‘Patria’, un universo basado en hechos reales

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‘Patria’ es la sensación, el tema de conversación. Ya lo fue en 2016 cuando Fernando Aramburu lanzó el libro que tardó bien poco en convertirse en todo un bestseller, con el riesgo moral que siempre supone hablar de ETA.

Es difícil describir algo tan turbio del pasado con tanta naturalidad. Es muy complejo entender qué sucedió en el conflicto vasco sin haber estado allí. Es tremendamente complicado no ponerte en la piel de Bittori, como también lo es comprender que pasaba por la cabeza de Joxe Mari en el asesinato del Txato, un hombre bueno en el lugar equivocado. Es arduo hablar de ‘Patria’ sin reparar en los pensamientos de las dos partes, las víctimas y los asesinos. Porque esto al final es una cuestión de bandos en el que nadie gana, y todos perdemos.

Desde que Aramburu presentara una de las novelas más exitosas de los últimos cinco años, ‘Patria’ ha logrado hacer de su historia una marca, un sello, un universo. ‘Patria’ se lee, se ve, se adapta y se escucha.

Universo que comenzó en las letras del libro, siguió con las viñetas de la novela gráfica, está presente con la imagen de la serie original de HBO Europe en colaboración con HBO Latinoamérica, e incluso para los más apasionados, se puede oír a través de un podcast exclusivo de Spotify. Pero, ¿qué tiene ‘Patria’ que despierta amor, odio y debate? Pues que ‘Patria’ es real y tiene tanta verdad que duele.

‘Patria’ ha logrado hacer de su historia una marca, un sello, un universo.

‘Patria’, de Fernando Aramburu.

Un libro, un autor, un fenómeno literario

El día en que ETA anuncia el abandono de las armas, Bittori se dirige al cementerio para contarle a la tumba de su marido el Txato, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? ¿Podrá saber quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a su marido, cuando volvía de su empresa de transportes? Por más que llegue a escondidas, la presencia de Bittori alterará la falsa tranquilidad del pueblo, sobre todo de su vecina Miren, amiga íntima en otro tiempo, y madre de Joxe Mari, un terrorista encarcelado y sospechoso de los peores temores de Bittori.

Estas líneas forman parte de la sinopsis situada en la cubierta trasera de ‘Patria’, la obra del escritor Fernando Aramburu publicada en 2016 y editada por Planeta.

Una premisa que engancha conforme la lees, un libro que se ha ganado a pulso ser un fenómeno por la calidad de su forma, el detalle de su relato, y la realidad de su historia. Sé que no descubro nada nuevo a estas alturas ya que ‘Patria’, es una de las novelas más leídas de estos años, pero ya que os quiero proponer un recorrido por el universo de la obra, veo necesario empezar por el principio.

Aramburu en ‘Patria’ propone puntos de vista, y eso es lo mejor que tiene la novela. Miradas que ven el conflicto con distintos ojos, los de sus protagonistas. Por una parte Bittori, con la necesidad de encontrar una explicación a la muerte de su Txato y obtener perdón, y Miren, a la que no le importa nada más que defender que pase lo que pase, una madre es una madre. Es aquí en el libro donde empezamos a poner cara y voz a unos personajes que caminan a sus anchas por un escenario marcado por las heridas.

Y es que ‘Patria’ no pretende ser un libro sobre política ni historia. Tampoco sobre terrorismo. Desde el primer capítulo, el escritor crea una radiografía literaria exhaustiva y perfecta de una sociedad vasca que aprendió a vivir con las armas y el miedo a través de un rompecabezas en el que un pueblo que no tiene nombre, los detalles de sus descripciones, la psicología de los personajes y su estilo ágil, actúan como protagonistas de una novela única.

En el libro empezamos a poner cara y voz a unos personajes que caminan a sus anchas por un escenario marcado por las heridas.

La mejor serie del año

Para críticos y espectadores, ‘Patria’ ya se erige como la serie del año. Algunos, incluso, se atreven a decir que es la mejor serie española de la historia. Desde luego, cualidades no le faltan, bien merecido ese Premio Ondas a mejor serie de drama recién concedido.

Dejando a un lado la polémica que suscitó en famoso cartel promocional con el que HBO lanzó su campaña de marketing, hay que reconocer que la adaptación de Aitor Gabilondo en la primera producción en castellano de la plataforma es casi perfecta. Y digo casi porque nada lo es, pero es de agradecer el grado de implicación del creador y los equipos técnico y artístico para mantener la esencia del libro y trasladar a la retina lo que los lectores teníamos en la mente.

Hay que destacar que en el momento en el que escribo este post, la serie ya ha concluido y se pueden disfrutar del tirón los ocho capítulos que conforman la primera y única temporada.

Durante este año hemos tenido otras ficciones como La Línea Invisible de Movistar+ o el documental El Desafío: ETA, disponible en Amazon Prime Video que se han lanzado de cabeza a tratar la violencia de la banda terrorista como eje principal de su trama, pero lo de ‘Patria’ va mucho más allá gracias al compromiso de Gabilondo y compañía por mantener el ADN de la novela, pero permitiéndonos empatizar con los personajes y ponerles cara.

