Un armadillo, un punky y un final inesperado

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Un armadillo, un punky y un final inesperado

Quería poner un título mejor hilado pero Cortar por la Línea de Puntos habla de lo difícil que es seguir lo que está preconcebido como correcto dentro de tu línea vital cuando empiezas a hacerte adulto/-a y se te ha pasado la vida imaginando cómo hubiera sido cortar lo delineado y salirte de esa dirección.

Porque a veces, salirte de lo que se establece como correcto o sensato pueda dar un giro de 180 grados y esa «línea de puntos» que marca nuestro destino se parte por donde no queríamos o simplemente, por donde no esperábamos.

Nuestro personaje principal de esta miniserie animada (he de decir en mayúsculas) PARA ADULTOS, Zero, se pasa los capítulos imaginando y narrando unos condicionantes y sus posibles consecuencias de situaciones que viviría si se saliese de lo que él espera que ocurra. Va concatenando una serie de silogismos en los que él como protagonista se autoconvence una y otra vez de que eligiendo el camino que él ya tiene planeado, va a ser el camino correcto para que todo salga a pedir de Milhouse.

Lo que ocurre es que lo previsto no siempre es lo definitivo, y van surgiendo situaciones con las que lidiar, a veces de manera sorprendente incluso para uno/-a mismo/-a.

 

Zero se autocomplace esbrozando lo que para él serían situaciones no planeadas. Es un punk con una conciencia en forma de armadillo gigante y de humor ácido, y que, a pesar de pasar de los 30 años, sigue sin un trabajo estable y sin una motivación profesional concreta, como muchos de nosotros. También a pesar de los muchos intentos de actualizaciones de CV (a veces incluso manipulando información sobre su trayectoria profesional) y de impartir clases de repaso a niños de colegio para sacarse unos ahorros y sentirse, al menos, útil para la sociedad.

 

 

El armadillo representa el verdadero drama de este problema generacional, sobre esa frustración y los problemas psicológicos que nos puede causar la inactividad profesional o la desesperación por la desocupación y las precarias oportunidades laborales a la vista.

El armadillo, que es la conciencia de Zerocalcare, destaca por hablar de esta tragedia realista en un tono sarcástico y, a veces, castigando a Zero con falsa indiferencia.

 

En ocasiones, la serie plantea tantos nombres y referencias culturales y políticas tanto en guión como en pantalla, que se nos hace difícil captarlos de una. Además, su ritmo de narración y montaje es tan rápido y cambiante que llega a agobiar cuando por fin te das cuenta de que entre tantas frases con sarcasmo están contándote realmente una historia depresiva y trágica.

Algo que me recuerda muchísimo a la serie Bojack Horseman, clara intención trágica de un caballo-actor ex famoso frustrado y alcohólico que no levanta cabeza por sus depresiones y sus decisiones ‘de mierda’.

Tristeza camuflada en chistes de humor negro en una serie animada para adultos. Bastante habitual en los memes y los tuits de hoy en día. Una manera perfecta de hacer empatizar a un público de juventud tardía que bien nos representa a la generación millennial.

‘Cortar por la línea de Puntos’ es realmente una serie con un guión muy inteligente y cargada de metáforas a la hora de hablar de emociones y lecciones de vida que uno va asumiendo con la vida. Has de tener paciencia para escucharla.

Al igual que ocurre con la serie The Midnight Ghospel , que como ya decíamos en el post de «Mejores series 20202» , también se basa en armar sobre un ritmo ágil y delirante y dibujos llamativos, en contar problemas crudos de la sociedad mediante un vocabulario irónico y lleno de referentes. 

 

El creador de esta serie italiana es el italiano Michele Rech, dibujante de cómics e historietista cuyo nombre artístico, no es baladí, es Zerocalcare, pseudónimo acortado con el que bautiza al personaje principal de Cortar por la Línea de Puntos, ‘Zero’. El título original de la miniserie en su lengua materna y la de su autor al mando, como dibujante y director: ‘Strappare Lungo i Bordi’.

