Volver. Pero sin la frente marchita, con permiso de Gardel.

Volver a las aulas, al bocadillo de nocilla y los partidos de fútbol en el recreo, a mi torpeza en matemáticas, a la raqueta de bádminton, a los nervios de salir a la pizarra o a los días en la nieve. Volver al cole.

Hace unas semanas buceando por Facebook me topé con Natividad Radio, un proyecto liderado por Mario Torres, profesor de música en Educación Primaria del Colegio Natividad de Nuestra Señora de Burjassot, en Valencia. El mío. Mi casa.

Lo primero que pensé fue que además de ser una magnífica idea a nivel educativo, era una forma muy bonita de conectar a los más pequeños en tiempos de confinamiento teniendo como vehículo la radio, y acercarles un medio que aunque para muchos de ellos sea desconocido, sigue muy vivo.

Y por supuesto, como en nuestro #puntoDgiro los proyectos emergentes tienen vida propia, me puse manos a la obra. Porque a pesar de Instagram, de Tik Tok o de las videollamadas confinadas, con Natividad Radio queda demostrado que esto, también es cosa de niños.

En sus inicios y según nos cuenta el propio Mario, la iniciativa surge dentro de la asignatura de música en los cursos de 4º, 5º y 6º de primaria, pero lo que al principio iba a ser un trabajo académico más, ya se ha convertido en una forma de comunicación entre los alumnos, un canal en el que poder hablar y escucharse, y con el objetivo de convertir este confinamiento en un recuerdo más agradable que las noticias que nos cuentan en la televisión. Porque la radio tiene una magia a la que la pantalla no llega, la radio engancha.

Porque la radio tiene una magia a la que la pantalla no llega, la radio engancha.

Niños de nueve a once años que se cuentan chistes, se dedican canciones y se mandan mensajes de ánimo entre ellos a través de la voz, el arma más poderosa que tenemos los humanos para comunicarnos. Porque a la voz no le hace falta filtros, ni marcos, ni máscaras. A la voz le hace falta ser ella misma, y si de algo van sobrados estos pequeños locutores es de autenticidad y así lo demuestran a lo largo de los programas.

Pero, ¿cómo acercar la radio a niños que han nacido con las nuevas tecnologías bajo el brazo? pues con tesón y ganas de enseñar. Y es que, además de divertirse, según destaca Mario, los alumnos han podido mejorar facetas como la expresión oral, la dicción, aspectos tan importantes como la motivación por la lectura o el siempre interesante reto de la memoria.

Otra de las buenas noticias de este bonito proyecto es el mérito de su repercusión porque Natividad Radio no se ha quedado solo en el ámbito de alumnos, familia, centro o barrio, sino que ha trascendido a medios locales y ha conquistado hasta al alcalde del pueblo. Ahí es nada.

Pero, ¿qué futuro le espera a esta emisora tan especial? Mario nos confirma que se mantendrá como una actividad de la asignatura de música, el lugar en el que empezó todo, pero que también se transformará en los próximos días en un homenaje especial a los alumnos de 4º de E.S.O, que se marchan del cole después de toda una vida y con unas circunstancias que no se merecen. Ánimo chicos, os prometo que la radio es capaz de curar hasta las despedidas más amargas.

La radio es capaz de curar hasta las despedidas más amargas.

En definitiva, no sé si estamos ante nuevas generaciones de “Carles Francinos” o “Pepas Buenos”, pero de momento, podemos disfrutar de tres episodios de Natividad Radio, disponibles en las redes sociales del centro, y hechos con todo el cariño del mundo. Y como decía unas líneas más arriba, con una naturalidad de la que solo son capaces los más pequeños.

Gracias a Mario, Miguel y Sara por dejarnos bucear en los entresijos de este proyecto. Ojalá que algún día las ondas nos vuelvan a juntar.

#puntoDgiroA2voces