‘Patria’ va mucho más allá gracias al compromiso de Gabilondo y compañía por mantener el ADN de la novela. 

Tal y como comentaba mi compañera Victoria Avinyó en su crítica de ‘Memorias de Idhún’, adaptar siempre es un riesgo, pues puede despertar la furia de los lectores más apasionados; sin embargo en el caso de ‘Patria’, la serie complementa a la novela y nos permite como espectadores adentrarnos en el contexto y el tempo de la pérdida, la lucha, el dolor, y sobre todo la ruptura, palabra que para mí define la trama. Y es que, durante los primeros minutos del primer capítulo, ya somos capaces de acertar que ‘Patria’ tiene una única misión: removernos las entrañas.

Pero, ¿Cómo se consigue esto? En primer lugar, con un elenco escogido al milímetro para dar vida a los personajes que traspasan la hoja y vuelan hacia la pantalla. El trabajo de Elena Irureta en el papel de Bittori es colosal. Esas conversaciones con la tumba de su Txato, sus andares agitados, su enfado con Dios, y tantos matices que la convierten en la protagonista perfecta. También, al otro lado, tenemos a una Ane Gabarain que roza la matrícula de honor interpretando a la Miren más dura, radical y abertzale, una Miren de hierro y más madre que ninguna. Ambas actrices cargan con el peso del relato y lo convierten en una experiencia para el espectador gracias a sus silencios, gestos, miradas y reproches.

De alguna forman y entre tanto dolor, la ternura se abre paso poniendo sobre la mesa la relación de Txato, interpretado José Ramón Soroiz marido de Bittori y víctima de ETA y Joxian, interpretado por Mikel Laskurain, marido de Miren y padre de Joxe Mari. Son los mejores parterners que podían tener las dos protagonistas. Tan vascos y del pueblo, de porrón de vino y mús, de callar por no ofender y de «saludarse con el pensamiento».

Alrededor de las dos amigas o ex-amigas, según el momento temporal, está la parte de los hijos en un equipo artístico en el que Loreto Mauleón brilla con luz propia. Qué necesaria es Arantxa para el desarrollo de la historia y que importancia la de su personaje, removiendo cielo y tierra desde la esclavitud de su silla de ruedas. A destacar también el trabajo de Eneko Sagardoy en el papel de Gorka y su viaje interior. La contención de Iñigo Aranbarri encarnando a Xabier, la búsqueda de la libertad por parte de Susana Abaitua como Nerea, y la valentía de Jon Olivares como actor para ponerse en la piel de Joxe Mari, el terrorista.

‘Patria’ tiene una única misión: removernos las entrañas.

‘Patria’, basada en la novela de Fernando Aramburu.

Por su parte, la vertiente técnica también está bien resuelta gracias a la labor de Félix Viscarret y Óscar Pedraza, directores de la serie. Si bien no recuerdo ningún plano que me haya resultado inolvidable, hay que destacar que todos los elementos logran una magnífica armonía visual. La caracterización y vestuario de los personajes, los paisajes guipuzcoanos con su incesante lluvia y la iluminación más bien tirando a fría, se combinan con una banda sonora compuesta por Fernando Velázquez de forma magistral. Todo rema en favor del guion.

Si algo ha dejado claro ‘Patria’ desde su estreno, es que política y series no son buenas amigas. Estos días he leído críticas de todo tipo: «final descafeinado», «serie maniquea», «lo tenían fácil»; sin embargo, creo que es un error ver la serie como un relato político. A mi juicio, tanto en el libro como en la adaptación televisiva, ‘Patria’ se aleja de la equidistancia y nos habla de personas, nos pone en jaque y nos reta a hacernos preguntas constantemente y ponernos en el lugar del otro.

Me importa entonces bien poco hacia que lado se inclina la balanza. Lo que necesito es entender la evolución y los actos de los personajes. Quiero sufrir como Bittori e intentar comprender a Miren. Quiero poner mis ojos en otros mundos y salir de mi zona de confort. Entender la historia. Deseo en definitiva, formar parte de este universo que tiene más de realidad que de ficción.

Con el libro y la novela gráfica, la serie y el podcast, yo lo lo he conseguido. Ya tengo un poco de ama y aita, de kaixo y agur y mucho de maitia. Conseguir recordar que no hay que olvidar. Ese para mí es el éxito de ‘Patria’.

Conseguir recordar que no hay que olvidar. Ese es para mí el éxito de ‘Patria’.

Cartel promocional de ‘Patria’.

1 Comment

  1. Soraya dice:

    Bueno, supongo que entre compañeras de blog también podemos comentarnos… Enhorabuena por la crítica, la serie es brutal. La calidad del guión lleva los componentes perfectísimos para que funcionen los personajes. Acabar con la imagen final que has añadido, es la clave de las dos caras de la trama. Una maravilla de serie. Supongo que también la novela.

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