Daniel Lundh: “Me gusta trabajar con gente inteligente, mientras crean desde el corazón y del alma”

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Daniel Lundh: “Me gusta trabajar con gente inteligente, mientras crean desde el corazón y del alma”

A2VOCES nos está dando unas entrevistas maravillosas.

La que podéis leer a continuación es muy especial por varias razones: hablamos con un actor que ha trabajado para Woody Allen, que ha interpretado a un personaje que creo que recordamos muchos de los que vimos la serie de Antena 3 Tiempos de guerra y, que se hace multitud de preguntas, antes de apostar por un guión.

Quién me iba a decir a mí que iba a tener la oportunidad de entrevistar a Daniel Lundh, un intérprete con mucho trabajo detrás y con un gran proyecto entre manos que verá la luz en las pantallas próximamente. 

Empecé preguntándole sobre él, sobre quién es Daniel Lundh. “Daniel Lundh es una persona sencilla a quien le gustan los vínculos humanos, la tierra, la naturaleza y  todos los seres vivos que constituyen nuestro planeta. También es un apasionado del universo.  Es una persona que, desde niño, odia las injusticias y que ha elegido una profesión donde se podía contar historias, tocar corazones y despertar conciencias.

Este actor tiene en la sangre un batiburrillo de nacionalidades que creo que le hacen bastante peculiar. De origen sueco y criado en París, Daniel me contó cuáles son esos orígenes y la admiración que siente por su familia: “Mi padre era Sueco, con orígenes Rusos y Alemanes (supuestamente). Antes que yo naciese, tuvo una larga carrera como actor de teatro y cine en Suecia, luego se especializó en pinturas del siglo XVI y XVII (los “Old Masters” Holandeses, Italianos…). Era un hombre culto, divertido y enamorado de la vida. Mi madre es de origen sefardí. Se conocieron en Londres y vivimos en Suecia (Malmö) hasta que cumplí siete años, luego París y un poco el sur de Francia. Mi madre es una mujer generosa e intuitiva, con fuerte personalidad”.  

Todo actor tiene sus inicios y los de Daniel están marcados por el aprendizaje con su padre quien le transmitía la esencia de la interpretación.Por lo que he escuchado era un niño hiperactivo, a veces travieso, pero esencialmente buen chico. Tanto atrevido, como tímido. Mi padre me transmitió el gusto del juego, del disfraz, del  payaso y de la broma. Salvo un pequeño papel en primaria y un breve número de “Cabaret” en vacaciones, no tuve ningún contacto con el escenario hasta los veinte años. Al empezar las clases de arte dramático en Nueva York, me fascinó y me apasionó inmediatamente. Era instintivo y tardé un poco en entender en qué consistía realmente el trabajo, pero me sentí cómodo en este espacio desde el principio. Más que nada por la búsqueda, el hecho de compartir, el aprendizaje  y la adrenalina”, comentó.

«Daniel Lundh es una persona que, desde niño, odia las injusticias y que ha elegido una profesión donde se podía contar historias, tocar corazones y despertar conciencias”.

Charlamos con Daniel Lundh, actor de origen sueco y uno de los protagonistas de Alta Mar o Tiempos de Guerra.

Multitud de pruebas y castings son los que tienen que pasar todos los actores hasta conseguir un papel. Daniel no recuerda su primer casting pero sí sabe que no en todos obtuvo un buen resultado. “¿Mi primer casting…? La verdad que no me acuerdo y los que me lo hicieron seguro que tampoco, jaja. Bueno, me acuerdo de alguno. A veces te sale algo bonito, a veces fracasas. Es constructivo. Creo que tenía la fe ciega del principiante, jaja. Al final hay que apostar y, luego, entender que la decisión está fuera de tu control.

Otro paso importante a la hora de construir un personaje es el estudio del guión. Así que le pregunté a Daniel qué tenía que tener un texto para llamarle la atención y aceptarlo, de las preguntas importantes que se hace: “¿Qué cuenta esta historia? ¿Es importante? ¿Merece la pena contarla, o está llena de prejuicios y clichés? ¿Me conmueve?

Luego, por el personaje: ¿Conozco o reconozco algo de esta persona y de lo que le ocurre? ¿Alguna parte de mí puede conectar con alguna parte de él, de su historia, de su viaje y de su transformación?”.

Daniel se ha metido en la piel de multitud de personajes y conoce de primera mano el compromiso que hace un actor a la hora de defender a un personaje.

