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La literatura de hoy en día no sería lo mismo sin los clásicos. La historia de nuestro país nos ha dado multitud de autores en diferentes generaciones: el siglo de oro, el modernismo, la del 98, el novecentismo, las vanguardias, la del 27, etc.

Mujeres y hombres llenaron esas épocas de textos que actualmente se estudian en colegios, institutos y universidades. Seguro que muchos de vosotros recordáis el examen de Lengua Castellana en la Selectividad, con aquel comentario de texto sobre obras de Isabel Allende o Valle Inclán. A mí me salió el segundo, con sus Luces de Bohemia. Tuve la suerte de ver esa obra también en teatro. Después os hablaré de ella con más profundidad.

Creo que El Ministerio del Tiempo ha vuelto a poner de moda muchos de esos escritores poetas, dramaturgos, historiadores, románticos y modernos que realizaron tesoros como algunos de los que os voy a hablar en este post. Os he dicho en numerosas ocasiones que soy una apasionada de la historia y por eso no podía dejar pasar la oportunidad de hablaros de todos ellos. Solo de algunos. Allá voy.

Félix Lope de Vega

 «Todos a una, como en Fuente Ovejuna».

¿Os suena esta frase, verdad?. Lope fue el escritor con mayúsculas del Siglo de Oro. Su vida estuvo marcada por los lances amorosos y sus expediciones militares, como su participación en la Armada Invencible. En general, las obras de Lope giran en torno al amor y al honor, tanto en el ámbito del pueblo iletrado como en la aristocracia llena de gente culta y refinada. Multitud de sus obras se han llevado al teatro y han sido interpretadas en todo el mundo. La comedia siempre estaba protagonizada por la intriga amorosa y caballeresca, textos que tuvieron gran éxito, pero, triunfaron más, las obras en las que se tratan los abusos de los pobres y el caos político que reinaba en la España del siglo XV.

Una de las obras que da a conocer esos abusos es Fuente Ovejuna, un pequeño pueblo dominado bajo el Comendador Fernán Gómez de Guzmán, un abusón amigo del rey que no respetaba las leyes y traicionaba los principios feudales. Era un hombre malvado, un tirano que obligaba a pastores y labradores a soportar injusticias en su mundo feudal.

En esta historia se cruzan Laurencia y Frondoso, una pareja enamorada decidida a casarse. ¿Por qué son importantes? Porque el Comendador se obsesiona con la dama y va a hacer todo lo posible por conseguir que no haya boda y ella sea de su propiedad. Muy romántico todo. Gran denuncia del acoso por parte de Lope.

Esta es solo una de sus obras cumbre, un gran drama teatral, en la que el pueblo se subleva ante esos malos tratos por parte Gómez de Guzmán. Qué gran interpretación la de Víctor Clavijo en El Ministerio del Tiempo. Si la habéis visto sabéis de qué os hablo. Seguro que Amelia se acuerda. Maravilla.

Gustavo Adolfo Bécquer

El romántico amargado por excelencia. He de confesar que no me gusta nada la poesía pero estas historias me encantaron.

Sus Leyendas y Narraciones escritas en el Monasterio de Veruela demuestran a un Bécquer obsesionado por el amor y por las historias con tinte negro y triste. En todas ellas hay algún personaje no correspondido, una doncella herida o malvada y unos seres que encarnan el mal. Bécquer reflejó en muchos de sus textos sus fracasos amorosos y se nota. La atmósfera sobrenatural y fantasmagórica volaba sobre la cabeza de este autor cada vez que escribía.

También es verdad que el escenario en el que lo hacía le acompañaba. Qué lugar más bonito y tétrico a la vez. Bécquer es sobre todo un poeta vivo y muy popular que consigue conmover todavía a millones y millones de lectores. Estas leyendas me recordaron a las historias negras de Edgar Allan Poe. El sevillano perteneció al romanticismo tardío y estuvo muy enfermo en numerosas ocasiones, hasta que, con 34 años, murió. Qué lástima.

Este maestro de la lírica moderna y la imaginación fue bastante desgraciado. Leyendas como Ojos verdes, El Misere, Creed en Dios, El Gnomo y El Monte de las Ánimas son solo algunas de las que forman parte de esta obra llena de fantasía. Este autor hubiera hecho buenas migas con mi adorado Tim Burton del que os hablaré muy pronto.

