Tenía previsto en estos días sentarme a escribir la reseña del último disco de mis _juno queridos e hincarle el oído al nuevo y definitivo álbum de Rayden, pero resulta que entre listas de reproducción y recomendaciones del algoritmo, me he topado con La Plazuela, el dúo granadino culpable de volarme la cabeza en las últimas 48 horas. Tanto me ha petado el cerebro con sus temas, que literalmente he dejado de hacer lo que tenía previsto para analizar la locura de primer trabajo que, Manuel Hidalgo (El Indio) y Luis Abril (El Nitro), han creado con un arte que tira pa atrás. Pero, ¿Qué hace una chica como yo en un disco como este? Pues vamos a verlo.
Roneo Funk Club es el título de un trabajo cuyo título ya nos deja adivinar por donde van las notas y la marcha de estos muchachos que arriesgan y proponen, de inicio, algo diferente, fresco y novedoso. ¿Se puede fusionar la esencia del flamenco, con el groove del funk y el magnetismo de la electrónica? La Plazuela son la prueba de que sí.
Entre listas de reproducción y recomendaciones del algoritmo, me he topado con La Plazuela, el dúo granadino culpable de volarme la cabeza en las últimas 48 horas.
El álbum abre con La Ida, una intro que suena a barrio y a flamenco hondo, como el de Camarón de la Isla o Enrique Morente, con una canción que se divide en dos partes: una primera, proponiendo un tono claramente poético y explicativo con la voz de El Indio en plena ebullición, cantando sobre la esencia de la vida; y un cierre experimental, que, ahora sí, anticipa todo lo que vamos a encontrar en el resto de pistas que conforman el disco, avanzando hacia La Primerica Helá, un segundo corte cuyo hilo argumental es, de nuevo, el ADN de barrio y de la Granada natal de La Plazuela. Una declaración de intenciones lírica que se resume en el verso: «Y Andalucía está ardiendo y España se va a quemar, cabeza alta, pasito firme, despacio y al compás» y que va saltando en todos los temas de Roneo Funk Club, en el que la tierra andaluza es el leitmotiv sobre el que gira el álbum, siempre sostenido con la mezcla de géneros y referencias sonoras a grupos como Daft Punk, Chaka Khan o Los Chichos y letras que abarcan, casi en su totalidad, el apego de ambos con su patria particular, alejada de banderas, pero desde la entraña de pertenecer a un territorio mediante temáticas que van desde lo personal a lo social, siempre, insisto, con un instrumental que rezuma frescura.
Esto justamente ocurre con Realejo Beach y ese tempo funk que nos invita a mover los pies, para desembocar en el contraste de Soulseek, con un fondo en el estribillo casi de «cantaditas» de los noventa y una base entre piano, guitarra y percusión, liberándonos del apogeo frenético del álbum y dejando paso a una de las joyas de la corona, llamada Tu Palabra. Este tema es un disco dentro del disco, viajando por diferentes estadios musicales, presentándonos una píldora creativa que toca todos los palos sobre los que se sustenta el estilo de La Plazuela: vuelve el cante, varía la base instrumental durante el metraje del tema y se mezcla la electrónica con las guitarras y un groove que ya predijeron los mismos Chichos.
Sube el nivel con El Lao de la Pena, otra de las canciones más aclamadas de Roneo, especialmente por la buena mano de sus compositores con una letra que sentencia a los modernos: «La moda de Madrid a Graná no nos llega» y la intención electrónica de su fondo. Sigue la locura con Péiname Juana y su estructura perfecta en repetición, en una especie de cliffhanger musical, a través de una propuesta que evoluciona desde un funk más puro al inicio, hasta loops repetitivos que se te meten en la cabeza y vuelven a prender la mecha del baile.
Por su parte, el corte ocho, Mira la Niña, cuenta con la participación de Juanito Makandé, que además de colaborar en este tema, también es uno de los productores del disco junto a Bronquio, en una canción que termina por confirmar las cabecitas privilegiadas de La Plazuela: intro flamenca a capella repetida en diferentes pasajes, algún acorde jazzero que parece navegar hacia una propuesta algo más melódica, que, para deleite de todos se parte en dos con un instrumental de house puro. Otro disco dentro del disco y seguramente la canción que mejor representa la curiosidad de estos chavales por la exploración musical.
La tierra andaluza es el leitmotiv, sobre el que gira el álbum, siempre sostenido con la mezcla de géneros y referencias sonoras a grupos como Daft Punk, Chaka Khan o Los Chichos.
Ahora sí vamos con todo hacia el final con Camino de Cristales y su homenaje al flamenco popular, el de la calle y las palmas, casi como en procesión por el precioso barrio del Albaycín, para definitivamente echar el cierre con La Vuelta, un broche de oro que culmina una experiencia musical digna de vivir y que merece ser escuchada de principio a fin.
En definitiva y respondiendo a la pregunta que me hacía a mí misma en la cabecera del post: ¿Qué hace una chica como yo en un disco como este? Sin duda liberarme de prejuicios y conectar con el arte más profundo. La Plazuela han sido un hermoso descubrimiento que me guardo en un imaginario musical que por suerte es cada vez más amplio, más variado y sobre todo más libre.
Roneo Funk Club está disponible en todas las plataformas musicales y en edición física.