“Nunca logramos abrir todas las puertas. Aunque los llevamos dentro, llegar a conocer y entender profundamente a un personaje necesita tiempo y exploración. Por eso los ensayos son un lujo. He disfrutado mucho de Riyad, en la película Francesa “Délice Paloma”, y de Larbi en “Tiempos de  Guerra”. En teatro: Luis, en “Luna de Dia”, obra de mi compañero Valenciano, Toni Agustí. Tom, en “Las Conquistas de Norman”, de Alan Ayckbourn. Jerry, en “Historia del Zoo”, de Edward  Albee, o Valentine Xavier en  «La Caída de Orfeo», de Tennessee Williams. Espero que haya más con fuerte conexión”.  

“Nunca logramos abrir todas las puertas. Aunque somos ellos, y ellos nosotros, para llegar a conocer profundamente y compartir alma con un personaje, se necesita tiempo y exploración».

Ahora mismo está rodando nuevo proyecto, mientras tanto podemos ver a Daniel Lundh en series como ‘Alta Mar’, disponible en Netflix y ‘Tiempos de Guerra’, disponible también en la misma plataforma y en Antena 3.

“Alta Mar” es una serie de misterio. Un thriller de investigación, con varias tramas paralelas. Lleva mucho drama y cierta rareza, diría. No os quiero contar demasiado, hay que descubrirla por sí  mismo, ¿no? 

En 2017 llegaba a la pequeña pantalla ‘Tiempos de Guerra’, una serie ambientada en la guerra de Marruecos de 1921 y en la que Daniel interpretaba a uno de sus personajes principales. La historia de Larbi y la enfermera Magdalena nos conquistó a todos los que disfrutamos de la serie y yo, me enamoré de su personaje, así que decidí confesárselo y preguntarle cómo recuerda ese papel:

“Muchas gracias. De verdad, no paro de estar sorprendido y agradecido por el entusiasmo que  provocó esta serie y, dentro de ello, la historia de Magdalena y Larbi. Cuando la recordamos con Anna Moliner siempre nos hace mucha ilusión. Este papel y esa aventura  fueron un regalo para todos los que tuvimos la suerte de participar. Se la debemos, ante todo, a  sus creadores en Bambú Producciones, Ramón Campos, Teresa Fernández-Valdés y Gema R. Neira. Luego evidentemente, creo que es un conjunto de cosas, llámalo destino o circunstancias favorables, las que hicieron que la magia ocurriera. Desde el plató hasta la pantalla y hacia el  espectador. La pareja Larbi y Magdalena, son indisociables, y claro, siempre estará en mi corazón”.  

¿Hay diferencias entre tu personaje en Alta Mar y Larbi? “La diferencia entre Pierre y Larbi es que Larbi, dentro de las condiciones de la guerra y del  racismo que puede sufrir, sigue siendo un hombre de acción, atrevido, con nobleza y honra, fiel a sus creencias. Pierre está atrapado por la posición que ejerce, su compromiso casi militar a la  naviera y su papel de oficial. Es un hombre que sigue las órdenes, se encuentra un poco superado por el problema gordo que va a encontrar y se le va de las manos. Por no conseguir encontrar una solución, lo pierde todo».  

Siempre tengo curiosidad por saber con qué escritor escribiría un novelista, con qué pintor realizaría una obra un pintor emergente y, por supuesto, con qué actores, actrices y directores de cine trabajaría un actor. Le pregunté a nuestro protagonista por ello y me contó lo siguiente:

“Me gustaría trabajar con gente inteligente pero que crean desde el corazón y del alma. Que apuesten y tengan un acercamiento propio a la hora de contar. No tienen por qué ser directores de toda la vida, pueden estar dirigiendo su primer o segundo largometraje. Hay maestros que consiguen extraer cosas de ti que ni siquiera sabías que estaban. Tengo pendiente ver muchas películas españolas y descubrir el trabajo de varios directores que no conozco todavía. De los  directores cuyo trabajo ya conozco, Pedro Almodóvar, Julio Medem, Isabel Coixet, Alejandro Amenábar, Rodrigo Sorogoyen… Directores de fuera, si uno se permite soñar, Gus Van Sant,  Steve McQueen, James Gray, Paolo Sorrentino, David Cronenberg, Kenneth Lonergan, los  hermanos Safdie, Lynne Ramsay, David O. Russell, Matteo Garrone, Jim Jarmusch, Paul  Schrader, Spike Lee, Spike Jonze, Julian Schnabel”.

Ya tenemos clara esa pregunta, pero, ¿qué papel le gustaría interpretar a Daniel?

“Espero que el papel que me necesita sepa encontrarme, que quiera de mí y me acepte como  servidor. Que me sorprenda, que me lleve a lugares conocidos y desconocidos. Que sea un reto y un salto. El género no me importa, aunque me muero por hacer comedia”.  