Me ha gustado descubrir algo al investigar sobre estos datos de Zerocalcare, los personajes de Zero y el armadillo cobraban vida ya en cómics suyos, pero que es en la miniserie para Netflix donde Zero parece recrear una caricatura del propio Zerocalcare, de tintes autobiográficos del creador.

 

[ Michele Rech, dibujante de cómics e historietista,creador de ‘Strappare lungo i bordi’ ]

 

Zero es un personaje de unos 37 años, escritor y dibujante de cómics residiendo en Roma (igual que el creador en todos estos datos), soltero, antisistema, con referentes y estilo de vida hardcore punk y sumido en una crisis existencial de los «treinta-y-…» de la que no quiere o no sabe salir.

Va siempre acompañado de Secco, su amigo de infancia y compañero de batallitas, que siempre llega tarde, juega a póker online y sin aparente motivación más que la de comer helados de manera religiosa y casi compulsiva.

De su amiga de la infancia, Sarah, la única que le despierta pensamientos y conductas positivas que nunca alcanza a vislumbrar por sí mismo, ya que él tiende más bien al pesimismo. Es ella quien, desde el colegio, le hace ver que sus pensamientos pueden llegar a ser egocéntricos, y hay que restarle valor y peso a ciertas circunstancias para respirar más tranquilo.

Y del Armadillo, que viene a ser su conciencia, y que siempre está ahí sentada soltándole indirectas sobre la cruda realidad. Sólo con una mirada al fondo de la habitación le juzga con alevosía tras los hechos importantes de la vida de Zero.

Por otro lado, sobre el hilo de los episodios, Zero va contando una historia en la que la pieza clave es una amiga de la adolescencia, Alice y sombre cómo es su relación con ella y las circunstancias que los rodea, en conjunto y por separado.

 

Aunque a la narración le cuesta arrancar con la historia principal, durante el viaje que hacen juntos, Secco, Sarah y Zero (con su armadillo) todo va cobrando sentido, desde las primeras reflexiones interminables y llenas de circunstanciales que nunca se cumplen hasta pasando por los recuerdos de la infancia y adolescencia de Zero, relacionando con su rutina actual.

Conforme Zero va narrando, van encajando una serie de identidades con las que empatizar dentro de cada uno de los personajes y del propio Zero, hasta que llegas a un final de la serie que NUNCA, JAMÁS, esperarás.

Y te sorprende por cómo ha llegado ahí sutilmente tras muchos pensamientos descritos en voz alta por el propio Zero. Llegas a entender lo que ocurre sólo si has prestado atención a cada episodio.

El guión de Michele Rech es como un código secreto y lleno de sátira sobre cómo una ‘línea de puntos’ que predetermina cómo deben ser las fases de tu vida, se corta por la mitad sin esperarlo y has de reencajar las piezas para recomponerla de nuevo o convivir con esa expectativa frustrada y cambiar de rumbo. Una serie para adultos sobre un retrato dramático contado de forma mordaz y humor negro, haciendo coexistir las partes buenas y malas, como en la vida misma.

 

 

Si me hubieran dicho que era posible tratar el tema que aparece al final de alguna manera cómica y al mismo tiempo respetuosa, no me lo hubiera creído. No me permito deciros de qué trata (NO SPOILERS). Debéis verla.

Los capítulos duran unos 20 minutos y se completan en una única temporada de 6 capítulos, que bien se pueden ver en una tarde tonta.

Ahora, te advierto que para ver la serie del tirón necesitarás:

  1. Una bebida no alcohólica.
  2. Helado, mucho helado.
  3. La mente fría y estar abierto/-a la reflexión y la autocrítica.
  4. ¿Clínex?

Las moralejas están servidas y, empatizarás y te reirás mucho pero también llorarás.

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