Me siento a escribir este nuevo post con una motivación especial.
Esa motivación que aparece la mayoría de veces que escribo para el blog con temas que me conmueven, con recuerdos con los que inevitablemente sonrío, con referencias a momentos vividos con mi chico, o simplemente, con cosas que me hacen un poco más feliz.
Hoy, 1 de marzo, iniciamos en A2VOCES nuestro pequeño y particular «Ciclo de la Mujer», un espacio que hemos creado para homenajear a todas esas mujeres relacionadas con la cultura que nos inspiran y que de alguna forma u otra, nos han dejado huella y nos ayudan a seguir adelante.
Coincide también con el mes en el que presumiblemente, nuestra admirada escritora Bebi Fernández, da un paso al frente y muestra su verdadera identidad, protegida hasta ahora por razones de seguridad y que espero, solo le traiga todo lo bueno que se merece. Necesitamos más voces valientes como la suya que prendan fuego y reduzcan a cenizas el machismo. Nada mejor que hacerlo desde la palabra y la cultura.
Y después de este pequeño «prólogo» que acabo de hacer, vamos al lío. Os voy a contar la historia de Merichane.
Merichane es el tema con el que la cantautora Zahara avanza el que será su próximo disco, y un ejercicio de «autoterapia» que ha revuelto al público, las redes y las conciencias. Merichane está compuesta y producida por Zahara con ayuda de Martí Perarnau IV, su mitad en _juno.
En el sentido superficial, Merichane podría ser solo una canción de tantas que componen la discografía de Zahara, pero es que va y resulta que Merichane es como llamaban a la puta del pueblo, el mote que le pusieron a la autora con solo doce años. Es la mujer acosada. La que soporta las vergüenzas de una industria podrida. La de los trastornos alimenticios que aún son tabú. Merichane es Zahara en estado puro, a corazón abierto y sin pista de aterrizaje.
Merichane es Zahara en estado puro, a corazón abierto y sin pista de aterrizaje.
Hay dos cosas que hacen de Merichane la canción perfecta: verdad y atmósfera. La verdad, por una composición que está hecha desde la experiencia personal, y como ejercicio de encuentro consigo misma, sin más pretensiones que contar una historia real, alejada de la rimbombancia que a veces acompaña a la música. Y atmósfera, la que logra el videoclip dirigido por Guillermo Guerrero y que coge de la mano toda esa sinceridad y la transforma en imágenes que no por dolorosas dejan de ser bellas. Hay un tándem especial entre canción y videoclip que se entiende y remueve sin haber leído nada acerca de ella. Es de esos temas que te arrancan el corazón de cuajo a la primera escucha.
#YoEstabaAhí es el hashtag que utilizaron miles de chicas para contar sus historias. Con diferentes matices, distintos protagonistas pero siempre con la misma fórmula y el mismo patrón sobre el que versa la canción: «#YoEstabaAhí con las llaves en la mano, acelerando el paso, fingiendo que hablaba con mi hermano». ¿Podría haber una letra más evidente? ¿Más de verdad? Lo dudo. Todas hemos acelerado el paso y también hemos vomitado la vida y el odio en alguna ocasión. A veces hasta hemos pedido perdón con un: «no es para tanto» o un «serán imaginaciones mías», pero ahora y gracias a letras como esta, todo se pone a nuestro favor. La revolución empieza en la cultura.
Leía en un artículo de El País que decía que René de Residente y Merichane de Zahara, más que canciones eran terapias, y no puedo estar más a favor de esta afirmación. Merichane es libertad, reflexión y luz. Merichane es Zahara y Merichane somos todas y todos los que queremos destruir a los malos.
¿Te animas a qué te cambie la vida?
«Merichane soy yo y Merichane somos todas mis historias». Zahara.