¿Y qué película hubieses protagonizado? «Ya no se puede debatir sobre el pasado jajaja, pero unos ejemplos de personajes-interpretaciones  con los cuales logré conectar mucho fueron: Dustin Hoffman en ‘Rain Man’ y ‘Little Big Man’. Joseph  Merrick en ‘Elephant Man’, David Thewlis en ‘Naked’. Mozart en ‘Amadeus’, Jack Nicholson y  Brad Dourif en ‘Vuelo sobre el Nido del Cuco’, Jacques Mayol en ‘El Gran Azul’.

Los amantes del cine tenemos películas, escenas y momentos que nos han dejado sin aliento. Nuestro entrevistado es de esos y nos cuenta que, para él son especiales: “‘Lion’, ‘El Club de los Poetas Muertos’, ‘Raging Bull’, ‘Punch Drunk Love’, ‘Pena de Muerte’, ‘Mar Adentro’, ‘Donde Viven los Monstruos’, ‘Other People’, ‘Margarita with a Straw’, y, además, hay muchos documentales que me emocionan”. 

“Espero que el papel que me necesita sepa encontrarme, que quiera de mí y me acepte como servidor”.  

Daniel Lundh interpretó el personaje de Larbi en Tiempos de Guerra.

En el año 2011, el director Woody Allen volvía a hacernos vibrar con una cinta muy especial para Daniel. ‘Midnight in París’, ‘(‘Medianoche en París’), narraba la historia de un guionista que disfrutaba de sus vacaciones en la capital francesa y se veía envuelto en un viaje lleno de personajes históricos relevantes. Uno de esos personajes fue interpretado por Daniel Lundh, que daba vida al torero español Juan Belmonte.

“Rodar  ‘Medianoche en Paris’ fue una experiencia inolvidable. Me gusta mucho el cine de Woody Allen, como a tantos,  y ya había visto sus pelis varias veces. Cuando supe que iba a grabar con él, no tocaba suelo. Tanto él, como los otros actores, eran súper majos y lo pasamos genial. En cuanto al personaje de Juan Belmonte, no encontré mucha documentación, leí un relato de su vida, me metí en ello y lo demás fue pura imaginación. Grabar en  Paris, la ciudad donde me crié, cerca de lugares y barrios que conocía tanto, fue un auténtico  placer”.  

Por su papel en la película francesa ‘Délice Paloma’, Lundh consiguió una mención en los ‘Premios César’, los Goya franceses. También logro premios por su trabajo en ‘Tiempos de Guerra’. Quise saber qué significó para él subir a un escenario para recoger esos galardones:

“Los premios son un símbolo, un reconocimiento subjetivo de un trabajo. Cuando una persona te da la mano y te dice “tu personaje me ha emocionado, es igual de bonito que recibir un premio. Hay que ser agradecido, disfrutar del momento y seguir adelante. Claro que nos hace sentir que el trabajo y el compromiso están valorados, pero uno nunca ha de olvidar que es un esfuerzo de mucha gente, una obra colectiva”.  

¿Cuál ha sido la escena o el papel que más te ha costado interpretar? “Hace muchos años, hice el papel de un chico que había perdido a su madre, la que amaba más que nadie. Era una escena donde tenía que meditar ante su tumba. Pensé que sería bueno acordarme de mi propio padre difunto para llegar a una emoción fuerte, profunda y verdadera. Pues, todo lo contrario, me bloqueé por completo. Estaba muy tenso y tuve que soltar». 

Antes de conseguir nuestro trabajo definitivo, muchos de nosotros, trabajamos en lugares y ejercemos de profesiones que no tienen nada que ver con la nuestra y a los grandes actores, también les ocurre:

He hecho un millón de trabajos, vamos, lo de siempre. Camarero, niñero, traductor, portero, vendedor, payaso, barman, librero, acomodador, anfitrión, profe de inglés, de tenis, periodista,  he hecho mudanzas…”

“Los premios son un símbolo, un reconocimiento subjetivo de un trabajo. Cuando una persona te da la mano y te dice “tu personaje me ha emocionado”, es igual de bonito que recibir un premio. Hay que ser agradecido, disfrutar del momento y seguir adelante.

«Cuando supe que iba a grabar con él, no tocaba suelo». Daniel Lundh habla de Woody Allen con el que rodó Midnight In Paris.

En otra entrevista leí que a Daniel le gustaba cantar, así que quise saber cómo era esa faceta suya. “¡¡Espera, espera, espera!! Cantar, sí que me gustaría muchísimo. Pero saber cantar es otra cosa. ¡Ojalá! Que alguien me enseñe, por favor. Lo que hago yo es escribir, de todo. Novela, teatro, guiones. Incluso letras de canciones y poemas que sí, de vez en cuando, se convierten en un slam, un rap  o un canturreo en muy petit comité”. Además de cantar en petit comité hay algún hobbie más, ¿no? “Sí. Ir a museos, pasear por el parque del Retiro o por la ciudad, escribir, ir al teatro, el  Scrabble y el crucigrama (mis pasatiempos para viajar jajaja). El deporte: tenis y baloncesto, y, además, ver a mis amigos, por supuesto”. 

