Guillermo Serrano: «Hacer de malo es una válvula de escape a cosas que nunca haces cuando convives en sociedad»

Unax Ugalde: «Hay que vivir de la confianza con la que se actúa y si se pierde esa confianza, se pierde la fuerza»
14 mayo, 2024
Doña Manteca: «Presente» es nuestro presente»
10 junio, 2024

Guillermo Serrano: «Hacer de malo es una válvula de escape a cosas que nunca haces cuando convives en sociedad»

No me escondo. Le estoy cogiendo el «gustillo» a hacer «entrevistazas» como la que os compartimos a continuación.

Aunque si hablamos de «gustillo», hablamos del que le está cogiendo nuestro entrevistado a hacer de villano. De hecho, no me quedo corta si digo que es uno de los mejores villanos que hay en la televisión a día de hoy. Ese malvado que en nada se parece a su personaje, es el «actorazo» Guillermo Serrano, que, desde hace unos meses triunfa como el potente capitán Lorenzo de la Mata de la serie La Promesa.

Guillermo, que estuvo a punto de ser médico, se define como un actor al que todo le ha encajado gracias a no darle demasiadas vueltas a la vida, siempre con la premisa de dejarse llevar. Nuestro protagonista también es músico y forma parte de la banda de rock indie Rojo Cardinal, que presenta su nuevo álbum el próximo mes de junio.

¿Quieres saber qué diferencia a Guillermo y su personaje en la serie de éxito de RTVE? ¿Te apetece descubrir hacia dónde apunta la mirada de uno de los actores más versátiles de nuestro audiovisual? Adéntrate en esta charla y en la forma tan bonita que tiene nuestro protagonista de ver el mundo. 

-¿Quién es Guillermo Serrano? 

Guillermo Serrano es un actor por casualidad, porque estuvo a punto de ser médico. Creo que es un tío que a base de carambolas ha terminado siendo quien es. Yo no soy nada de energías ni de causalidades entonces creo que, he sido tan pasota en la vida con los pasos que he dado que, el lugar en el que estoy ahora, y lo que me está ocurriendo en la vida, tiene que ver con decisiones aleatorias a las que no les he dado importancia. Creo que es un tío que pasa de todo y al que le ha encajado todo. 

-No le das vueltas a las cosas…

Nunca medito nada. Tenemos una tradición que nos hace creer que hay que pensar mucho todo antes de hacer cualquier cosa y que hay que estar toda la vida esforzándose. Y esto último es cierto, pero tenemos metido en la cabeza que todo lo que sea causa y efecto tiene que estar muy meditado y creo que lo cierto es que somos fruto del azar y yo soy un fruto del azar.

-¿En qué momento te paras a pensar en que no quieres estudiar medicina y quieres formarte en el mundo de la interpretación?  

En el año 2009, siendo yo producto de la LOGSE, termino mi bachiller y mi selectividad pensando demasiado en el sacrificio y lo que te lleva a triunfar. Cuando comencé el bachillerato y dije venga, vamos a por lo más difícil, voy a estudiar ciencias a pesar de saber que no me gustaban las ciencias y, en el momento en el que me veo con muy buena nota en la selectividad no podía dejar la oportunidad de coger una carrera que aprovechase para algo y fui dando pasos conservadores…

Hoy en día soy menos conservador que cuando tenía dieciocho años. El conservadurismo ayuda en muchas cosas pero si te hace infeliz no te ayuda. Estudiando ya medicina tuve una revelación: ¿de verdad es esto lo que me espera toda mi vida? No sé quién, pero alguien me proporciono un mecanismo de defensa que me hizo saltar de allí. La decisión de estudiar interpretación no me la pensé demasiado. Vengo de familia de artistas y lo tengo cerca, así que dije, voy a probar. Probé y tuve esa sensación de cuando vas a ver un piso y dices aquí sí, esta es mi casa y aquí me veo viviendo toda la vida. 

-Actualmente te vemos cada día en la pequeña pantalla porque interpretas al capitán Lorenzo de la Mata en La Promesa, un gran villano, pero también te hemos visto hacer de malo en Los pacientes del Doctor García. ¿Te gusta ser malvado? 

