He de confesar que no soy una asidua al anime y que mis máximos referentes eran Dragon Ball y La familia crece. Que yo viera ambas series es culpa compartida de mis hermanos mayores y de aquel momento en que no existían plataformas, y los “dibujos” los veíamos en la 2, TV3 o Punt 2.
He visto Memorias de Idhún y la he esperado con ansias porque con 13 años leí el primer libro de esta trilogía. Tenía más o menos la edad de los protagonistas y encima ella se llamaba Victoria. Fue un libro que hasta hice leer a mi madre para que compartiera lo que a mí tanto me había gustado. Además, recuerdo que deseaba que llegase el verano para poder tener tiempo de leer sin tener que ir al colegio y hacer los deberes. Mi momento favorito eran las tardes o las noches en las que mis padres no estaban y yo me quedaba en el sofá del comedor devorando las historias que Laura Gallego García escribía. Recuerdo también que fueron los libros más “grandes” que había leído nunca y apenas me llevó tiempo acabar los tres.
Hace unos 15 años me carteaba con la autora de estos libros. Es y sigue siendo mi escritora favorita desde que leí su primera novela Finis Mundi y ella respondía personalmente a todas las cartas de sus lectores. Recuerdo que por aquel entonces a mí ya me picaba el cine, ya rodaba cortos con mis amigas del pueblo y escribía tanto historias literarias como cinematográficas. Siempre me preguntaba por qué Laura no quería adaptar sus libros a la gran pantalla, algo que además estaban haciendo en ese momento muchos escritores de grandes sagas.
Pero es que no todos los libros automáticamente deben pasar al cine o televisión, su éxito no depende de ello, aunque siempre acaba sucediendo, y yo que además me dedico al séptimo arte, sería la primera en querer adaptar una novela que me encanta, ponerle rostro a ese personaje que me he imaginado. Yo pienso en imágenes, pero el poder de imaginación de los libros es único porque cada persona que lo lee se imagina una cosa distinta. Pero esto tampoco va de si se deben hacer adaptaciones de todos los grandes libros o no, ese es otro tema, y tampoco me podría posicionar a favor de una cosa u otra tajantemente porque por suerte o por desgracia, sé que al final mi corazón está ganado por el séptimo arte.
Pero no he venido a hablar sobre los libros de Laura Gallego García y todo el sentimentalismo que siento porque he crecido con ellos, si no sobre la adaptación que ha hecho Netflix en colaboración con Zeppelin TV, aunque creía necesario poneros en antecedentes.
Vista ya entera, me dispongo a desgranar mis impresiones, doblaje incluido, sí.
Yo pienso en imágenes, pero el poder de imaginación de los libros es único porque cada persona que lo lee se imagina una cosa distinta.
Se me ha hecho corta, muy corta. Creo que los capítulos de «veintipocos» minutos de duración no favorecen para explicarlo todo y menos si sólo son 5 para la primera temporada. Como todo el mundo quiere cosas rápidas y fáciles de consumir se está empezando a hacer ese tipo de ficciones, pero creo que hay veces que sí es necesario y otras que no, estamos haciendo una fast food con la ficción y hay veces que funciona pero otras, no. Creo que hubiera estado bien hacer capítulos un poco más largos o al menos algunos episodios más para que se entendiera todo bien. No sé si espectadores ajenos a la historia que no han leído los libros han sido capaces de entender por dónde van los tiros.
Yo que ya sé cómo van a acabar algunas relaciones, creo que tampoco han establecido unas bases claras, sino que están metidas con calzador, espero con ansias una segunda temporada para ver cómo lo desarrollan porque creo que es vital ver esa evolución y me da la sensación de que se ha pasado por encima de muchas cosas sin poder profundizar. Se me ha quedado incompleta esta primera temporada pero teniendo en cuenta que también juzgo las series por su conjunto, esperaré expectante las demás temporadas para ver si consiguen mantener la esencia de los libros o no.