El ámbito cultural y el mundo de la interpretación, en muchas ocasiones, están en el punto de mira. Creo que los actores son un gran motor en el mundo cultural. ¿Está la profesión del actor bien valorada?

«Por lo que he visto, sí. Está valorado para el público en general. Es una profesión  respetable y respetada me parece, ¿no?. En los tiempos antiguos, efectivamente, se nos asociaba a los marginados, incluso a veces a la gente de mala fama, y eso me da mucho orgullo, jaja. No puedo asertar sobre el estado exacto de la cultura en España, o de nuestra profesión particular porque, sinceramente, no tengo todos los datos. lo que es obvio es que siempre se puede mejorar, siempre podemos integrar más el ámbito artístico y cultural a la sociedad. Que sea con apoyos financieros, crear nuevas infraestructuras o multiplicar los eventos interactivos o pedagógicos, por ejemplo. Lo que no me gusta es que se quede o evolucione solo por el lado del  puro “entretenimiento”. Un lugar de escapismo, nada más. Hay que ser agradecido por el  aumento de productividad y posibilidades en el sector audiovisual, es muy esperanzador, incluso si no siempre está sinónimo de más calidad. Si nos quedamos en la ecuación de “oferta y demanda”, siempre  fracasaremos porque es especulación pura y dura. ¿Quién sabe lo que quiere ver la gente, y quién  es esa “gente”? ¿Una masa informe y uniforme?”  

¿Cómo ves entonces la situación actual del mundo de la cultura en general?

Creo que la cultura no se debe equivocar por algo bonito de las élites, ni tampoco una mercancía de diversión. Acordémonos que su potencia va mucho más allá. La cultura es un arma, una herramienta de emancipación y de autoafirmación. Tanto por la voz  individual, que por nuestra capacidad de sintonizar y armonizar con los demás. Por eso no tiene  fronteras, ni género, ni idioma, ni edad, ni color… Además, está al alcance de todos. Ver en una plataforma tan grande, en la presentación del nuevo presidente de los Estados Unidos, a una  joven poeta afroamericana de solo veintidós años es algo muy bonito y simbólicamente fuerte”.

La  cultura es un arma, una herramienta de emancipación y de autoafirmación. Tanto por la voz  individual, que por nuestra capacidad de sintonizar y armonizar con los demás. Por eso no tiene  fronteras, ni género, ni idioma, ni edad, ni color… Además, está al alcance de todos.

Daniel ha trabajo en España y en el extranjero, compartiendo grabaciones con directores de nuestro país y de todo el mundo. ¿Habrá diferencia entre unos y otros a la hora de trabajar?

“No hay realmente. Es el humano y el proyecto que tienes entre las manos lo que hace la diferenciaMe encuentro con gente maja, cuidadosa y respetuosa por todos lados. La suerte hace que llegas a un proyecto donde mola el grupo y la visión colectiva. A veces puedes sentir que hay más entrega artística en una serie, o una obra de teatro que en una peli con 25 millones de euros de presupuesto. Si colaboras con gente apasionada y trabajadora, que cree en lo que hace, es muy probable que todos den lo mejor de sí mismos”.  

¿Y el futuro? ¿Qué tienes entre manos?

Acabo de rodar una nueva serie con un elenco muy bonito. Por otro lado estoy escribiendo cosas mías que espero concretar próximamente, unos guiones y un libro. Relativo a la música me gustaría grabar canciones o un disco, pero para eso necesito todavía encontrar a algún músico o productor friki que se tire al carro conmigo, ¡jaja!”.

Daniel es un encanto. Da gusto tratar con personas que valoran el trabajo que haces y que ponen tan fácil la realización de entrevistas como ésta, porque, desde el primer momento, ha sido muy educado y cercano, ha sido muy sencillo poder hablar con él.

Como hablamos, en cuanto acaben las restricciones y tengamos todos más seguridad, nos veremos de manera presencial para realizar otra entrevista.

Le agradezco enormemente la oportunidad que nos ha dado y desde aquí le deseo y le deseamos, todo el equipo de a A2VOCES, una vida llena de historias que contar en nuestras pantallas.

 

«Si colaboras con gente apasionada y trabajadora, que cree en lo que hace, es muy probable que todos den lo mejor de sí mismos”.  

Daniel Lundh durante una representación teatral.

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