‘Cuando no sé quien soy’ de Amaia

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Estoy muy contenta porque se están sacando unos ‘discazos’ últimamente que se me acumula la faena.

Siempre me quejo, sobre todo en los post de música, que la fiebre de los hits y el sencillo a sencillo me satura demasiado la cabeza; y es que si nos lees habitualmente, sabrás que escuchar los discos completos es mi liturgia de domingo.

Cuando no sé quien soy (2022) es el último disco de una Amaia que después de construirse, deconstruirse y reconstruirse tiene las cosas muy claras y así lo ha sabido plasmar en un álbum de 10 canciones al que no le sobra ni una coma. Si Pero no pasa nada (2019) ya nos dejaba adivinar por donde irían los tiros en cuestión de estilo y composición, este nuevo trabajo viene a (re)confirmar lo que ya nos imaginábamos: la personalidad de Amaia es infinita y aquí esta su música para demostrarlo.

‘Cuando no sé quien soy’ es el último disco de una Amaia que después de construirse, deconstruirse y reconstruirse tiene las cosas muy claras.

La navarra nos da la bienvenida a su universo particular con un primer tema que suena a ella y la describe todavía mejor. La intro a piano nos recuerda a la Amaia de los inicios y nos aclara que los fantasmas también se arrastran, por mucho don que tengas. «Ya no soy pequeña, tampoco soy mayor» reza la primera frase de Bienvenidos al show, que va dejando atrás el espíritu melódico del principio y se transforma en una retahíla cantada sobre la identidad y las dudas, dos conceptos que en este tema también se bailan.

Estamos en la era de las colaboraciones, esto es una realidad, pero estarás de acuerdo en que de todos los ‘featurings’ hay algunos mejores que otros. Bien, en este disco tenemos nada menos que tres colaboraciones de Amaia junto a Alizz, Aitana y Rajuu. Pura dinamita.

El productor y cantante Alizz se ha convertido en un imprescindible de la escena actual y en el caso de Dilo sin hablar, segundo corte del álbum, hace gala de todos los efectos que le han llevado a estar en primer plano del panorama musical a los mandos de la nave de la producción y cada vez más como intérprete. Se nota mucho la mano del Alizz productor en este tema que es uno de los mejores del álbum, mezclando tintes de funky, disco, sintetizadores y teclados para dar lugar a una unión que comenzó en El Encuentro y que siempre es interesante escuchar.

La canción que no quiero cantarte es resultado de la mezcla de las voces de Amaia y Aitana, en un combinado grunge y gamberro que suena de vicio. «Quieres ser mi amigo, cómeme el higo. No van a volverte a ver paseando conmigo» es una estupenda declaración de intenciones. De hecho, la unión de dos de las artistas más laureadas de la factoría OT podría haber sonado a pop goloso con anisetes de colores; sin embargo, esos retales de girl band al estilo Ginebras o Cariño, dan paso a un tema hecho para corear a las tantas cerveza en mano. ¿La canción que nos merecíamos? Yo digo sí.

Pasado el ecuador del disco empieza la solemnidad. Como decía la canción que Rozalén compuso para Amaia en la selección de Eurovisión 2017: «Yo, más yo que nunca». O en este caso Amaia, más Amaia que nunca. La segunda parte del disco se centra en la vertiente más íntima de su música tanto en letra como en sonido. Lo que narran canciones como Pesimista o La Persona contrasta con la atmósfera que transmiten ambos cortes porque eso es lo que mejor sabe hacer la pamplonica. La mezcla de guitarras, piano, coros afilados y el rumbo acústico que toma el disco en esta mitad, hacen de Cuando no sé quien soy la delicia máxima. La desnudez más honesta y la prueba fehaciente de que para tocar dentro solo basta con hablar de uno mismo.

La mezcla de guitarras, piano, coros afilados y el rumbo acústico que toma el disco en esta mitad, hacen de ‘Cuando no sé quien soy’ la delicia máxima.

¿Qué importan los efectos? ¿Dónde queda la sofisticación de la música actual? Importa bien poco porque para poner los pelos de punta no hace falta nada de eso. La versión de Santos que yo te pinté de Los Planetas y el homenaje a sus raíces con la folklorica Yamaguchi cierran un regreso redondo.

¿Será Cuando no sé quien soy uno de los discos del año? Probablemente sí, pero no solo por su calidad, sino por todo lo que supone la vuelta de Amaia a una industria que brilla más desde que está ella.

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