un poco a querer buscar mi sitio como solista, es algo que he soñado toda mi vida. Hacía mis bolos con otro formato, otro tipo de canciones, era otra historia. Y después de salir de Operación Triunfo, ellos querían seguir contando conmigo y casi que al dejar yo el grupo ellos también lo querían acabar y venirse conmigo, pero yo les dije que no, que echaran el freno y que siguieran, porque con la pandemia por medio yo no sabía como me iban a ir las cosas y al final mira dónde han llegado.

El Carnaval y mi tierra son la raíz de todo lo que soy.

 

-Como decías, en 2020 entras en la que para mí ha sido una de las ediciones más talentosas a nivel musical de la historia de Operación Triunfo, pandemia por medio, y desgraciadamente menos oportunidades que en otras ocasiones: ¿qué recuerdos tienes de la experiencia?

Tengo un montón de recuerdos súper bonitos y me ha encantado lo que has dicho. Es verdad que en mi edición había un talento increíble y creo que es una de las que más desapercibidas ha pasado. Imagino que por la pandemia. Pero me da la sensación de que fuimos una edición de gente muy preparada y tuvimos muy mala suerte. No tuvimos gira, no tuvimos los medios porque salíamos con ganas de volar y no había dónde volar, estábamos todos encerrados…pero tengo recuerdos preciosos.

La experiencia en la academia fue una pasada y creo que eso solo lo podemos entender los que hemos estado allí. Yo me lo tomaba como cuando metes a tu sobrino en un parque de bolas o en las camas elásticas, es todo energía, tanto positivas como negativas. Es muy intenso.

-Es indudable que la pandemia os afectó de lleno por varios motivos. Los principales: no tuvisteis gira y os penalizó de alguna forma la visibilidad a la hora de poder desarrollar vuestras carreras artísticas, ¿cómo te afectó personalmente todo esto?

Que no hubiera gira fue complicado porque de alguna forma nos quitaron promoción, que nos vieran en otras ciudades. En realidad pasamos a la nevera. Es muy complicado llevarlo de forma personal sobre todo por el tema económico, porque el teléfono no suena y no sabes si el mes que viene vas a tocar, etcétera. Además sales de un programa que su propio nombre lo indica: «Operación Triunfo», parece que ya está todo hecho, pero la realidad es que salvo ejemplos que tenemos muy claros como Aitana o Bisbal, por decir algunos, después del programa te tienes que seguir buscando la vida más que nunca. Por otro lado, ese es el proceso natural de la vida de un artista y en eso estamos.

-Para cerrar el capítulo de OT, tengo que preguntártelo: ¿volverías a entrar?

Yo sí. Lo viví tan intensamente que pude ver todas mis facetas. Cuando salí dije: «Mira, esto soy yo cuando me estoy riendo. Este estoy yo cuando estoy enfadado…», es como que te nace lo más puro del tu ser. Volvería a repetirlo. 

-En las próximas líneas charlaremos sobre tu nuevo tema, pero hasta ahora, has pasado por un proceso de parón que tú mismo definías como una montaña rusa de idas y venidas, ¿a qué se debió esta pausa?

Pues el parón se debió a dos factores básicamente: el psicológico y el monetario. Cuando salí de OT no tuve desde el principio una discográfica ni un manager, y ahí ya la frustración empezó a asomar. Pero en septiembre de 2020 hay un rayo de esperanza cuando empiezo a trabajar con el equipo que llevó a Jarabe de palo, Manuel Carrasco en su día…porque les interesaba mi proyecto. Pero eran finales de 2020 y todavía estábamos en pandemia; entonces en enero de 2021 yo saco Ni tan malo ni tan bueno y en julio del mismo año saco Cambiemos de tema. Todo eso lo pago yo de un crédito, porque de alguna forma quería arriesgar, pero claro, le vas sumando el coste de la producción, de los videoclips, vivir en Madrid, se hizo todo una bola. Lo único que yo quería era trabajar y sí que cerramos una pequeña gira de cinco bolos, pero era la época en la que venía el día de antes Sanidad y cerraba la sala y ya no podía tocar nadie, así que de esos cinco conciertos solo pudimos hacer dos y no se ganó dinero…

Jesús Rendón es músico y compositor.

