«Gracias por volver al teatro», repetía Cayetana una y otra vez al público presente. No se puede decir más con menos.
Así de emocionante fue la despedida en Valencia el pasado domingo de #PuertasAbiertas, la obra de Emma Riverola dirigida por Abel Folk, y protagonizada por una Cayetana Guillén Cuervo excelsa y Ayoub El Hilali, que ha resultado ser para mí, un grato descubrimiento como actor.
El Teatro Olympia acogió sobre sus tablas esta obra en la que Julie, personaje de Cayetana Guillén Cuervo ,abre las puertas de su casa a un joven árabe llamado Faruk, por Ayoub El Hilali, gracias al hashtag #PuertasAbiertas. Ambos personajes comparten la angustia y desconcierto de una noche fatídica en la que París voló por los aires, y murió con las víctimas del atentado terrorista en la sala Bataclan y alrededores, escribiendo la crónica más negra y triste de la ciudad de la luz.
#PuertasAbiertas, es la obra de Emma Riverola dirigida por Abel Folk, y protagonizada por Cayetana Guillén Cuervo y Ayoub El Hilali.
Así y como espectadores, partimos de una premisa potente en la que de entrada, se trata un tema tan actual como es el terrorismo islamista y su influencia en una Europa llena de prejuicios, desconfianza y miedo, el mismo que experimenta Julie cuando se encuentra cara a cara con Faruk, que a su vez, cumple con el estereotipo del que podría ser un terrorista y que sin embargo, se encuentra igual de aterrorizado que ella, pero desde un prisma reivindicativo y feroz contra los clichés de Occidente. Aquí y a través de un texto bien resuelto que además de hablar de terrorismo, aborda temas como la infancia, la violencia de género, la religión o el amor, empieza un pulso por parte de ambos personajes, que marca el ritmo posterior de la representación, y consigue mantener la atención de los que estamos en la butaca.
Siempre he pensado que Cayetana Guillén Cuervo tiene ese «algo» que la hace una de las actrices más especiales del cine y escena de nuestro país. Será que le viene de cuna y que se lo ha ganado a pulso a base de humildad y trabajo, pero verla en acción es una de las mejores experiencias que he tenido en un teatro. Empoderada, delicada, con sentido del humor a pesar de la dureza del tema, tan radiante sin pretenderlo, y sobre todo con esa naturalidad tan especial que le caracteriza, es una auténtica gozada ver como la actriz se mete en la piel de su personaje, moldeándolo a su antojo y haciendo disfrutar al público de su tesón y experiencia sobre el escenario.
No se queda atrás para mí la interpretación de Ayoub El Hilali, que además de ser una grata sorpresa y un magnífico protagonista, demuestra que tenemos actor para rato dominando la escena con su presencia, gestos. y sobre todo con la proyección de su voz, controlando en todo momento el tempo que requiere una obra de las características de #PuertasAbiertas.
#PuertasAbiertas es un pulso por parte de ambos personajes que marca el ritmo posterior de la representación y consigue mantener la atención de los que estamos en la butaca.
Convence también la propuesta de Abel Folk como director con una puesta en escena que va más allá del texto, y pone el foco en el movimiento y su poder, combinado con una música completamente acorde al suspense y ritmo que toma la narrativa durante la representación. Hay varios puntos en los que la expresión corporal adquiere protagonismo y se entremezcla con los elementos escénicos perfectamente dispuestos, en el que destaca la caja que actúa como único decorado y que simula la casa en la que Julie y Faruk conversan, ofreciendo un ingrediente más al que atender y que para mi gusto, no desentona con el discurso, salvo en algún momento concreto. Hay también un excelente trabajo de iluminación que nos sumerge de lleno en el escenario y eso siempre es una suerte para el espectador.
Antes de escribir la reseña, leía algunas críticas negativas en las que comentaban que había algo de sobreactuación de los actores y un texto demasiado banal para el tema que se plantea. Sin embargo, a mí me parece que #PuertasAbiertas, es un magnífico ejercicio actoral que huye de la moralina, y pone en valor la capacidad de reflexión que tiene el teatro y su objetivo de cuestionarnos temas que no siempre van a encontrar respuestas, apelando directamente a nuestros prejuicios, pero sobre todo a nuestro miedo de enfrentarnos a lo que por imposición consideramos diferente.
Si tienes oportunidad, te animo a que abras bien los ojos y disfrutes de #PuertasAbiertas. Yo lo hice en la mejor de las compañías. Es muy emocionante ver cómo el telón se vuelve a alzar y cómo los actores se dejan la vida agradeciéndonos a cada uno de nosotros que estemos allí. ¡Gracias por dejaros caer por nuestra terreta!
#PuertasAbiertas es un magnífico ejercicio actoral que huye de la moralina y pone en valor la capacidad de reflexión que tiene el teatro.