Le estoy cogiendo «gustillo». Hacer de malo es una válvula de escape a cosas que nunca haces cuando convives en sociedad. Yo no hago de malo porque yo quiera. Cuando comencé tuve muy claro que, a pesar de ser un tío majo, por mis rasgos físicos, se notaba que en mí podía haber una sensación de ser un psicópata, una cosa chunga que daba el perfil para entrar en esa vía y, haciéndolo me di cuenta de que los malos tienen algo terapéutico que hemos perdido como sociedad y es la tolerancia a la soledad. Vivimos en un mundo con un sistema neoliberal que fomenta el miedo a la soledad, el miedo a habitar con tus propios pensamientos. Si pensamos en los grandes villanos de la literatura vemos que ellos viven el mal desde una isla propia. Ellos están solos con sus decisiones y con sus consecuencias y eso es súper interesante.

Lorenzo, mi personaje, es una persona que dice todo lo que piensa, sin filtro, y eso implica estar muy solo. Yo soy todo lo opuesto, siempre intento ser conciliador, intento crear un buen ambiente con la gente con la que estoy, pero veo a Lorenzo y creo que me guardaría esa soledad en el cajón de virtudes de mi personaje. Hay un punto heroico en estar solo y hacer planes tu solo. Lorenzo es muy especial, él tiene su isla dentro del palacio de La Promesa. Tiene sus aliados y tiene sus enemigos pero es un verso suelto. Yo necesito de mi gente, de mi pareja, de mi familia, soy muy dependiente emocionalmente y nunca podría ser un villano como él.  

Guillermo Serrano: "Hacer de malo es una válvula de escape a cosas que nunca haces cuando convives en sociedad"

Guillermo Serrano es actor y músico. Fuente imagen: www.marcogadei.com

-Es evidente que hay muchas diferencias entre Guillermo y Lorenzo y solo con escucharte hablar queda muy claro, pero, ¿qué diferencia encuentra tú entre vosotros dos y que rasgo característico te gustaría compartir con tu personaje? 

La sinceridad no pedida, como dice “Ojete calor”, el grupo de Carlos Areces. Lorenzo es el cuñado sincero al que no le has pedido opinión en ningún momento. Solo él puede hacer llover una dosis de sinceridad no pedida y desagradable, pero, yo, como Guillermo, si soy más perezoso a la hora de ejercer la sinceridad y, a pesar de considerarme un buen amigo, a lo mejor no lo soy tanto porque no digo las cosas cuando las tengo que decir.

No soy mentiroso, sino que soy tibio y precavido, así que me quedo en un lugar de confort a la hora de decir cosas que son difíciles de decir. Esa es mi principal diferencia con Lorenzo. Tener una persona con esa sinceridad es bueno porque si acudes a el vas a tener una respuesta sincera. Me gustaría tener la capacidad y la velocidad de pensamiento adecuado, así como la elocuencia. Es impresionante como los guionistas son capaces de construir esa agilidad que yo interpreto porque, en elocuencia, Guillermo patina un poco. 

-A mí me encanta tu personaje…

Lorenzo es un caramelo. Cuando a los actores nos hacen un regalo como un personaje así es increíble. Él es un personaje que tiene su lugar. Creo que los actores pasamos hambre hasta que nos dan un tipo de personaje de esta talla.

Antes de La Promesa, cuando me preguntaban a qué me dedicaba y decía soy actor, me miraban con cara de pena y me decían: “Ay pobrecito, ánimo, que ese oficio es muy duro”. Pero ahora, teniendo a un personaje como el capitán de la Mata, me dicen: “Ay, mira, ese es mi sobrino el actor”.

Yo ya soy ese personaje, para bien o para mal, la gente piensa en el capitán y ve que me he adueñado de ese ser humano. Es un regalo que la gente te pare por la calle porque reconoce en ti a un personaje convertido en persona, con una identidad propia que llega al interior de las casas de la gente. 

Guillermo Serrano es un actor por casualidad, porque estuvo a punto de ser médico. Creo que es un tío que a base de carambolas ha terminado siendo quien es.

Hablando con tu compañero Michel Tejerina me comentó que le hubiese encantado interpretar a tu personaje. ¿Qué personaje escogerías tú si no fueses Lorenzo? 

¡Qué bueno! Michel es una persona, un compañero y un actor de diez. Agradezco todos los días haberme cruzado con él y tener tantas secuencias juntos.

Me hubiese gustado hacer de Curro, de mi hijo en la ficción. Lo he hablado con Xavi muchas veces. Xavi Lock es otra bestia de la interpretación. Es una de las personas más bellas que me he encontrado en toda mi vida. Es tierno, buen actor, sensible…

Su personaje ha tenido una evolución espectacular. Tiene unos mimbres abismales. Ha ido de niño psicópata a galán. Recordarás la entrada de Curro a la serie, era un indeseable, un niño apaleado con una gran autoridad impuesta por su padre. Ahora ha tenido esa conversión tan bien ejecutada por Xavi, esa dualidad de galán duro, sensible y amargo que convierte a Curro en un personaje magnífico. Creo que solo él puede interpretar a un personaje como Curro, hay pocos Xavi Lock en este mundo.  

