La música es un estado de ánimo en sí misma. Creo que no hay nada que marque más nuestro ritmo emocional que escuchar una canción. La música nos mueve, nos atrapa, nos deshace y nos rehace.

Todos estos conceptos que parecen lanzados al aire, son los que encontramos en Mood, el primer EP de Anaju después de formar parte de la generación de OT 2020. Desde su interpretación de Catalina de Rosalía en la gala de presentación del programa, me atrapó su delicadeza y un año después, puedo confirmar que me subí al barco correcto.

Ya os he hablado de la Chica Sobresalto, de Bruno Alves y como no, faltaba la tercera en discordia de mi lista de «triunfitos con derecho a escucha», que aterriza en la industria musical con un trabajo discográfico conceptual, estético y atmosférico. Porque para mí Mood es atmósfera pura.

Hay que decir que desde el lanzamiento de Me Iré, primer single de Anaju producido por los chicos de Vonzo, la turolense ya apuntaba maneras en lo que sería su sello y estilo explorando los nuevos matices del pop actual. Quizás en ella hay un poco de C.Tangana, de Nathy Peluso y de la propia María José Llergo, pero tras su paso por la academia y después de ser la gran víctima del «repertorio suicida» de cada edición, Anaju demuestra madurez, picardía y un gusto por la música innegables.

Un trabajo discográfico conceptual, estético y atmosférico. Porque para mí Mood es atmósfera pura.

Bajo la batuta de Raúl Refree, BRONQUIO, Vonzo o _juno en la producción, Mood navega entre seis  temas que tienen como hilo conductor las dos caras de la moneda. Felicidad y tristeza cómo estados de ánimo más recurrentes y que diferencian muy bien el sentir de las letras y las melodías que los componen.

En jerga de cassete, hay una primera parte o ‘cara A’ marcada por la sonrisa, que se inicia con Ese o Ese, la canción más animada del EP, cercana a ritmos más urbanos y estribillo pegadizo. No pierde la estela Tan Lento, que destaca por presentar una base electrónica y una melodía sinuosa que contrasta con el giro popero de El Mensaje, que vuelve a funcionar muy bien en este baile de estilos bien conectados sobre los que se mueve Mood.

Por otro lado y para la ‘cara B’ nos esperan tres joyas encabezadas por Rota, el que fue segundo single y que de nuevo, se inclina hacia el sonido atmosférico jugando con segundas voces muy bien localizadas, golpes sonoros que te hacen temblar y un videoclip atrevido repleto de movimiento, abstracción e identidad. De lo mejor que he visto en los últimos meses a nivel visual.

También de una historia de vida inventada habla Carbón, el tema que para mí brilla en este EP y que destaca por encima del resto. No solo por la letra, que cuenta una preciosa historia que la propia Anaju escribió antes de defender Catalina en el escenario de la gala 0 de OT, sino también por la cuidada producción musical obra de Zahara y Martí Perarnau, integrantes de _juno que captan perfectamente la esencia dramática del tema entre «sintes» y dulzura vocal. Acabamos el viaje con Si Supieras, el último corte en el que predomina la percusión y la intimidad.

También de una historia de vida inventada habla Carbón, el tema que para mí brilla en este EP y que destaca por encima del resto.

Otro aspecto que hacen de Mood una magnífica carta de presentación, es el apartado artístico del CD físico, obra de la propia Anaju junto al diseñador Dídac Pérez. Siempre vale la pena «palpar» lo que nos ofrece el formato que en este caso se centra en esos estados de ánimo con una tipografía atrevida y con el naranja, negro y blanco como colores predominantes de un disco que en esencia, es 100% conceptual.

Así, Anaju echa el resto en su primer trabajo y nos deja buenas señas del que parece que será su estilo en próximos proyectos, aunque estoy segura que nos sorprenderá. De momento, merece la pena escuchar Mood en calma, con auriculares, y dejar volar a la mente a través de la música.

Mood es un disco 100% conceptual. 

Mood es el primer EP de Anaju.