A veces desearía no haber leído ciertos comentarios publicados bajo algunos videoclips de Youtube en los que se intuye la malicia de personas que se refugian tras la pantalla para echar pestes (sí, lo que ahora llamamos HATERS).

Pero por lo general leo esos comentarios precisamente porque me compensa encontrarme otros más que son todo lo contrario: ánimos y felicitaciones sobre el trabajo que hay detrás, sarcasmos con buen gusto que no tienen pizca de maldad y me hacen reír, historias de empatía con la historia que hay detrás (si la hay) e hilos delirantes que también pueden abrir debates sobre opiniones diversas, cosa que siempre enriquece.

Os habrá pasado que al escuchar una nueva canción (generalmente indie) de temática setentera y estética grunche-retro y analógica, que se lleva mucho ahora, a veces te haga pensar que se han pasado de modern@s al grabar el vídeoclip o que simplemente te hace sentir lerda por no llegar a captar arte tan incomprensible, llegando a pensar: oye, igual no tengo yo una inteligencia preparada para estos experimentos independientes audiovisuales de vanguardia. Igual es de eso que en un futuro se valora y ahora estamos atrasados para reconocerlo.

De hecho, he de reconocer, que a veces esos videoclips molan precisamente por ser tan random.

Todo esto iba, porque leyendo comentarios sobre artistas que descubro, me doy cuenta de que cualquier oyente tenemos algo que decir, para bien o para mal, sobre todo en la música.

Lo que une a todos estos comentarios u opiniones, es el efecto de una impresión que nos crea una canción nueva.  Solemos respondernos inmediatamente, sin analizarla, que nos gusta o que no nos gusta. Siempre hay aduladores y detractores con quienes compartes esos gustos o esos ‘disgustos’, con la música es un hecho inmediato hoy en día.

Pero inevitablemente , la música nunca jamás crea indiferencia en nuestra mente. Mínimo nos provocará tristeza, asco, miedo, enfado, alegría o sorpresa. También ganas de bailar, de llorar, de saltar, de tumbarnos, de dormir… Y algo común que nadie nos ha forzado a hacer y que adquirimos de forma natural, es que tod@s escuchamos una música que consideramos adecuada según en qué estado de ánimo nos encontramos.

(Hay masocas que se hunden con música triste cuando están tristes y hay positivos que escuchan un registro contrario para entrar en paz, pero eso ya es otro debate. Lo abriremos en redes, me parece interesante y al hilo de este post.)

Yo suelo ponerme este disco en cualquier caso:

Luego, hay quien no sólo escucha sino que hace música, y le sirve como expresión de sus emociones o el objetivo de provocar emociones a los que escuchan su música. En cualquier caso, el objetivo es el mismo.

‘Iconos Playz’ nos ofrece con sus entrevistas píldora, una mirada particular de cada artista o «icono» actual entrevistad@ sobre el objetivo que quieren compartir creando su música y otras expresiones artísticas que les mueve y por lo que se les conoce a nivel nacional e internacional.

Estas entrevistas pasan por 18 episodios en los que conocemos un poco más a Foyone, Lola Índigo, Chica Sobresalto, Kidd Keo, Bizarrap, Jedet, Jaime Lorente, Duki, Aleesha, Lunay, Belinda, Eladio Carrión, Wos, Fernando Costa, Alba R., Tini, Ptazeta y Juancho Marqués.

Descubriendo la faceta musical de la actriz e icono trans, Jedet, extraemos el factor común de varias de las 18 entrevistas:

empoderamiento, vuelta a la infancia, salud mental, libertad de expresión y autoestima.

 

Como no podía ser de otra manera, en la entrevista vislumbra su valentía por demostrar humildad (no espero que nadie me tenga como referente estético) al tiempo que determinación (sé que que soy capaz de todo aunque quede de creída), cuando menciona que aún se sorprende y enorgullece cuando lee una libreta de «sueños por cumplir» de cuando tenía 16 años y se da cuenta a día de hoy que ha cumplido el 90% de esos sueños.

Su vuelta a la infancia para recordar que ha llegado hasta lo que es ahora por seguir cumpliendo sus sueños sin desistir.

«Siempre estoy tranquila porque sé que eso va a dar sus frutos… Yo voy a estar trabajando hasta que no me pueda levantar de la cama.»

Es en el terreno de los referentes que menciona Jedet, como Sara Montiel, Chavela Vargas, Lola Flores, Britney Spears, Marilyn Monroe, Amy Whinehouse, por supuesto Cristina Ortiz, a la que Jedet interpreta en la serie de Los Javis, Veneno, donde se abre para hablar de la salud mental. Ha demostrado que pese al acoso verbal y físico que ha sufrido por ser mujer, ella no tiene ni tendrá pelos en la lengua.

«Al final también pienso que esos haters tienen tanta obsesión contigo, tanto les despiertas el que tengan que hablar de ti, en el fondo es porque tienen una admiración hacia ti, o quieren lo que tú tienes y no pueden tenerlo. Entonces, pues… espero que se recuperen.»

Asume como persona pública que convive con enfermedades de salud mental y ha ido a terapia mucho tiempo, pero hablar de ello en público sí le provoca cierto respeto por la posible respuesta de personas (haters) que no valorarían este hecho como visibilización sino como una llamada de atención.