Guillermo Serrano: "Hacer de malo es una válvula de escape a cosas que nunca haces cuando convives en sociedad"

En la actualidad, interpreta el personaje de Lorenzo de la Mata en la exitosa serie La Promesa de RTVE. Fuente imagen: marcogadei.com

-¿Cuál crees que es la parte más difícil de trabajar en un proyecto tan grande como La Promesa

El no encajar bien con tu personaje. Cuando nos dicen «no» en un trabajo te llenas de frustración pero, he visto casos en los que se ha dicho que sí y después esa persona no ha dado el perfil que se esperaba al personaje. Para mi esa es la mayor dificultad, el trabajar todos los días en un personaje con el que no estas a gusto y con el que no encajas. Esto ocurre en cualquier serie, película y obra de teatro. Si uno no encaja en lo que se pide es un castigo. Yo creo que, sin nada de vanidad ni narcisismo, entiendo mucho a Lorenzo y lo he interiorizado mucho, entonces no siento esa parte de dificultad tan grande que pueden sentir otros actores en otros proyectos. Doy gracias de estar dentro de un equipo tan bueno, de un equipo que se arropa y que hace que todo sea más sencillo. 

 -¿Y la secuencia más complicada que has interpretado? 

Una en la que le di un bofetón a Curro. Fue justo en una época dura para mí. Mi padre estaba a punto de fallecer y yo estaba con él en el hospital, estudiando las secuencias. Me recogían y me devolvían al hospital entre medias de todo el rodaje. Mi cabeza no estaba en el rodaje y tenía que centrarme. Casualmente también es de mis escenas favoritas porque la grabé en un momento en el que no estaba mirándome a mí mismo, sino que estaba preocupado por mi padre y, al no mirarme a mí, creo que me hizo interpretar mejor, ser mejor actor en ese momento.

Cuando tienes el foco de tu vida en otra persona y no te fijas a nivel narcisista en sonreír de más en esta escena, en si muevo esa ceja y tienes delante a un actor como Xavi todo sale bien. Fue muy difícil para mí ponerme en el mood rodaje pero, voy a guardar esa escena para siempre porque además tuve a mi padre muy presente, él está en esa secuencia. 

-Una serie de época implica muchas horas de vestuario y peluquería. ¿Cómo es la rutina dentro de esos camerinos?

Las que tienen mucho trabajo son las chicas. El hacer el pelo a cada una de ellas es una locura. La serie es un cuarenta por ciento maquillaje, vestuario y peluquería, pero, de ese cuarenta, un ochenta es peluquería. Los peinados de mis compañeras son complicadísimos y preciosos. Son peinados muy de época, muy marcados, que necesitan mínimo de una hora de trabajo previo. Yo en media hora estoy listo. Hay gente que piensa que mis cejas son postizas, pero no, son mías. Cuando me veo todo repeinado, con ese bigote, con mi uniforme con el traje, tengo la mitad del trabajo hecho.

Mi profesora de interpretación decía que el calzado es súper importante. Cuando comencé a estudiar, ella siempre me mandaba escenas muy alejadas de lo que soy para intentar trabajar otras cosas y nos decía que teníamos que poner mucha atención al calzado, porque no es lo mismo entrar en una escena con unas botas que pesen a entrar con unas chanclas. El pie tiene todo el organismo humano y es muy importante saber cómo pisas. Pensar en eso me ayuda mucho a interpretar. 

-Vamos a hablar de teatro. Hace muchos años que protagonizas la obra ¡Ay Carmela!. ¿Cómo está siendo la trayectoria de esta obra? ¿Te podremos ver en Valencia? 

Hemos estado a punto de ir, porque le han hecho un homenaje a José Sanchis Sinisterra, el autor de la obra, que es valenciano, pero por fechas no hemos podido. Hago teatro todo lo que puedo. En la serie tengo un horario cómodo, de oficina, pero en el teatro se trabaja cuando todos están de fiesta y podría llegar a compaginarlo trabajando los fines de semana pero sería mucho tute. Trabajar en La Promesa es muy intenso y, para mi trayectoria, estoy encantado con mi horario.