-Supongo que fue complicado ese cambio de vida…

Sí, fue a partir de ahí que empezó la frustración total. Además, en Madrid esta primera etapa no lo pasé muy bien, me vi muy solo. Es una ciudad increíble en la que conoces a un montón de gente, pero para estar bien tienes que tener un núcleo muy cercano que igual no te llega a conocer del todo, no es lo mismo que un amigo tuyo que ha jugado contigo a la pelota en la calle…

Entonces me volví a Sevilla con mi hermana, estuve allí un tiempito y luego me vine para Barbate. En 2022 llegué para echar unos días con dos vaqueros y tres camisetas para un fin de semana y me tiré mes y medio, así que dije: «Ya estoy aquí, ya me quedo», e hice una mudanza express desde Sevilla. Y aunque ahora he vuelto a Madrid, estuve en mi tierra un año y medio haciendo bolos que me han permitido volver a ilusionarme y encaminar otra vez el proyecto.

-Si algo está claro es que a pesar de la frustración, también has tenido cosas súper positivas. ¿Por qué podemos decir qué Jesús Rendón ha vuelto?

El motivo principal es porque estoy bien. Si antes te decía que la parte económica había sido una losa, ahora todo va mejor. Estos dos años los he aprovechado haciendo bolos, cantando temas míos y versiones, y de paso he estado componiendo mucho, estudiando mucha producción y dando clases. Un día me senté y pensé que lo mejor era invertir en mí y en mi conocimiento para intentar producir mis temas y llevar mi proyecto como yo quiera. He recuperado el optimismo y las ganas.

-Y ahora que de alguna forma tienes la potestad plena para crear tus canciones, ¿crees que has evolucionado a nivel sonoro desde aquel Me sabe a sal, tu primer single post-OT?

Sí, yo creo que sí que he evolucionado. Hay una parte lógicamente que creo que es mi raíz y que debe estar ahí, pero ahora busco otra historia. Antes yo sabía cómo quería que sonara la canción y así lo transmitía, pero yo no metía las manos. Daba ideas pero no sabía materializarlas. Y ahora me siento con mucha fuerza para hacerlo porque tengo el conocimiento. Por ejemplo, al principio yo no quería nada electrónico, sólo quería que todos los instrumentos fueran reales. Ahora he descubierto un mundo en el sonido en el que puedo hacer virguerías y que me ha permitido investigar y probar. Puedo ponerle nombre a las cosas que busco y eso me da muchas posibilidades de crear.

-Mencionabas antes tu canción, Ni tan malo ni tan bueno, que creo que refleja muy bien todos esos sentimientos que me has contado sobre el mundo de la televisión, lo que se supone que se espera de ti,  y en definitiva, todo el viaje que has ido construyendo en estos años, pero, ¿crees que componer sobre lo que te ocurre en primera persona ayuda a acercarte más al público?

Creo que sí. Pero de hecho no lo hago por eso, sino porque no sé componer de otra manera. Alguna vez he intentado componer sobre una historia que me ha conmovido o que me han contado, pero me cuesta mucho componer a través de los ojos de alguien. Me resulta más fácil hacerlo desde mi propia experiencia y de como yo veo el mundo, entonces creo que eso en el fondo sí que te acerca al público porque al final te conoce tal y como eres.

-El primer tema de tu nueva era es Pa’ Quedarme, una rumba que nos acerca de nuevo a tu raíz. ¿Cómo surgió esta canción?

Pues todo empezó con una melodía. Normalmente siempre suelo empezar con la melodía y luego le pongo la letra, en ese sentido creo que soy más músico que autor, y Pa’ Quedarme comenzó con una melodía pegadiza que dejé en una nota del móvil. Pasaron los meses y un día me senté a ver si le podía sacar una letra, y de nuevo la dejé reposar porque tampoco tenía prisa. Pero viendo que se acercaba el verano era de las que más me gustaba como carta de presentación, y además pegaba porque era la más movida de las que tenía y decidí sacarla.