En cambio, no tiene ningún problema en reconocer sus obstáculos y eso le otorga mucha más valentía que si ni siquiera lo mencionase.

Una vez más, sobre reconocer que la autoestima es un marco enorme dentro de la salud mental, también coinciden Belinda, Lola Indigo, Chica Sobresalto, Juancho Marqués y Fernando Costa en los episodios dedicados a sus entrevistas. Así como visibilizar la normalización de ir a terapia para reconocer y convivir con nuestros problemas y salir de nuestros altibajos.

Una de las a veces «curas» a veces «refugios» de esta montaña rusa que son las emociones y los pensamientos, es la música. Para ellos/-as, en concreto, no es sólo escucharla sino hacerla, como artistas.

La vuelta a la infancia también es una sensación que artistas recrean en sus temas a modo nostálgico por la diversión pura de bailar o cantar y transmitir esa necesidad lúdica e inocente al público. Jaime Lorente se refiere claramente a esta necesidad cuando dice que la música que hace es simplemente por diversión y experimentar una nueva forma artística sobre la que está aprendiendo.

Pero también Chica Sobresalto habla de esta necesidad de libertad en aquellos/-as arrítmicos que bailan raro que disimulan en lugar de expresarse con los movimientos y saltos extravagantes que les venga en gana. Libertad que nos tomamos cuando somos pequeños y pequeñas pero que nos cortamos cuando crecemos. Pero es que bailar raro también es algo divertido, y es bonito expresarlo con música y en todas sus formas naturales.

La libertad de expresión también es un tema recurrido a lo largo de estas entrevistas. Por supuesto, el rapero Foyone hace un claro llamamiento a este derecho nombrando el caso del rapero Pablo Hásel, el primer rapero encarcelado en el continente por sus canciones y tuits con el amparo de la Ley Mordaza. Foyone muestra su compromiso por hablar abiertamente de lo injusto por encarcelar a alguien no por hechos sino por palabras.

Juancho Marqués, ex componente del grupo Suite Soprano junto a Sule B, con quien todavía colabora en muchos de sus temas, menciona una frase de una de las canciones de la rapera Gatta Catana, fallecida a sus cortos 26 años en 2017: «Diez mil oyentes bien usaos son un ejército». Es por lo que la libertad de expresión y, concretamente en la música, es un potencial de movimientos sociales que ningún otro elemento en el mundo es capaz de unificar con tanta rapidez.

Desde luego, que la música sirve en la psicología es un hecho. Nada tiene más impacto sobre el cerebro que la música. Permite comunicarnos y socializarnos, afecta a la memoria, al movimiento y a las emociones. Es por ello que varios de los artistas entrevistados bajo el foco de «Iconos» ponen de manifiesto que la música puede ser un cajón de emociones del que igual no se sale pero te permite expresarlas o, en ocasiones, ayuda a sanar o sobrellevar mejor una situación y cambiar de ánimo.

También está más que reconocida la importancia de la música para personas con demencia y con alzheimer. De hecho, el área cerebral que aloja los recuerdos musicales se ve menos dañada por la enfermedad.

Por último, el punto de encuentro de varias de las entrevistas vuelven a ser la música y el arte como camino y como salida para reconocer la propia valía: en pocas palabras, para la AUTOESTIMA.

Belinda: «Es importante no tener miedo a hablar y a ser quien eres»

 

La cantante Belinda reconoce que ha tenido momentos difíciles en los que le costó obtener ese grado de satisfacción con su vida dedicada al público desde tan pequeña y que, se siente muy afortunada y privilegiada por la familia que ha tenido y la vida que ha conseguido gracias a la música. La dedicación al público merece mucho ejercicio de autoestima para demostrar tu esfuerzo.

También la cantante Lola Indigo se muestra firme en esta afirmación, sobre la autoestima necesaria para conseguir ese empoderamiento del que también habla Jedet y de la libertad sexual de la que habla Chica Sobresalto. Necesitas creértelo tú y quererte tú para poder demostrarle al público lo que vales, eso se trabaja como artista y se puede ser coherente con la humildad y una fuerte autoestima sin camuflar tu personalidad de siempre.

La fama puede ponerlo difícil, las redes sociales son otro mundo con el que lidiar, ya que se tiende a buscar la complaciencia y eso puede acarrerar altibajos y problemas de salud mental como la ansiedad o la depresión. Pero fortalecer este vínculo entre las opiniones buenas y malas y seguir pensando en tu propia estima, es lo que de verdad conlleva un trabajo diario de seguir queriéndote tal y como eres y seguir creyendo en lo que una vez te empujó a tu objetivo.

Empoderamiento, salud mental, autoestima y libertad de expresión serían los factores que estamos viendo hoy en día en los «Iconos» de nuestra generación. Todo se encamina a visibilizar temas que están recorriendo el estigma de los tabúes y recuperando una parte de la fe perdida en el arte, que, a pesar de sus diferentes formatos y estilos, siempre va a cumplir con los retos de la sociedad que lo rodea en el momento de su creación y difusión. Ese es el verdadero poder que puede utilizar la música para cambiar o mejorar nuestra vida.