¡Ay Carmela! Es un montaje que llevo haciendo ininterrumpidamente con mi compañera Paula Iwasaki desde 2011. Todas nuestras etapas de la vida han transcurrido con esta obra maravillosa.  Si iré a Valencia con mi grupo de música.

Yo ya soy ese personaje, para bien o para mal, la gente piensa en el capitán y ve que me he adueñado de ese ser humano.

Guillermo Serrano: "Hacer de malo es una válvula de escape a cosas que nunca haces cuando convives en sociedad"

Desde 2011, Guillermo protagoniza el montaje teatral Ay, Carmela! junto a la actriz Paula Iwasaki. Fuente imagen: marcogadei.com

-¿Con Rojo Cardinal, verdad? 

Sí, esto de ser músico viene de lejos. Toco la guitarra en bandas de rock y de metal desde los quince años. Siempre he tenido grupos con mi hermano Bruno, que es un cantante impresionante. Como anécdota te diré que nosotros nos apellidamos Muñoz, Serrano es mi segundo apellido, pero claro, si nos llamamos los hermanos Muñoz somos como los Estopa, así que somos los hermanos Muñoz del metal y así nos diferenciamos.

Hemos participado en varias bandas pero ahora nos hemos centrado en un proyecto más serio con Rojo Cardinal, que es una banda de rock indie formada por David Rodríguez a la batería, mi hermano Bruno y yo. Estamos súper contentos y nos acaban de confirmar un festival con Vetusta Morla, el Fortaleza Sound. También, el próximo 1 de junio, presentamos nuestro disco en Madrid, con una fiesta maravillosa que vamos a montar.

El 20 de septiembre estaremos en Valencia. Estoy muy contento porque la música es muy compatible con La Promesa, porque me puedo ir de conciertos los fines de semana, grabar y ensayar. 

-He visto en tus redes sociales que últimamente te has vuelto un poco “influencer”. Háblame de esa vertiente nueva que estas empezando a desarrollar. 

A mí me daba mucha vergüenza hacer videos en Instagram, porque la gente puede pensar, este señor que está contando sus cositas sin que nadie le haya preguntado y esta opinando de cosas de la vida…

Lo empecé a hacer porque quería anunciar que tengo el grupo de música y para ver si por las redes podía ir conquistando terreno y, de repente, me fui dando cuenta de una cosa; gracias a que soy un gran oyente de radio por mis padres, y ahora no sé vivir sin la radio, me he dado cuenta de que siempre he querido tener la facilidad que tienen los críticos y analistas de ese medio. Me alucina la claridad de pensamiento que tienen y la facilidad de palabra que muestran sin tener que bucear en su vocabulario y, gracias a los videos que hago, estoy descubriendo que ha aumentado mi capacidad de expresarme, mi vocabulario, mi rapidez mental…

He descubierto a través de Instagram que tengo una opinión que merece la pena dar, porque me tomo el tiempo de reflexionar opiniones formadas y válidas y esto puede aportar calidad en un momento en el que la gente vomita en redes argumentos sin digerir. Todo esto me ayuda a amueblar mi cabeza y espero que ayude a gente a saber prepararse una idea y una opinión.

Para pensar hay que digerir, no podemos vivir de la opinión inmediata. Hoy en día se castiga el tomarse tiempo para hablar de un tema. No podemos ser videntes, tenemos que ser analistas. 

-No podemos ser videntes pero sí un poco soñadores, así que dime un sueño cumplido y un sueño por cumplir.

Sueño cumplido, poder vivir al lado de gente a la que admiro. Hace unos años sentía envidia de mucha gente, porque pensaba que la felicidad que tenían era impostada y no se podía vivir, y ahora, que estoy en mi lugar con la gente a la he cumplido el sueño de vivir sin envidia, de vivir en paz. Me encanta poder decir que me alegro de todos los logros y sueños que cumple la gente que conozco. 

Un sueño a cumplir es trabajar con Amenábar. Me parece un hombre magnifico, un músico increíble que hace sus propias bandas sonoras. Me gustaría ser su amigo. 

Hablar con Guillermo fue interesante y divertidísimo. Fue como charlar con una persona a la que conoces desde hace mucho tiempo. Gracias a su invitación, en unos días, tendré la oportunidad de verle en concierto en Madrid, y, como no, en A2VOCES os contaremos como es Rojo Cardinal en directo.

Le agradecemos a Marco Gadei las gestiones para hacer posible esta entrevista y a Guillermo este ratito de charla que ya forma parte de nuestra historia. 

Entrevista: Carmen B. / Edición: Aixa V.

Comments are closed.