‘Grease, el musical’, 50 años no son nada

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La cultura pop está repleta de títulos que se han ganado a pulso liderar los listados de películas más vistas y que bien por su contexto, por su estética, por su trama o por sus canciones, son reconocidas por todos. Mayores y no tan mayores vibramos con obras como El Guardaespaldas, Ghost, Mamma Mía! o la incombustible Grease, que celebra su 50 aniversario con una edición especial del musical que cumple con creces las expectativas, y nos demuestra que hay títulos dispuestos a recordarnos que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Bien de brillantina y con el espíritu de las Pink Ladys y los T-Birds, el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid acoge esta cita tan especial, en la que lo que más sorprende de la renovada y arriesgada adaptación de David Serrano, es la apuesta por un elenco muy joven que pisa muy fuerte y augura un futuro prometedor para el teatro musical. Todos y cada uno de los personajes están definidos y dispuestos a hacernos disfrutar con los «temazos» que marcaron época y llevarnos de la mano a las aulas del Instituto Rydell.

‘Grease’, que celebra su 50 aniversario con una edición especial del musical que cumple con creces las expectativas, y nos demuestra que hay títulos dispuestos a recordarnos que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Reencontrarnos con Danny Zuko, Sandy Olson, Rizzo y compañía en las tablas siempre es un placer. Más si en la piel de estos personajes míticos están profesionales tan jóvenes como Mia Lardner, Quique González, Elisa Hipólito, Isabel Pera o Jan Buxaderas, por mencionar algunos nombres. Tan preparados y comprometidos con el arte del musical como los papeles que interpretan, este elenco demuestra que no hay edad que valga si la pasión, la formación y el respeto a la profesión se demuestran en cada función.

Los protagonistas nos recuerdan los vaivenes de Danny y Sandy con solvencia y talento, contando y cantando una de las historias de amor más aclamadas del cine. Pero en este caso, y con esta novedosa versión, tenemos la posibilidad de acercarnos mejor a personajes secundarios que aportan una mirada distinta al desarrollo de la historia. Por ejemplo, personajes como el de Frenchy o Marty, adquieren una dimensión algo mayor respecto a la obra original, con ocasiones y escenas muy bien aprovechadas por parte de las actrices para meterse al público en el bolsillo.

Vaya por delante que actores y bailarines están estupendos, pero es de justicia destacar a una pareja que brilla con luz propia. Es la de Rizzo y Kenickie, interpretados por Isabel Pera y Jan Buxaderas, espectaculares en voz e interpretación, pero sobre todo, en energía. Son un diez. Quisiera mencionar también el trabajo de Elisa Hipólito, demostrando que de casta le viene al galgo, y dándonos la posibilidad de descubrirla como la actriz polivalente y excepcional que es y será; y a un Lucas Miramón que no puede estar más divertido y a favor de obra. Por último, Víctor Massan, con su amplia experiencia en musicales, se erige como el maestro de ceremonias perfecto de un espectáculo que no decae en ningún momento, y nos regala una versión más actual, adquiriendo el compromiso de acercar el teatro musical a un público joven, sobre un guión sin estridencias en el que predomina la sencillez verbal y un uso del lenguaje coloquial, acorde a los tiempos que corren.

Este elenco demuestra que no hay edad que valga si la pasión, la formación y el respeto a la profesión se demuestran en cada función.

Grease celebra sus 50 años con una versión renovada del musical por el que no pasan los años.

No solo son los actores y las canciones, con un fantástico trabajo por parte de la dirección musical y la banda brillan en Grease, también la escenografía, que resulta muy dinámica y colorida a ojos del espectador, aprovechando el escenario en su totalidad y utilizando recursos como el movimiento y el contacto de los actores con parte del atrezzo, en un juego escénico adecuado a lo que se quiere contar y a como se quiere contar. De negros, rosas, neones y tonos pastel vamos muy bien servidos. Toda la paleta de colores empleada en cada escena es fiel a lo que en su día nos mostró la película y a esa esencia que respira Grease cuando nos topamos con ella, sea en la versión que sea.

Esta celebración de los 50 años de Grease, tiene previsto seguir pisando las tablas del Nuevo Teatro Alcalá hasta el 29 de mayo, y es que ya se sabe que un musical en Madrid no tiene rival. Haz como yo, búscate la mejor compañía y rinde junto a los chicos de Grease, el musical tu propio homenaje a la obra que nos enseñó lo importante que es estar juntos. ¡100% recomendable!

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