Todo proyecto emergente tiene un poco de kamikaze y mucho de corazón. Sobre todo de esto último. Con él, latiendo a tope, es como nacen las propuestas que cautivan a todo aquel o aquella que se acerca a ellas.
La entrevista de hoy suena diferente a otras porque nos permite asomarnos a un universo que, yo, al menos, no había explorado todavía. Por ejemplo, si digo música negra, ¿qué te sugiere? Y si hablo de synth-pop, ¿en qué piensas? Seguramente, como nosotras, no tengas una respuesta muy formada del tema, pero lo que sí te podemos presentar, es a este músico que busca exponer los géneros que, según palabras textuales, «le flipan», pero buscando su propio sonido.
Mardom es un artista nacido en Asturias que empezó jugueteando con la música mientras sonaban las canciones de Estopa. Después, pasó por bandas locales haciendo tributos a reyes del rock como AC/DC, para posteriormente seguir creciendo, hasta, por fin, encontrar esos ritmos que de verdad le mueven.
Ahora, veintitantos años después, el niño enamorado de su tierra, presenta su primer EP Soul Happy, con unos cuantos temas que hablan de la nostalgia y de los cambios, no solo desde el punto de escucha melancólico, sino como un motor lleno de energía para bailar.
Así, a través de la música, es como Mardom vuelca en su proyecto todo lo que es él. ¿Te animas a descubrirlo con nosotras?
-Siempre avisamos de que la primera pregunta es seguramente la más difícil. ¿Quién eres?
Soy Mardom, un artista asturiano que reside en Madrid. Llevo haciendo música desde muy pequeño, en bandas locales de Gijón que es donde he vivido siempre. Hace dos años empecé con el proyecto Mardom, en el que decidí mezclar la música negra, que me flipa, y desde el amor y el respeto que tengo a ese tipo de música, quise mezclarlo con sonidos más de aquí. Hace poco hemos grabado nuestro primer disco y aquí estamos presentándolo.
-Nos cuentas que llevas en la música desde bien pequeño. ¿Cómo fueron tus inicios?
Empecé escuchando música con mis padres, desde pequeño, en el coche, en los viajes…escuchábamos mucha música tipo Estopa, Fito y Fitipaldis, casi como todos; y en el instituto, en mi clase, había gente que hacía música, entre ellos mi primo, que es un artista mayúsculo, y montamos una banda de rock haciendo versiones de AC/DC en los bares más cutres de Gijón. Ahí fui saltando de grupo en grupo y escribiendo canciones hasta encontrar mi propio sonido.
-Hace muy poquito lanzaste tu primer EP Soul Happy. Cuéntanos qué podemos encontrar a primera escucha en él y por qué te has lanzado a publicar estos temas que tanto tienen en común.
Creo que me he lanzado a grabar un EP porque tenía el concepto claro y las canciones tenían cosas en común. Quería hacerlo porque la suma de todas las canciones es mayor que la de las canciones individuales, y por ello creo que tenía sentido hacerlo así. Quizás no es lo más idóneo en la época que estamos, pero quería hacerlo.
En Soul Happy podéis encontrar una mezcla de música diferente: canciones bailables y felices, también más reflexivas, pero sobre todo, en el disco está volcado todo lo que soy yo.
-El tema Enero fue uno de los adelantos del álbum con una fantástica acogida. ¿De qué habla esta canción y por qué es especial para ti?
La acogida de Enero fue muy buena. Cuando la lancé estuve tocando en Santiago y vino gente al concierto que cantaba la canción, esa sensación es increíble.
Enero en concreto habla de la nostalgia, que es una cosa muy recurrente de todo el disco, al final creo que desde los veinte años a los veinticinco, que es cuando empecé a escribir mis propias canciones y formar el proyecto, ha sido una época de muchos cambios.
La nostalgia, tanto celebrándola como echándola de menos, está muy presente en mi proyecto, por eso esta canción habla de irte a otro sitio, tener miedo de que las relaciones que has dejado cambien por haberte ido, que cambies tú, que no encajes por cambiar de lugar…
Creo que me he lanzado a grabar un EP porque tenía el concepto claro y las canciones tenían cosas en común.
-¿Cómo planteas la producción de tus temas?
La producción musical es una de las cosas que más me flipan. Junto con mi amigo Ali, que es un artista italiano, nos juntamos y trabajamos juntos. Me gusta beber de diferentes estilos, casi siempre centrado en la música negra y el synth-pop.
-Estás muy volcado también en la parte más audiovisual de tu proyecto. ¿Cómo es de importante para ti esta vertiente?