Otra cosa que tampoco me ha gustado pero entiendo que debe ser así, es la modernización de la historia. Los móviles, la ropa, esa actualización a estos tiempos. Quizás esperaba algo más 2000, como en los libros y porque soy una enamorada y romántica de esa década pero como repito, entiendo que hayan tenido que modernizarse, si no, no hubieran llegado al público de ahora y sólo me hubiera gustado a mí, pero debía comentarlo por si alguien espera lo mismo que yo, que vaya mentalizándose. Lo que no me gusta nada es que Victoria tenga que ir toda la serie vestida con el uniforme del colegio aunque no esté en clase. Eso me dio un poco de rabia, la verdad.
Por otro lado, vamos con el doblaje. Cabe decir que Michelle Jenner está fuera de toda polémica ya que desde bien pequeña ha sido una de las actrices de doblaje por excelencia, a parte de ser una grandísima actriz que cada vez me ha ido gustando más y más.
Estamos haciendo una fast food con la ficción y hay veces que funciona pero otras, no.
Así que exceptuando a la ya mencionada, el resto de actores me sacan de la historia. Muchos de estos actores me gustan como intérpretes y he seguido sus carreras, otros no los conocía pero en concreto, en este trabajo, no me han parecido los más acertados, no tienen tanta expresividad en la voz como lo tiene el personaje de Victoria, son planos en las reacciones y postulan y modulan la voz en una dirección sin matices.
El personaje de Jack me chirrió al inicio pero luego me he ido acostumbrando y ha acabado por gustarme, creo además que va en concordancia con el propio personaje, Jack es así, un poco inocente, bueno, pero que por dentro tiene mucha rabia por lo que le ha pasado pero no deja de ser un niño, después de los 5 capítulos su voz transmite eso y espero que a medida que el personaje evolucione, su manera de expresarse también lo haga. Pero el resto, muy a mi pesar, aquí se me han quedado muy planos, con poca fuerza, poco creíbles. Y si unes el tema de la duración de los capítulos, que no te da tiempo a entender bien las cosas, un doblaje que en ocasiones te saca fuera y sólo 5 capítulos, la serie pasa ante tus ojos y oídos casi sin pena ni gloria, y eso me da mucha tristeza.
No quiero meterme mucho en la polémica de si han sido elegidos por su popularidad o no, si Netflix ha cambiado a última hora etc, porque es algo que no sé, pero del gran gigante me creo muchas cosas, no es la primera vez que hacen de las suyas. Lo que yo no entiendo es porque priman decisiones “comerciales”, si es que así fuera, antes que decisiones profesionales y de calidad. Al final un producto va a venderse por su calidad, si es bueno y lo vale, no le hace falta ningún nombre ni cara conocida, es más, si es bueno, esas personas “desconocidas” se harán conocidas a partir de ese contenido.
El problema es que han cargado el peso de los protagonistas voces menos potentes (siempre exceptuando al personaje de Victoria, claro) y al final, después de todo no es culpa de los propios actores, si no de decisiones de arriba que al final sólo perjudican a ellos mismos, no sacan nada positivo, así que no entiendo estas imposiciones. Se debería criticar a Netflix por cambiar los actores de doblaje si así ha sido realmente en vez de a los propios actores que han puesto la voz, ya que entiendo que lo han hecho lo mejor que han podido pero quizás no estaban tan preparados para ellos como otros.
Los dibujos y animaciones son de lo mejor, sin ser experta en eso, como he comentado, me parecen a nivel espectadora media muy buenos.
En definitiva, deberían haber apostado más por la propia ficción, por las tramas más desarrolladas y por potenciar la historia per se que es todo el universo indhunita. Ya iban a ser noticia por ser el primer anime español, por estar basada en una de las mejores sagas de la literatura juvenil española y por muchas cosas más. Tenía los ingredientes para el éxito y me ha sabido a poco. Pero no pierdo la fe y espero nuevos episodios que por supuesto veré con las mismas ganas.
Ya iban a ser noticia por ser el primer anime español, por estar basada en una de las mejores sagas de la literatura juvenil española y por muchas cosas más. Tenía los ingredientes para el éxito y me ha sabido a poco.