Me cuesta mucho componer a través de los ojos de alguien. Me resulta más fácil hacerlo desde mi propia experiencia y de como yo veo el mundo.

-El videoclip es puro Barbate y un chute de energía…

Sí, cuando se lo planteé a Alberto Alvarado, el director, le dije que podíamos hacer un día de playa de toda la vida. De hecho sale mi madre con la tortilla, el niño jugando a la pelota, mis amigos y mis amigas…es justo eso lo que quería transmitir.

-Antes mencionabas que en tu primera época en Madrid te sentiste muy solo y creo que es algo que podemos aplicar al universo virtual tomando de ejemplo las redes sociales que nos acercan muchas cosas interesantes, pero también nos alejan un poco de todo lo demás. ¿Cómo te llevas con ellas?

A medias. Al principio cuando sales del programa tienes mucha interacción y la gente está constantemente escribiéndote. Es como que hay un punto de adrenalina ahí que incluso lo disfrutas. Después hubo una época que les cogí manía, no quería saber nada de redes, ni subir nada de contenido. Ahora estoy en punto normal, intermedio digamos. Debería darles más caña y subir más contenido, pero también he tenido épocas que he intentado a hacer eso y al final me ha causado ansiedad. Sé que son una herramienta súper útil, pero para mí es más importante mi salud mental

-Entonces no te obsesionan los likes en Instagram ni los oyentes en Spotify, por ejemplo…

Pues en los primeros temas sí que creo que estaba obsesionado todo el día mirando cuantas visitas tenía. Ahora mismo no sé decirte ni cuántas visitas tengo porque he sacado la canción con cero expectativas en ese sentido. Mi pensamiento fue el de sacar esta canción, y dentro de un par de meses voy a sacar otra, y luego cuando yo vea saco otra y ya está. No voy a ir con unas expectativas que no pueda cumplir. Lógicamente lo suyo es cada vez ir a mejor, encontrando mi sonido y que a la gente le llegue. Claro que tengo cierta ambición porque no me da igual, pero es algo que en este momento no me obsesiona.

-¿Hay algo que te obsesione? 

Reírme cuando me levante por la mañana y no tener remordimiento de conciencia por nada cuando me acueste.

-Vamos a hablar de música en directo: ¿qué podemos ver si vamos a verte en un concierto?

Pues vais a ver un poco de todo. Vais a escuchar buenos temas y vais a ver muy bien rollo. Yo tengo mucho cachondeo en el directo con el público y cuento cosas mías que me han pasado, y siempre es muy dinámico porque no llevo nada preparado, soy más rápido cuando improviso. Cada día es una aventura. Puedes venir una semana entera a verme que cada día vas a escuchar una cosa distinta. 

-Necesitamos un buen repertorio entonces. ¿Tienes intención de sacar nueva música en breve?

Tengo muchas canciones preparadas y lo que lo que te puedo decir es que todas son distintas a nivel musical. He estado componiendo de todo. No te puedo decir, voy a tirar por esta línea, porque es que en realidad hay una variedad muy grande en cuanto estilos y creo que dónde se va a ver de verdad es en la parte de producción. Estoy buscando ese sonido y el camino que quiero seguir.  

-Y para acabar la entrevista, si la primera era difícil, la última yo diría que lo es más: dime un sueño cumplido y otro por cumplir.

Un sueño cumplido es poder dedicarme a lo que me gusta, que como te decía antes, es un arma de doble filo porque cuando haces lo que te gusta ya no lo ves con el mismo entusiasmo que cuando no depende tanto de ti. Y también lo que de verdad me importa es la valoración del público, por supuesto, pero sobre todo de mi gente. Tengo muy presente lo que me dice mi madre y la opinión de los que me rodean, que están conmigo siempre a tope.

Y un sueño por cumplir: me gustaría llegar a ser tan bueno que el día que deje de hacer música porque ya no esté en este mundo, se sigan escuchando mis canciones.

Después de este apoteósico final, si algo me ha quedado claro después de esta charla tan generosa por su parte, es que la autenticidad siempre es la mejor aliada en el camino.

Os animo a seguir y, sobre todo, a escuchar a Jesús y todas las canciones que están por venir. ¡Gracias por leernos!

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