Las series españolas siguen en auge y, estos meses, tenemos de moda el nuevo trabajo de Ramón Campos y Gema R. Neira: Jaguar. Está protagonizada por un elenco sublime formado por Blanca Suárez, Iván Marcos, Francesc Garrido, Adrián Lastra, Óscar Casas y Stefan Weinert.
La serie, ambientada en los años 60, cuenta la historia de Isabel Garrido y unos “cazanazis” llenos de rabia y dolor que han vivido los peores años de sus vidas en los diferentes campos de concentración que se establecieron durante el régimen del temido Hitler. Guerra, sangre, lucha, ideas muy meditadas y venganza, mucha venganza, acompañan a unos personajes muy trabajados y que, en muchas ocasiones, recrean escenas que nos recuerdan a las películas del mismísimo James Bond.
‘Jaguar’ es guerra, sangre, lucha, ideas muy meditadas y venganza, mucha venganza.
Creo que, además, hay mucho del director Quentin Tarantino en Malditos Bastardos. Esos rótulos a mitad capitulo que te sitúan en la escena, esas músicas que nada tienen que ver con la época, las esvásticas gigantes, la gravedad de sus escenas de acción y el protagonismo masculino al noventa por ciento, contando solo con un personaje femenino como eje, componen un thriller que nos lleva a un periodo de España poco conocido: el refugio de muchos generales nazis que quieren vivir una vida idílica y en paz después de haber hecho tanto daño en su Alemania natal y otras ciudades europeas.
La serie, en general, engancha, pero conforme avanza la historia, esta, va perdiendo fuerza, basándose mucho en el drama y un poco menos en el verdadero objetivo de estos cazadores de nazis, llevar ante la justicia a todos esos criminales. Para mí, quien destaca en cada capítulo es Adrián Lastra, un brutal “Sordo” que tiene que expresar más que vocalizar y, un Iván Marcos que hipnotiza con cada texto.
Buena acción, buenos personajes y grandes escenarios en una serie histórica que ya prepara una segunda temporada.
Hay mucho del director Quentin Tarantino en Malditos Bastardos. Esos rótulos a mitad capitulo que te sitúan en la escena, esas músicas que nada tienen que ver con la época, las esvásticas gigantes, la gravedad de sus escenas de acción…