Cuando conocí a Máximo Huerta yo todavía estudiaba y él se llamaba Màxim.
Fue uno de los ponentes de un seminario de la universidad y por entonces, Huerta el escritor era Huerta el colaborador y presentador de televisión. Creo que hizo muy bien en abandonar ese mundo y dedicarse a expresar sus sentimientos a través de las letras.
El escritor, natural de Utiel, es autor de multitud de novelas, obras ilustradas, artículos en prensa, y además, últimamente ha sorprendido a sus seguidores con su gracia para la pintura.
La primera historia que yo tuve de él en mis manos fue ‘El susurro de la caracola’. Me enganchó su forma rápida de narrar la vida de un personaje femenino al que de la noche a la mañana le cambia su día a día a causa de un artista de cine. Esa caracola fue el motivo por el cual quise leer más a Huerta. Y eso hice, seguirle.
Cuando conocí a Máximo Huerta yo todavía estudiaba y él se llamaba Màxim.
El periodista ha escrito ocho novelas:
–‘Que sea la última vez…’, en el que una madura diva de la televisión narra todo lo que acontece en su mundo cuando se apagan los focos.
–‘El susurro de la caracola’, de la que os he hablado antes.
–‘Una tienda en París’, ambientada en los años veinte de la capital francesa y con un local muy especial como protagonista.
–‘La noche soñada’, en la que Ava Gardner va a visitar una pequeña localidad costera en la noche de San Juan, mientras un niño pequeño pide un deseo. Un libro que por cierto, llevó a ganar a Máximo el Premio Primavera de Novela en el año 2014.
–‘No me dejes/Ne me quitte mas’, donde el señor Dominique y las flores hacen de sus páginas una lectura llena de pasión y delicadeza.
–‘La parte escondida del iceberg’, la obra más biográfica de este autor. En ella, como en varios de sus libros, París vuelve a ser el escenario de una historia de amor y desengaño. Huerta cuenta, en una cautivadora narración llena de sentimiento y pérdida cómo una persona es capaz de hacerte ver diferente cada rincón , calle o establecimiento de una ciudad.
–‘Firmamento’, donde en un hermoso hotel a orillas del Mediterráneo, el escritor Mario Bellver busca cómo acabar la novela de otro escritor. Un día, la llegada de Ana Monteleón, que inicia sus apacibles vacaciones, viene a corregir el rumbo del verano. El diálogo entre los dos amantes es impresionante.
-Y por último, ‘Con el amor bastaba’, su obra más reciente.
Todas las que he nombrado anteriormente ya duermen en mi casa desde hace mucho tiempo, pero esta todavía no.
Máximo, puedes regalármela firmada cuando quieras, estaré encantada de disfrutar con ella y hacer una reseña sobre cómo Elio Ícaro descubre su vuelo en un ambiente inquietante y confuso propio de los adolescentes, en el que no acompaña la situación de desamor que atraviesan sus padres como matrimonio.
Muchos conoceréis a Huerta por su fugaz aparición como Ministro de Cultura y Deporte del actual gobierno español. Máximo, creo que es mejor que no seas político. La política pudre a las personas y los escritores no pueden ser personas podridas. Y digo esto porque yo nunca he leído a una persona que escriba con tanto amor como él. Amor que no llega a empalagar, amor lleno de una sensibilidad especial, amor por la amistad, por la pareja, por el trabajo, por soñar, por el pasado y por un futuro desconocido.
A Máximo le hace feliz escribir. Y no lo digo porque me lo haya contado él, lo digo porque se nota en cada obra que regala a los lectores. Le hace feliz su ciudad natal, le hace feliz su abuela y le hace feliz vivir con su Doña Leo. Huerta es una persona sencilla que vive inmerso en la vida que le rodea y que disfruta con la calma de una copa de vino antes de enfrentarse al folio en blanco.
Pero os preguntaréis cómo sé yo todo eso, pues muy fácil, gracias a haberle leído.
«La felicidad que genera la posibilidad es brutal, todo lo que puede pasar se amontona a tu alrededor como si fuera un baile al que te han invitado. Y bailas, claro que bailas».
(Extracto de ‘Firmamento’, de Máximo Huerta).