Bécquer es sobre todo un poeta vivo y muy popular que consigue conmover hoy en día todavía a millones y millones de lectores.

Gustavo Adolfo Bécquer. Una de clásicos.

Ramón del Valle Inclán

El de la selectividad. Cómo me gustó sus Luces de Bohemia con Max Estrella. Obra del esperpento por excelencia. Él es parte del modernismo, es el mejor dramaturgo de la Edad de Plata de la literatura española. Su producción literaria es muy amplia y compleja, porque tocó casi todos los géneros, nunca se ciñó a sus normas, y rechazó la novela y el teatro tradicionales. Su obra es original y muy revolucionaria. El pecado, la mujer y la muerte fueron su fuente de inspiración.

En la historia que cito más arriba conocemos a personajes grotescos y turbulentos que viven en Madrid. El nombrado poeta ciego Max Estrella siempre va acompañado por su amigo Latino y un gran elenco de personajes nocturnos que irrumpen la normalidad de la capital. Delincuentes, proletarios mal pagados, periodistas, policías, políticos corruptos y prostitutas definen al completo la sociedad madrileña de esa época que no es tan diferente a la que tenemos hoy en día.

En esa España que nos da a conocer Valle-Inclán no hay lugar para el éxito y el triunfo de un genio. No hay lugar para la poesía y para la cultura en un Madrid absurdo y hambriento lleno de decadencia donde el trabajador es el último mono. A pesar de todo ello te ríes de lo lindo al leer cómo se enfrentan sus protagonistas a esta sociedad demacrada. Sus escenas son rápidas y su lenguaje muy tomado del léxico calé. ¿Qué más tiene característico este autor? Su larga y frondosa barba blanca y sus gafitas redondas.

Su producción literaria es muy amplia y compleja, porque tocó casi todos los géneros, nunca se ciñó a sus normas, y rechazó la novela y el teatro tradicionales.

Federico García Lorca

He dejado el que más me gusta para el final. Siempre he sentido mucha curiosidad por este hombre, a la vez que una profunda tristeza. Él es el maestro de la famosísima Generación del 27. Todavía hoy, la mayoría del país no entiende el por qué de su muerte o no queremos ver la realidad de su fusilamiento. Él es el gran poeta que perdió España por ser una inculta. Está considerado uno de los poetas españoles más brillantes del siglo XX, la obra de Lorca obtuvo un gran reconocimiento ya en su época, pero el estallido de la Guerra Civil española en 1936 y, al parecer, una venganza entre familias, acabó con la vida del poeta. No se conoce el lugar donde está su cadáver.

La residencia de estudiantes de Madrid fue la protagonista en la carrera de Lorca como escritor, así como el gran amor de su vida, el pintor Salvador Dalí.

Romancero gitano, Bodas de Sangre, Yerma, Un poeta en Nueva York y La casa de Bernarda Alba son algunas de sus majestuosas obras. Todas ellas son un tesoro de la literatura universal pero a mí, la que me apasiona es la última que os he nombrado. Sus personajes, su redacción, su vocabulario, la historia, todo. Todo hace de La casa de Bernarda Alba, para mí, una obra maestra.

Esta obra se centra en la tiranía moral y la represión sexual que Bernarda, la protagonista, ejercía sobre sus hijas. Bernarda les impone ocho años de aislamiento a sus hijas a causa de la muerte de su marido y padre de todas, llevando hasta lo irracional las convenciones sociales sobre el luto. La aparición de Pepe el Romano, que levanta pasiones entre todas las mujeres cambia el ritmo de la historia. Él está dispuesto a casarse con la hija mayor, Angustias, pero esto desencadena un gran conflicto, ya que, el quiere casarse con una pero pasarlo bien con otra. Esa será Adela, el personaje rebelde, típico de Lorca, en el que se presenta la oposición entre la autoridad y el deseo. Creo que todo el que lea algo escrito por Lorca no lo va a olvidar jamás.

«El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y desespera. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo se les vean los huesos, la sangre…». Federico García Lorca.

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