En plena semana y mes del libro no podemos hacer otra cosa que escribir y hablar de escritura y novelas. Por ello, este post, va dedicado a todos aquellos que viven leyendo pero también viven escribiendo.
Hace un tiempo, en una entrevista que me hizo mi fiel amiga Aixa dije que literatura es evasión, es viajar, crear mundos, aprender valores. Asimismo argumenté, que con la literatura creas sentimientos, que aprendes a saber expresarte, a abrir la mente. Que este arte te hace llorar, te acompaña cuando estás solo, te hace conocer el amor. Te lo permite casi todo.
Lo cierto es que hoy en día os diría las mismas palabras, pero, con algunos matices que os voy a dedicar. Vamos paso a paso.
El mundo de la escritura, para un escritor novel como yo, vive una situación triste y complicada. Por experiencia os puedo contar que, escribir un libro no es nada sencillo. Después de terminar la redacción de mi segunda novela, tras dos años de arduo trabajo de estudio, investigación, horas y horas delante del ordenador, visualización de videos, escucha de podcast y lectura de cientos de artículos llega el proceso más difícil, que alguien crea en tu obra.
En el momento en el que terminas el ultimo capitulo y le das nombre a esas centenas de páginas que completan tu libro comienza el camino de la edición. Con toda tu ilusión mandas tu borrador a muchas editoriales sabiendo que -por experiencia lo digo- te van a ofrecer contratos lamentables. Y así es. Es lamentable la oferta de aquellos que quieren publicar tu novela. Prometen hacerte publicidad, prometen llevarte a ferias, prometen hacerte regalos y tú te lo crees. Crees porque tienes una ilusión, porque tienes un sueño y ese sueño es que tu libro esté presente en las estanterías de cualquier librería para que jóvenes y adultos puedan compartir contigo la historia que has creado.
Con la literatura creas sentimientos, que aprendes a saber expresarte, a abrir la mente.
En ocasiones es así, pero ¿a qué precio? Al precio en el que la editorial se forra con tu novela pero tú solo te quedas con eso, con que tu novela está en la librería de tu ciudad y en alguna plataforma de venta por internet. Pero eres feliz, feliz porque hay mucha gente que ha creído en ti, porque te ha leído y ha alucinado con tu primer proyecto literario, porque han acudido a su presentación, porque te dicen que no te dediques a otra cosa, que vales para escribir y porque esperan con ansia la segunda historia que vas a contar y eso, es lo que te hace seguir escribiendo y seguir apostando por un oficio de pobres, porque, si pagas miles de euros, cualquier editorial te publica.
Actualmente se valora más a un influencer que a un escritor, se valora más a un futbolista (yo soy la primera a la que le apasiona el fútbol) que a un pintor. El cine, las series, las novelas, la música y el arte que tenemos en España y en todo el mundo es espectacular. Tenemos la fortuna de contar con millones de creadores audiovisuales y narrativos en nuestro país y siempre vemos a los mismos en la gran pantalla o presentando sus últimas páginas. No desmerezco a ninguno de ellos, al contrario, admiro a todos esos directores, actores, escritores, músicos y personas que hacen que nuestra riqueza cultura crezca día a día, pero sueño con un mundo en el que se dé voz a aquellas personas que tienen talento y que, por no tener las mismas oportunidades se ven envueltas en trabajos que no tienen nada que ver con su profesión, con empleos precarios o simplemente sin oportunidades.
Estamos dejando el futuro de la cultura en unas manos a las que no les enseñamos la riqueza cultural que nos rodea y lo importante que es esta para la sociedad; pero por suerte, aún hay quien apuesta por la cultura y quien valora su creación. Hay que crear, lanzarse a la piscina, trabajar sin descanso y esforzarte para que te conozcan.
Debemos seguir, debo en mi caso, escribiendo. Debemos seguir cantando, componiendo, fotografiando, grabando, produciendo, dirigiendo. Nadie más que nosotros va a confiar en lo que hacemos. No debemos dejarnos influenciar por comentarios negativos, debemos apostar por lo que tenemos entre manos. Si sale bien, genial, si no, no pasa nada, más pierde el que no lo ha intentado.
Sueño con un mundo en el que se dé voz a aquellas personas que tienen talento.
No debemos ofuscarnos, no debemos pensar en lo que van a decir de nosotros o si nos van a criticar, porque eso te quema por dentro y te amarga, lo digo por experiencia. Yo no soy una escritora consolidada, ni famosa ni he vendido miles de ejemplares de mis novelas, pero creo en lo que hago.
¿Qué puede ayudarte a escribir? Leer. Lee diferentes géneros, a diferentes autores. Haz de la escritura un hábito diario. Escribe, cualquier cosa. Esa tontería que se te ha pasado por la cabeza, ese comentario que te ha hecho un amigo, esa frase que es oído en el capítulo de una serie, ese personaje que te ha enamorado de una película. Escribe sobre todo lo que te ha llamado la atención, nunca sabes de donde puede salir una historia.