En la música el duende se tiene o no se tiene. No hay gris que valga. Es algo que se percibe a la primera nota, o mejor dicho, al primer rasgueo. La percusión se hace presente. El bajo marca el ritmo. Afina la trompeta. Suena una guitarra. Se quiebra la voz, ¡y zas! Ahí está el duende.
Así tal cual lo estoy escribiendo parece una fórmula sencilla y perfecta, pero nada más lejos de la realidad. Porque para crear y criar al duende se necesitan muchas horas de rumba, reggae, funk o flamenco; buenas dosis de garrapateo, y un espíritu callejero apto, en exclusiva, para los que llevan el rimo dentro. De hecho, solo si agitas y mezclas todos los ingredientes, es posible que te lleves una sorpresa y seas capaz de encontrar un duendecillo en forma de banda llamado Yambú, que nació para rendir tributo a grupos como Los Delinqüentes, Aslándticos o Ketama, y solistas como Kiko Veneno o Juanito Makandé, a los que les quedan más de una vida sobre el escenario, gracias a la «percu» de Juan Ramón Roca, el bajo y coros de Rubén Barrera, la guitarra de Javier Salazar, la trompeta y coros de Sergi Renovell y la guitarra rítmica y voz de Pedro Álvarez. Todos a una haciendo de sus conciertos un lugar feliz para pasártelo pipa.
Porque para crear y criar al duende se necesitan muchas horas de rumba, reggae, funk o flamenco; buenas dosis de garrapateo, y un espíritu callejero solo apto para los que llevan el rimo dentro.
Además, en un entorno como La Casa de la Mar de Valencia en horario de vermú, todo funciona a las mil maravillas. Las bebidas espirituosas van que vuelan, la gente, que aprovecha para reencontrarse, necesita poca cuerda para empezar a bailar, y los primeros acordes de Flor de Lis de Ketama en la voz de Pedro presagian un medio día diferente, como los de antes. Van pasando uno a uno los temas de Muchachito o Chambao, la espectacular versión de Lágrimas Negras «formato» Mario Díaz, o mi momento «gallina de piel» con Sinmigo de Mr.Kilombo, en uno de los mejores covers que he escuchado hasta la fecha. Hay momentos que te guardas para siempre y este es uno de ellos.
Mientras los chicos toman aire, Sergi, a la trompeta y el jaleo, hace las veces de showman y espera a que se unan a la fiesta sureña con acento valenciano de Yambú la Canela en Rama de mi adorado Kanka, la Niña Voladora del siempre oportuno Juanito Makandé o El Aire de la Calle de Los Delinqüentes; porque si quieres compadreo, aquí tienes dos tazas.
Conforme escribo esto creo que debería relajarme y no ser yo la que desvele todo el repertorio, por eso del factor sorpresa, y de que para describir a un grupo, hay que verles en acción. Aunque sí diré que lo mejor de Yambú no es el buen rollo que transmiten, lo bien que escogen los temas o la capacidad de levantarte del taburete. No. Lo mejor de Yambú es que suenan a Yambú y eso se percibe desde la primera canción, no solo por el gusto que tienen versionando, sino por los retales que van lanzando con temas de composición propia y que formarán parte de un futuro LP que empezó a gestarse durante el confinamiento con canciones como Menos De Dos Metros o Pasa La Vida, con letras y estilos tan variados como las personalidades que sobre el escenario tienen y demuestran cada uno de ellos. Otra vez el duende. Ahí está la esencia. Cielo y Tierra es una delicia con la que es imposible no identificarte, y valga la redundancia, recordarte en el recuerdo.
Lo mejor de Yambú es que suenan a Yambú y eso se percibe desde la primera canción.
Las luces están a punto de apagarse y los Astlándicos llegan con Mi Primer Día. El Lichis se pone a hacer La Lista De La Compra y Nolasco nos recuerda la gracia que tienen Las Cosas Pequeñitas. Me Maten si a este «tinglao» no invitamos a Tangana; pero mientras ellos se despiden de un público a tope, yo tengo la suerte de seguir de la mano de un alérgico a la franela que quiso quedarse en mi cama, y de dos rockeros reconvertidos durante hora y media.
Igual la he liado y he escrito más de la cuenta pero es mi manera de pedirte que revientes la Sala Matisse el 8 de abril, o que aproveches y disfrutes de las cinco horas de música sin pausa previstas el próximo 18 de junio en el auditorio de Burjassot en un concierto organizado por Asindown, en los que Yambú presentarán gran parte de sus temas inéditos y compartirán escenario con Seguridad Social, Los Rebeldes o Revolver.
Ahora sí, esto se acaba. No me quito de la cabeza la intro de Los Tontos y fuera sigue haciendo frío; pero Yambú por fin nos ha traído la primavera.