El audiovisual me encanta desde pequeño: cine, fotografía, videoclip…y con el proyecto me parecía que a través de la música podía experimentar un poco también en este campo. Además me permite jugar, porque sé menos de audiovisual que de música, y en esa ingenuidad me parece que puedo hacer más cosas.
El videoclip de Enero lo dirigí yo pero tuve un equipazo: Jimena y Eva, como cámara y ayudante de cámara, Alejandro como actor, y Rubén que es un viejo amigo con el que ya he hecho un montón de cosas, haciendo el color. Fue una experiencia muy chula. Creo que hemos conseguido reflejar la idea de la canción, experimentando con planos diferentes, aberrantes…tuvimos que localizar bastante. La grabación fue en mi casa, en Gran Vía y en otras partes de Madrid. Es un videoclip sencillo que aporta mucho a la canción y apoya su significado.
-Madrid es el escenario perfecto de Enero pero también se ha convertido en tu casa. ¿Cómo llevas el cambio de una ciudad como Gijón a la vorágine de la capital?
Pues para mí eso es un tema porque yo soy muy defensor de la escena asturiana. En Asturias hay un nivel enorme y hay unos artistas espectaculares. El problema quizás que tenemos en Asturias, y es algo que estamos intentando solucionar a través de una plataforma que se llama «emerxentes», es que creo que a veces falta atención mediática. En Madrid todo es más sencillo. Agradezco poder estar aquí y nutrirme de todo lo que tiene, pero me da un poco de rabia el hecho de tener que moverle a 600 km de casa. Así que estoy un poco en eso, estoy muy bien aquí, pero sí que me da pena no poder hacer ciertas cosas en Asturias.
-Si nos ponemos a soñar en grande. ¿Quién o quiénes son los artistas con los que te gustaría colaborar?
Descubrí la música que quería hacer gracias a Jacob Banks, un artista nigeriano que vive en Inglaterra. Cuando empecé a escucharle me voló la cabeza. Sería un sueño talonearlo, una locura.
De aquí, de España, Carmen Boza me parece una «artistaza» mayúscula. Si hablamos más de mi estilo Vic Mirallas o Jacob Collier también me encantan.
-Os quedaría un conciertazo, la verdad…
¡Yo compro entrada!
-Hablando de conciertos, acabas de terminar una gira por España que te ha llevado por numerosos escenarios de lugares increíbles, ¿qué podemos encontrar en un directo de Mardom y cómo valoras la experiencia que estás teniendo hasta el momento?
Con la gira estoy muy contento porque me acompañan músicos buenísimos. En algún micro abierto alguna vez me han dado caña porque siempre digo que los músicos con los que toco son mejores que yo, pero es que son increíbles…muchos vienen del mundo del jazz, tanto de Asturias como de Barcelona y son espectaculares.
¿Qué podéis encontrar? A nivel instrumental de todo: saxo, piano, bajo, batería, corista…es que las canciones en el directo mutan, animan mucho, bailamos…son conciertos muy dinámicos. El feedback está siendo muy bueno. Veo que la gente se lo pasa súper bien y estoy muy feliz por eso.
-Utilizas las redes sociales como una de las vías de comunicación de tu música. ¿Cómo te llevas con ellas?
Tengo un poco de ambivalencia con las redes sociales. Uso mucho Instagram. TikTok lo intento pero no tengo la soltura todavía, estoy en ello. Son un vehículo muy grande para poder compartir las cosas con la gente, avisarla de los conciertos, enseñar lo que estamos haciendo…al final, y aunque he pasado por muchas frases, intento enfocarme en pasármelo bien con ellas haciendo lo que me interesa.
-Te damos la oportunidad de subirle el volumen al futuro. ¿Qué le espera a Mardom próximamente?
Queremos seguir con la tendencia de poder girar. Empezar a colaborar con artistas que estoy empezando a conocer y que la cosa se mueva un poco. Tocar en los mayores sitios posibles, que la gente nos conozca y que quiera compartir esta experiencia con nosotros.
Puestos a soñar: girar, girar, tocar, tocar y grabar, grabar en bucle.
Si algo bonito tiene A2VOCES es la oportunidad que nos da de descubrir artistas emergentes que tienen tantas cosas que contar. El arte, cuanto más se comparte, más grande se hace y, sin duda, Mardom es un ejemplo de talento tremendo.
Os animamos a seguirle de cerca, y sobre todo, acercaros a su proyecto musical, tan personal y natural como su charla.
Entrevista Aixa V. y Carmen B. / Edición Aixa V.